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Hambruna fuerza a los africanos a caminar días en busca de comida

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DADAAB, Kenya (BP)–El dúo padre e hija tropieza al entrar al campamento de refugiados en busca de comida, agua y albergue después de una caminata de ocho días a través del desolado y seco matorral africano. Turbadoramente delgados, esperan encontrar alivio a la peor hambruna que golpea el Cuerno de África en 60 años.

A Habiba Nuna y a su padre les tomó el doble de lo que les tomó a otros miles refugiados somalíes hacer el viaje de cuatro días desde la frontera de Somalia a Dadaab, Kenya — la mujer de 40 años llevó a su anciano padre a la seguridad.

Decenas de miles de somalíes, mayormente mujeres y niños acuden al campamento de refugiados agarrando fuertemente pequeñas bolsas de ropa y exiguas posesiones. Los niños están malnutridos. La mayoría son apáticos y muy pequeños para su edad. Un niño de tres años luce como uno de un año. Sus madres, sin embargo, sonríen y están de buen ánimo — han sobrevivido la travesía. Están muy esperanzadas por la ayuda que salvará a sus familias.

La realidad, sin embargo, es que muchas organizaciones de ayuda están luchando financieramente. El Fondo para el Hambre Mundial de los Bautistas del Sur solo tiene dinero suficiente para seis meses más, y el estimado no incluye la actual crisis africana de hambruna que se ha entremezclado.

El anciano padre de Habiba, Hussein, se sienta desalentadamente con la mirada perdida, mientras su hija trata de encontrar ayuda dentro del campamento. Él está hambriento y lo ha estado por largo tiempo. Otro refugiado le ofrece un poquito de leche con la esperanza de darle al enjuto hombre de 100 años fuerza para vivir otro día.

Los resistentes somalíes han soportado dos décadas de guerra civil y dos estaciones consecutivas sin lluvia. Ahora, con sus cosechas y el ganado muertos, sus bebés y ancianos que sufren de desnutrición, y los precios de la comida por los cielos, se han dado por vencidos en su intento de sobrevivir por sí mismos.

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Para llegar allí, muchos han caminado más de 160 kilómetros. Casi todos han pasado cuerpos de madres, niños y ancianos — cualquiera muy debilitado por el hambre y la falta de agua para escapar con sus vidas.

Las Naciones Unidas estiman que se necesitará $1.4 billones para salvar las vidas de alrededor de 12 millones de personas en el Cuerno de África en Etiopía, Somalia, Kenia y Djibouti. Se espera que la emergencia dure un mínimo de tres a cuatro meses y posiblemente alcance el clímax en agosto y septiembre.

Los bautistas del sur enfrentan una crisis de “alerta roja” en el Fondo para el Hambre Mundial al tratar de llenar esta inminente necesidad, además de otras alrededor del mundo. Jeff Palmer, director ejecutivo de Baptist Global Response (Respuesta Global Bautista), dice que el dar al fondo ha declinado agudamente.

“Estamos en un tiempo de ‘alerta roja’ en nuestra financiación de las necesidades humanas” advierte Palmer. “El fondo para el alivio del hambre en el extranjero ha bajado a $4.1 millones — suficiente para llenar las necesidades de los proyectos bautistas del sur para el hambre internacional durante seis meses. Estamos acercándonos a un punto donde vamos a tener que comenzar a negar fondos a proyectos críticos.

“Los bautistas del sur, a quienes les interesa profundamente la gente en necesidad, han dado muy generosamente en años pasados,” añadió Palmer, y señaló que el 100 por ciento de cada dólar donado es usado para ayudar a la gente con hambre. Él anima a los bautistas a dar, por el bien de millones cuyas vidas y destinos están amenazados por el hambre y la inanición.

Palmer apunta que el proyecto del Fondo para el Hambre Mundial ayuda a los más pobres de los pobres, a los más abandonados y marginados y a algunas de las etnias más perdidas del mundo — como Habiba, su anciano padre y las incontables madres que buscan refugio. El área afectada por la sequía en el Cuerno de África está dominada por el islam.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA por sus siglas en inglés) estima que el número de personas en necesidad de asistencia humanitaria podría aumentar hasta un 25 por ciento, pasando de 12 millones a 15 millones de personas, para el fin de año. La afluencia ya se siente en Dadaab, el campamento para refugiados más grande del mundo.

El campamento fue construido para dar albergue a 90.000. Sin embargo, los obreros de socorro estiman que hay más de 400.000 abarrotados en o alrededor del campamento que consta de tres complejos habitacionales, con un promedio de 1.300 nuevos arribos diariamente. Los recién llegados con frecuencia terminan durmiendo afuera hasta poder construir albergues provisionales con cualquier material que tengan a la mano — palos, cartones, tela o metal. Cualquier cosa ayuda a defenderse del ardiente sol y de las nubes de polvo.

En el campamento, no hay muchos niñitos que corran o jueguen. La mayoría de ellos yacen en los brazos de sus madres, como Abderahnan Dubo de un año de edad, quien tiene una pequeña aguja en el brazo que le lleva sustento intravenoso. Los oficiales advierten que 800.000 niños como Abderahnan podrían morir de malnutrición en África oriental este año.

Su madre, Habido, considera que su familia es bendecida. Su esposo y otros tres niños sobrevivieron la caminata de 30 días desde Salgla, Somalia. El único pequeño en condición peligrosa es su niño menor, pero está recibiendo atención médica. Su miedo aparece, sin embargo, cuando habla acerca del futuro.

La familia perdió las 30 reses de ganado debido a la sequía durante los pasados dos meses. Los oficiales de ayuda estiman que hasta medio millón de reses se han perdido en Etiopía este año debido a que la sequía hizo que la comida y el agua escasearan. En esta sociedad pastoril, los animales son “las cuentas bancarias” y el sustento. Perder el sustento significa que tomará muchos años para recuperarse, particularmente para recuperar un rebaño lechero.

La sequía de este año ha golpeado fuerte, especialmente considerando que mucha gente todavía no se ha recuperado de la severa sequía del 2009. En los años recién pasados, los proyectos bautistas del sur para el hambre mundial han totalizado más de $250.000 en el Cuerno de África ayudando a familias a restablecer sus asideros a través de la provisión de comida, empezando la ganadería y en proyectos de agua limpia. A medida que esta crisis gana impulso, los obreros bautistas del sur de ayuda y sus socios nacionales están explorando maneras de hacer un mayor impacto en los que están en mayor riesgo.
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Susie Rain vivió y trabajó en África oriental más de una década. Las donaciones designadas para la crisis del Cuerno de África pueden ser hechas a través de la Junta de Misiones Internacionales en www.imb.org/africafamine. Recursos para promover el Fondo para el Hambre Mundial pueden ser encontrados en www.worldhungerfund.com.