SAN ELIZARIO, Texas (BP) — La congregación de la Iglesia Bautista Dios con Nosotros experimentó tanto la oposición de los narcotraficantes como la protección de Dios en meses recientes cuando la iglesia buscaba expandir su presencia en un centro comercial abierto en San Elizario, una ciudad de 5,000 personas en el condado El Paso.
La congregación rápidamente rebasó el espacio de pequeño que alquilaron en 2012 y expandieron la fachada. Al cabo de pocos años, de nuevo necesitaban más espacio, pero el dueño de Amigos Bar al lado opuesto del centro comercial tenía otras ideas. Quería sacarlos totalmente de la propiedad.
“El dueño del bar dijo que no le importábamos, ni siquiera por ser una iglesia,” dijo el pastor Marcos Jacinto.
Jacinto le respondió al dueño del bar: “Haga lo que tenga que hacer. Dios está con nosotros.”
El dueño les indicó que conocía “a muchas personas en la ciudad” que podrían “hacer algo en contra de la iglesia” para forzarlos a salir, le dijo Chuy Ávila, plantador de iglesias asociado de SBTC, al TEXAN.
Determinada, la congregación continuó manteniendo los cultos de la iglesia, sin saber que los oficiales del alguacil del condado de El Paso, agentes del FBI y agentes de la DEA estaban realizando una larga investigación sobre presuntas actividades de tráfico de drogas en el Amigos Bar y otros sitios en Socorro, Clint y San Elizario.
El Paso Times reportó el 22 junio 2016 que los agentes de la ley con órdenes de cateo recuperaron armas, cocaína y dinero en efectivo de las propiedades. Amigos Bar fue cerrado y sus dueños finalmente arrestados junto con otros.
Amigos Bar ya no era más una amenaza, pero Dios con Nosotros enfrentaba otro problema: la iglesia desesperadamente necesitaba espacio adicional. La respuesta llegó de una manera inesperada cuando Jacinto y los maestros de Escuela Dominical comenzaron a orar por una solución durante una reunión el otoño pasado.
“Mientras orábamos escuchamos que tocaban a la puerta,” dijo Jacinto. “Era el dueño del centro comercial. Llegó a ofrecernos el local del bar, pero no podíamos solventar el alquiler de algo tan grande.” Cuando los líderes de la iglesia dudaron, el dueño les pidió que fueran a su oficina al día siguiente.
“Nos hicieron una oferta de la mitad de lo que pagaba el bar,” dijo Jacinto. “Sus palabras exactas fueron: ‘Tan pronto como firmen el contrato, este lugar será de ustedes.'”
Los miembros de la iglesia comenzaron a transformar en iglesia los más de 280 m2 del que fuera un bar. Los primeros cultos en la nueva instalación fueron representaciones teatrales realizadas el fin de semana antes de Navidad que atrajo a muchos del vecindario.
“Tuvieron casa llena los tres días de culto,” dijo Ávila. “La gente quería saber qué pasaba adentro.” Ávila admitió que “el olor a bar” todavía era “muy fuerte” en ese primer culto, pero desde entonces se ha desvanecido.
Jacinto dijo que la elección del área de San Elizario para la iglesia fue deliberada. “Habíamos pasado algún tiempo orando en busca de dirección, buscando un lugar para comenzar. El Señor nos dio este lugar y el alquiler era conveniente. Además, sentíamos que podíamos relacionarnos con la gente ya que éramos parte de la misma cultura y del mismo estatus económico.”
Los residentes locales han notado la transformación. “Dondequiera que vayamos en el vecindario, aun los no cristianos, nos felicitan afirmando que Dios nos ayudó a ganar la batalla que enfrentábamos con el bar. Gente que no habíamos visto antes conoce nuestra historia. Podemos sentir a Dios con nosotros, como dice el nombre de nuestra iglesia, Dios con Nosotros,” dijo Jacinto.
“La plantación de iglesias es la herramienta más exitosa que el Señor nos dio para transformar nuestra comunidad con el poder de Jesucristo,” añadió Ávila. “Si alguien está buscando entrar en la plantación de iglesias, no dude en dar el paso de fe. El Señor proveerá todo lo necesario para sostener un proyecto.”
Para obtener más información sobre plantación de iglesias a través de SBTC, visite http://sbtexas.com/missions/church-planting.
