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Iglesia planta multicultural crece en Lansing


NASHVILLE (BP) — El estilo de vida estadounidense ha progresado de diferentes maneras durante los años: de a lomo de caballo a automóvil; de excusado exterior a servicio sanitario interior; y de la esclavitud a la elección de un presidente negro.

Aunque la unidad entre blancos y negros ha probado tener éxito en el trabajo, en las escuelas, en restaurantes, y en fuentes para beber, en la mayoría de los casos la iglesia local ha fallado en demostrar esa clase de unidad.

Kingdom Life Church (Iglesia Vida del Reino) en Lansing, Michigan, reúne a blancos y a negros en una congregación unida y ejemplifica no solamente lo que se puede hacer en las relaciones raciales sino también cómo se puede hacer.

“Estamos intentando practicar aquí en la tierra lo que estaremos haciendo por la eternidad en el cielo: alabando juntos a nuestro Dios,” dijo el pastor plantador de iglesias Coye Bouyer.

La historia de la Iglesia Kingdom Life comenzó en 2008, cuando Bouyer, 28 años, y su esposa Keturah comenzaron una nueva iglesia en Lansing, la ciudad donde vivían. La primera persona que pidió unirse a ellos fue un amigo de la infancia, Jason Baley, quien resultó ser blanco. Baley hoy en día es aspirante a pastor en la iglesia.

Llegó más ayuda para la iglesia de Bob Carpenter, pastor durante 30 años de la Iglesia Cedar Street en Holt, Michigan, un suburbio de Lansing. Los dos hombres se conocieron en un gimnasio.

“Él era sociable, bien parecido, amistoso y amable con todos; era inmediatamente agradable,” dijo Carpenter, quien al tiempo le sugirió a Bouyer permitirle a Cedar Street ayudar en su iglesia planta.

Cuando al grupo de estudio bíblico de Kingdom Life le quedó pequeño el salón de música de la escuela primaria donde se reunían, Carpenter arregló que el grupo — incluyendo a algunos miembros de Cedar Street — se reuniera en el salón de compañerismo de la Iglesia Bautista Immanuel en Lansing.

La Iglesia Immanuel observó como la congregación Kingdom Life aumentaba a más de 60 en los siguientes 12 meses. Al mismo tiempo, la congregación Immanuel disminuía al punto de que el entonces pastor interino, Chuck Turner, sugirió fusionarse con la nueva iglesia.

Immanuel, que comenzó a inicios de los 1960s, era cerca de 90 por ciento blanca. La edad promedio de los miembros era 60; han vivido en la comunidad más de 50 años.

“Un par de personas quería que nosotros nos convirtiéramos en Immanuel,” dijo Bouyer. “Pero la mayoría de estas personas mayores dijeron: ‘Hagamos esto; convirtámonos en Kingdom Life.'”

Los miembros de Immanuel pagaron la deuda de la iglesia, tuvieron un servicio de consumación de la deuda, y luego oficialmente se unieron a Kingdom Life — incluyendo a un miembro fundador que todavía permanecía.

“Nos dieron el edificio y la casa pastoral, ambos pagados, tomaron nuestro nombre, y a mí como su pastor,” dijo Bouyer. “Para mostrar cuán serios eran, llegaron a nuestra clase de nuevos miembros. Estaban emocionados de que la iglesia estuviera creciendo de nuevo.”

Los miembros de Immanuel se tuvieron que acostumbrar a los sermones que duraban cerca de una hora, en vez de los 20 minutos a los que estaban acostumbrados, añadió el pastor con una amplia sonrisa.

Para ayudar con esta transición, Bouyer animó a Turner a permanecer como pastor asistente, lo cual hizo dos años. “Si una iglesia quiere permanecer diversa, su liderazgo debe ser diverso,” dijo Bouyer.

Parte de la razón por la que blancos y negros usualmente no son parte de la misma iglesia es porque los dos grupos alaban diferente, con base en las experiencias de los grupos en EE.UU., dijo el pastor.

“La iglesia blanca a menudo expresa lo grande que es Dios, porque han sentido el cumplimiento de la victoria en esta vida,” explicó Bouyer. “En la iglesia negra, nuestra experiencia es cuán bueno es Dios porque nos ha sacado a través de tiempos muy difíciles y desafiantes.

“Aunque la experiencia negra en EE.UU. puede no haber sido tan próspera o tan segura como la experiencia blanca, ambas experiencias son verdaderas, y hay algo que podemos aprender sobre Dios de la experiencia de los otros,” dijo el pastor. “Esto no solamente ayudará a beneficiar nuestra relación individual con el Señor, sino también nos ayuda a tener una mejor relación entre nosotros.”

Alrededor de 140 personas participan en el culto del domingo en la mañana en Kingdom Life: 50 a 60 son negros, 50 a 60 son blancos, y 10 a 20 son hispanos. Los miembros llegan localmente a personas con una variedad de ministerios, y globalmente a través de sus ofrendas por medio del Programa Cooperativo.

“Apoyamos el Programa Cooperativo porque queremos hacerlo, porque con él podemos reinvertir lo que fue invertido en nosotros, ya que se trata del Reino,” dijo Bouyer. “¿Cómo nos expandimos a todos esos lugares en nuestro país y en el mundo, ya que no puedo estar en esos lugares, ni aun con el internet? …Dar al Programa Cooperativo es una manera tangible para nosotros de invertir en el evangelio de manera que — alabado sea Dios — yo puedo enfocarme en las ovejas que Dios me ha llamado a subpastorear.”

Su deseo desde el primer día fue pastorear una iglesia verdaderamente multicultural, dijo el pastor.

“El impacto visual de ver una iglesia compuesta tanto de blancos como de negros que están aquí con la misma meta es asombroso,” dijo Bouyer. “La experiencia de alabar junto a hermanos y hermanas en Cristo que no andan por el mundo llevando el mismo color de traje que el mío, es estupenda. ¡Sirve como un continuo recordatorio de nuestro impresionante Dios al que servimos y de la maravillosa gracia que todos recibimos!”

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  • Por Karen L. Willoughby