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Hay progreso en ‘Reconstruir Haití’: En lo espiritual y en lo físico

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PUERTO PRÍNCIPE, Haití (BP)–Los esfuerzos por reconstruir Haití, por parte de los bautistas del sur, y que comenzaron luego del devastador terremoto de hace 15 meses, han progresado bastante –- y las mejoras han sido tanto espirituales como físicas, dijeron los líderes del esfuerzo.

“Reconstruir Haití,” una obra bautista en cooperación para otorgar viviendas decentes a 6,200 familias antes que termine el 2013, ha completado ya 796 casas, y hay otras 130 están a punto de ser terminadas, dijo Jeff Palmer, director ejecutivo de Baptist Global Response. Los bautistas haitianos también están participando en la iniciativa, junto con la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés), el Southern Baptist Disaster Relief y la Convención Bautista de Florida.

“Durante las repercusiones del terremoto, fue un gran reto conseguir un programa efectivo para la reconstrucción,” dijo Palmer. “Movilizar personas y dinero hacia el país, ensamblar todas las provisiones necesarias, tan sólo manejar los detalles que implican lograr que se haga algo en un lugar devastado por el terremoto fue algo muy duro. Hacerlo de tal manera que permita a los haitianos volver a ponerse en pie, en lugar de continuar dependiendo de los patrones del pasado, lo convirtió en un reto incluso mayor.”

Fritz Wilson, director de ayuda y recuperación en desastres, en la Convención Bautista de Florida, dijo que la decisión de usar obreros y materiales locales ha multiplicado el impacto del programa Reconstruir Haití.

“Un componente clave en la estrategia es que estamos comprando los materiales a fuentes dentro del país, el trabajo lo hacen los hombres haitianos a quienes hemos contratado en sus mismas comunidades, las iglesias locales nos están ayudando a identificar a las personas que más necesiten una casa, y estamos construyendo casas en el mismo lugar que ellos vivieron antes del terremoto para que no tengan que mudarse a un lugar diferente,” dijo Wilson. “Esto significa que estamos teniendo un impacto en las comunidades más allá de sólo proveer casas, al poner el dinero en la economía [local], proveer empleos y elevar el estatus de la iglesia en la comunidad.”

El terremoto del 12 de enero del 2010, causó la muerte de 300,000 personas y dejó sin hogar a más de un millón. Incluso antes del terremoto, el pueblo haitiano ya era el más pobre en el hemisferio occidental. Actualmente, sólo el 2 por ciento del escombro se ha limpiado y los oficiales de apoyo dijeron que terminar de limpiar el escombro llenaría 1,000 camiones de carga por más de 1,000 días.

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Más de $11.2 millones se han donado al esfuerzo bautista de ayuda a través de varios medios. La convención de Florida reportó que los $7 millones que recibieron incluyen $171,665 enviados por individuos, clases de escuelas dominicales y personas que específicamente hicieron donaciones para la construcción de casas. Las convenciones bautistas estatales también se involucraron en la iniciativa Reconstruir Haití; por ejemplo, la Convención Bautista de Kentucky ha presupuestado $200,000 para este esfuerzo.

El reto de reconstruir comunidades desde adentro hacia afuera se ha estado cumpliendo gracias al espíritu de cooperación y trabajo de quienes auxilian en este esfuerzo conjunto, al lado de los creyentes haitianos, para alcanzar una visión en común, dijo Wilson. Señaló que los bautistas haitianos ayudaron diseñando una plancha de cemento de 12 pies por 16 pies como una “casa de tránsito” para los sobrevivientes del terremoto y mirando hacia el futuro al tipo de comunidades que reflejarían el amor de Dios por los haitianos.

“El detalle más reluciente en esto es la manera en que los compañeros están trabajando con una misión y una visión en común,” dijo Wilson. “Es como las tribus de Israel trabajando juntas en los muros de Jerusalén. Cada grupo trabajando en su propia sección, pero conectándolas todas para dejar fuera a las tinieblas.”

Comunidades como el suburbio de Damien en Puerto Príncipe necesitan mucho más que sólo la reconstrucción física, dijo Palmer.

“La mayoría de los esfuerzos de recuperación se enfocan en lo externo, como la reconstrucción de edificios, pero la recuperación cristiana también entiende la necesidad de un cambio interno que cree vidas nuevas,” dijo Palmer. “En el programa Reconstruir Haití, estamos animando a los miembros de las comunidades a elevar la vista más allá de sus necesidades personales para ver las necesidades de los demás. Hemos reestructurado la iniciativa para animar a la gente a responsabilizarse de su futuro y trabajar duro para tener una vida mejor para toda la comunidad.

“Lo que vemos que está sucediendo en Damien no sólo es una comunidad que está consiguiendo casas nuevas, también estamos haciendo una nueva comunidad,” dijo Palmer. “Mientras se construyen las casas, vemos a más personas ayudando y compartiendo para asegurarse que todos consigan lo que necesitan. Por ejemplo, una viuda recibió una casa pero no tenía suficiente dinero para los muebles. Los miembros de la iglesia local usaron su propio dinero para comprarle una cama, sillas y una mesa pequeña.”

El cambio en Damien ha sido dramático, dijo Jo Brown, quien trabaja con su esposo David dirigiendo el trabajo de BGR en Latinoamérica.

“Cuando nuestro equipo de evaluación llegó a Damien después del terremoto, la comunidad daba miedo,” dijo Brown. “Sentí ganas de irme justo cuando llegamos. La gente estaba sentada en el piso, mirando fijamente a la nada. No vimos ni un negocio.

“Un año después, Damien ha sido transformada. Han surgido muchos pequeños comercios. La gente en las zonas de construcción –- de todas las edades, hombres y mujeres — estaba cargando ladrillos y los materiales necesarios en la construcción. Vemos esperanza y escuchamos risas. La gente sonríe y se saluda y se detienen para conversar.

“En el lugar que alguna vez me inspiró miedo, ahora puedo caminar sola, incluso cuando está oscuro,” añadió la Sra. Brown. “Cada mañana antes de que comiencen a trabajar en esas áreas, los voluntarios estadounidenses y los haitianos se toman de las manos y cantan alabanzas a Dios. El enfoque no está en lo que hacen los estadounidenses, si no en la provisión de Dios.”

El reto en Damien es un buen ejemplo de la visión de ver “a personas experimentando una vida llena y con significado, con esperanza y paz que los inspira a criar a sus familias con seguridad, construir sus comunidades con dignidad y compartir su vida con los demás,” dijo Palmer.

“Vemos casas construidas, pero la gente también está siendo edificada. Vemos comunidades trabajando juntas por el beneficio de todos y vemos gente cuyas vidas han sido transformadas, literalmente” por el mensaje de esperanza de los voluntarios bautistas que están viviendo entre ellos y compartiendo de manera verbal, dijo Palmer.

“Quiero agradecer a los bautistas del sur así como a los demás por sus donaciones y voluntariado, que son una pieza clave en esta transformación que estamos viendo,” dijo Palmer. “Y también quiero agradecer a nuestros compañeros haitianos que están abriendo su corazón ante el poder transformador de Dios.”

La gente en Damien y otras comunidades del programa Reconstruir Haití no olvidarán quién les ayudó a encontrar nueva vida cuando su mundo estaba en ruinas, dijo David Brown.

“Nuestros amigos en Haití quieren que sus amigos en los EE UU sepan lo agradecidos están a Dios de que ellos no fueron olvidados en su hora de desesperación,” dijo Brown. Haití todavía tiene mucho camino por andar, pero hemos comenzado a ver los primeros frutos de lo que creemos será una cosecha de nuevas vidas en Haití.”
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Mark Kelly es el editor asistente y jefe de redacción de Baptist Press. Bárbara Denman, directora de comunicaciones de la Convención Bautista de Florida, contribuyó en la redacción de este artículo. El sitio en internet de Baptist Global Response es www.gobgr.org; el de la Convención Bautista de Florida es www.flbaptist.org.