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Iglesia de California acoge a todas las naciones


SAN RAFAEL, Calif. (BP) — La reinvención es una nota predominante en la Iglesia Lincoln Hill Community, donde Mike (Miguel) Rodríguez ha sido pastor durante 10 años.

Él estima que la iglesia ha reiniciado tres veces en los últimos 10 años, cuando la congregación de North Bay responde a las olas de inmigrantes de otras naciones, y cuando Dios abre puertas.

En el presente, Rodríguez predica en inglés y español, pensamiento por pensamiento en cada lenguaje:

“For God so loved the world that He gave His only begotten Son. De tal manera Dios amó al mundo que dio a su hijo unigénito. That whosoever believes in Him should not perish but have everlasting life. Que todo aquel que crea en Él no perezca mas tenga vida eterna.”

Cada reinicio, reelaboración de la iglesia ha sido para lograr mejor el propósito de Dios para Lincoln Hill en un momento de creciente y algunas veces sobrepuesto cambio, dijo Rodríguez.

“No creo que estemos haciendo esto intencionadamente (cambiando el idioma para adelante y para atrás) pero Dios nos mostró lo que Él quería,” explicó Rodríguez. “Completamente aceptamos ser una iglesia multilingüe, multicultural, multifacética que se adapta para alcanzar a la gente a nuestro alrededor.

“Eso nos lleva al lugar en el que estamos dispuestos a pagar el precio de estirarnos lingüísticamente o de cualquier manera en la que funcionemos semana a semana, y tratar diferentes cosas para ser contextuales para alcanzar a las personas para el Evangelio en nuestra área.”

La disponibilidad de adaptarnos puede haber venido primero en 2003, cuando la First Baptist Church en San Rafael cambió el nombre a Lincoln Hill Community Church (Iglesia Comunitaria Colina Lincoln). “Estamos en la avenida Lincoln. Estamos en una colina, y estamos deseando alcanzar a nuestra comunidad,” dijo Rodríguez.

La iglesia se había marchitado para el tiempo en el que Rodríguez, nacido en Honduras, fue llamado por la envejeciente congregación anglo en 2010 a su primer pastorado sénior. Su apellido atrajo alguna atención, como la congregación había querido, y la iglesia comenzó a crecer dependiente de los servicios de domingo y miércoles en inglés y en español.

Con el tiempo, un grupo de brasileños se unió a Lincoln Hill, lo cual llevó a la iglesia a reorientarse hacia afuera. Clases de inglés como segunda lengua (ESL), una despensa alimenticia, oración y evangelismo en la calle estaban entre las maneras en las que la iglesia comenzó a ministrar a su comunidad obrera.

Pero con el tiempo, los cultos de los sábados en la noche en portugués llevaron a la Iglesia Orgánica. Entre el inicio de esa congregación en 2015 y la reubicación del Seminario Teológico Bautista Golden Gate (ahora Gateway) al sur de California en 2016, Lincoln Hill perdió a 27 líderes voluntarios clave de sus ministerios ESL y despensa alimenticia.

“Eso fue muy difícil para nuestra iglesia,” reconoció Rodríguez.

Luego llegó el tercer “reinicio” de Lincoln Hill con “una nueva afluencia de familias,” dijo. Están llegando de San Rafael, Novato, Hercules e inclusive El Sobrante, en la parte este del puente Oakland Bay. Vienen de Haití, Honduras, Guatemala, México, Irán, Nicaragua, El Salvador, Corea, China, Ucrania, Etiopía y de todas partes.

“Ahora estamos entrenando a nuevas personas para responder a su llamado,” indicó Rodríguez. “Estamos entrenando a nuestra gente a ser buenos discípulos de Jesús y buenos vecinos. Ahora nos estamos enfocando en nuestros grupos de Koinonia. Estos son el punto focal de influencia hacia la gente a nuestro alrededor. Decimos: ‘Ven y comparte vida en Cristo.'”

Además de los grupos Koinonia en el hogar durante la semana, Lincoln Hill enfatiza el estudio bíblico del domingo en la mañana, el cual implica ir a través de la Biblia sistemáticamente cubriendo las doctrinas fundacionales.

“Con los grupos de Koinonia, los estudios bíblicos doctrinales y reformando nuestra base, esperamos poder evangelizar en la calle de nuevo,” dijo Rodríguez.

La predicación en dos idiomas durante el mismo sermón fue una petición de la congregación.

“La gente estaba muy emocionada de que todos nosotros oyéramos el sermón,” explicó Rodríguez. “Ellos dijeron: Queremos estar juntos, aunque seamos de diferentes países.’

“Nuestra iglesia trató de tener dos cultos diferentes y no resultó bien,” pero a la congregación le gustó cuando él yuxtapuso los lenguajes un domingo que el equipo de traducción falló y él le tradujo a un orador invitado. Cuando el equipo falló, las siguientes dos semanas Rodríguez se tradujo a sí mismo y nunca se regresó a la forma anterior.

“Cuando pienso sobre esto, parece muy loco,” admitió. “Tenemos mucha gente tocada por esto. Se sienten más unificados haciéndolo de esa manera, todos juntos; y algunas personas aprenden otros lenguajes.”

La madre del pastor, Águeda Carbajal, ahora enseña una clase de español como segunda lengua los domingos en la mañana.

Hay más en la historia de Lincoln Hill Community Church. Han comenzado dos misiones — Thai-Lao Baptist Church y Vietnamese Community Church — las cuales se reúnen en la iglesia madre.

La Thai-Lao Baptist, que comenzó hace 33 años y todavía es dirigida por Savang Lin, se reúne los domingos en la tarde. La Vietnamese Community Church, que reinició hace dos años de la Love and Hope Church, dirigida por Andrew Nguyen, se reúne los sábados en la noche.

“Nosotros hacemos que funcione de seguro,” dijo Rodríguez, incluyendo a los tres pastores en su “nosotros.” La clave es tratar los asuntos menores antes de que crezcan, como recordar que apaguen las luces cuando no las necesitan.

“Toma mucha comunicación, mucha voluntad para textear, hacer llamadas telefónicas y reunirse en persona cuando es necesario,” dijo Rodríguez. “Cada uno tiene su propia manera de hacer las cosas. Se requiere respetar el espacio de cada uno y no infringir el espacio o la identidad de cada uno.”

Lincoln Hill no para con el alcance en su comunidad multicultural. La congregación contribuye con el 7 por ciento de las ofrendas no designadas a las misiones a través del Programa Cooperativo, la manera en la que los bautistas del sur trabajan juntos en las convenciones estatales, Norteamérica y alrededor del mundo para financiar las misiones y los ministerios. También le dan el 3 por ciento de las ofrendas a la Asociación Bautista Redwood Empire.

“Finalmente, bíblicamente, el trono de Dios estará rodeado de todos los pueblos, todas las naciones, todas las lenguas,” dijo Rodríguez. “Tenemos que ser acogedores. Tenemos que recordar que Él ama las naciones.”

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  • Por Karen L. Willoughby