NASHVILLE, Tenn. (BP)–En el hemisferio norte, existe un ratón con un comportamiento peculiar; el ratón colecciona objetos y los guarda en su nido. Estos objetos permanecen en el nido hasta que lo abandona para comenzar otro. El ratón repite este comportamiento cada vez que comienza un nuevo nido.
Mi comportamiento se asemeja mucho al del ratón. No me deshago de nada porque pienso que algún día lo voy a necesitar. Dios, en su sabiduría, ha permitido que tenga que mudarme varias veces. Este año, debido a la enfermedad de mi padrastro, mi esposo y yo nos mudamos con él para proveerle un mejor cuidado. La casa a donde nos mudamos es la mitad de la casa en que vivíamos antes. Por lo tanto, tuve que deshacerme de muchas cosas, incluyendo libros y archivos que por años, como el pequeño ratón, había coleccionado y hecho parte de mi vida. “¿Qué guardo?,” “¿De qué me deshago?,” me preguntaba. Deshacerme de mis libros y archivos era como tirar a la basura parte de mi vida. A finales de año, mi padrastro falleció y tuve que revisar las cosas que había dejado para decidir que mantener, regalar o botar. Mientras revisaba sus cosas, algo interesante me pasó. Por primera vez, me di cuenta que cuando yo muera, mi esposo y/o mis hijas revisaran las cosas que yo valoraba y que por años guardé, y decidirán su suerte. Entonces, me pregunté, “¿Qué dirán de mí, las cosas que voy a dejar?” ¿Qué dirá de mí, la vida que viví?”
Reflexionemos juntos sobre lo que vale la pena guardar. Creo que debemos guardar tiempo para buscar a Dios; para leer su palabra; para comunicarnos con Él. Debemos guardar tiempo para servir a través de los ministerios en la iglesia; y buscar oportunidades para que nuestros bienes sirvan para bendecir a otros. Debemos guardar tiempo para ser de bendición a nuestra familia; para fortalecer los lazos de amistad. Aunque sé que cuando muera, mis hijas y nietos al revisar mis posesiones, regalarán algunas cosas; donarán los libros de mi biblioteca y posiblemente tirarán a la basura la mayoría de mis cosas, pero sé que se quedarán con los recuerdos de lo que mi vida significó para ellos.
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Este escrito fue publicado originalmente por la revista Quietud® en el número correspondiente al otoño de 2011.Si desea saber más sobre la revista Quietud visite www.lifeway.com/espanol