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KATRINA: La devastación de la tormenta, la determinación de los fieles


NUEVA ORLEANS (BP)–Han pasado ya cinco años desde que el Huracán Katrina pasara a toda velocidad por el sureste de Louisiana y en resto de la zona central de la Costa del Golfo.

Se registraron más de 1,800 muertes. Miles de miles de personas quedaron sin hogar; en Nueva Orleans, el Buró del Censo de los EE UU reportó una baja del 53.9 por ciento en su población entre abril del 2000 y julio del 2006. (La población calculada en 485,000 por el Buró del Censo en el 2000 se redujo a 352,000 según informó la oficina del alcalde a mediados del 2009). Más de $81 mil millones en daños a las propiedades hicieron que Katrina fuera el desastre estadounidense más caro de su historia.

El impacto emocional que tuvo la tormenta en los residentes del área sigue siendo alto.

“Hablé con un amigo en Florida luego de Katrina, quien había pasado por [el huracán] Andrew en 1992,” dijo Lonnie Wascom, director de misiones de las tres asociaciones bautistas de North Shore que planifican unirse más tarde este mismo año, debido en gran parte a Katrina. “Me dijo que pasarían 10 años antes de que la mayoría de la gente se recupere, y mirándolo desde el quinto año, diría que tenía toda la razón.”

Dennis Watson, pastor de lo que ahora es Celebration Church en sus varias sucursales y cuya matriz está en Metairie, un suburbio de Nueva Orleans, en el banco este del Río Misisipi, señaló un efecto tangible que sigue presente en el área metropolitana de Nueva Orleans.

“Antes de Katrina teníamos un pequeño ministerio de consejería en nuestra iglesia,” dijo Watcon. “Sin embargo, después de Katrina nos convencimos de que más que nada –- a parte de una relación con Jesús — la gente necesitaba consejería post-trauma. Volvimos a lanzar el Celebration Hope Center el cual ahora tiene más de 25 consejeros empleados y ministra a cientos de personas cada semana.”

Dos semanas después de Katrina, la iglesia, localizada en lo había sido un centro comercial amplio sobre la concurrida calle Airline Drive, había adquirido una sucursal en Transcontinental Drive en Metairie al unirse a la antes llamada Crescent City Baptist Church. El campus principal de Celebration recibió más de seis pies de agua en la tormenta, mientras que el nuevo local tuvo sólo 18 pulgadas. Así que, después de reparar el local en Transcontinental Drive, la congregación se mudó ahí.

La nueva adquisición, cuya intención original era que fuera una congregación satélite, fue una provisión enviada por Dios para que la devastada congregación de Celebration pudiera aferrarse entre sí y ministrar por toda la comunidad, dijo Watson.

El estacionamiento del local en Airline Drive estaba en una ubicación idónea para que Celebration Church montara sus masivos esfuerzos de alivio en desastres. La iglesia calcula que sirvió a 140,000 familias con sus esfuerzos de ayuda post-Katrina, proveyendo para las necesidades de alimentos, agua, ropa y artículos para bebés, a la vez que también ayudó a reparar y reconstruir casas.

La iglesia perdió 60 por ciento de sus miembros debido al desplazamiento a otras ciudades, y aún así “somos una congregación mayor a la que teníamos antes de Katrina,” dijo Watson, particularmente señalando a “la gente que han sido ganados para Cristo” a través de los ministerios de la iglesia.

Celebration Church finalmente se mudó de nuevo a local en Airline Drive en junio.

David Crosby, en retrospectiva, ve la mano de Dios trabajando en la preparación de la iglesia que pastorea — la Primera Iglesia Bautista de Nueva Orleans — para el ministerio post-Katrina. La iglesia dedicó en agosto del 2004 su nuevo local de 17 acres en el distrito Lakeside de Nueva Orleans.

Lakeside se inundó debido a la ruptura de un dique, pero la iglesia no se inundó porque el comité de construcción había tomado una decisión antes de construirlo para que los cimientos fueran 18 pulgadas más altos que lo que requería el código del ayuntamiento. Las aguas de la inundación quedaron justo al borde de las puertas de entrada.

Entonces, la PIB de Nueva Orleans pudo ser la anfitriona de la Iglesia Bautista de Franklin Avenue, la cual quedó hundida en 13 pies de agua en el Noveno Distrito durante tres semanas. La iglesia en Franklin Avenue, donde Fred Luter es el pastor, había tenido la mayor congregación bautista del sur en Louisiana antes de Katrina. Sus miembros comenzaron a reunirse en tres grupos después de Katrina: en Houston, Baton Rouge y en la PIB de Nueva Orleans. Los otros dos grupos se convirtieron en congregaciones independientes con pastores formados por Luter. Y después de dos años y medio en el local de la PIB de Nueva Orleans, Franklin Avenue reabrió sus puertas en abril del 2008.

También en el 2004, Crosby implementó una campaña de construcción para hacer 40 casas nuevas en un área deteriorada en el centro de la ciudad, la cual él bautizó como Baptist Crossroads. La iglesia estaba lista, entonces, para el trabajo que hizo Habitat for Humanity después de Katrina, en la construcción de casas—65 hasta la fecha. Baptist Crossroads, ahora un consorcio entre bautistas y Habitat for Humanity, recientemente anunció un plan de cinco años para ampliar su visión y trabajar en un área de 185 cuadras en la parte superior del Noveno Distrito.

“Nuestra meta es que en cinco años todos los lotes en el barrio determinado sean ‘mejorados'” según dice su página en Internet, www.baptistcorssroads.org. “‘Mejorados’ puede ser una casa nueva, una casa remodelada, o un lote vacío bien mantenido para evitar que decaigan las estructuras.”

La PIB de Nueva Orleans también proveyó un lugar para que otros bautistas del sur alabaran a Dios mientras no podían usar sus propios edificios luego de Katrina, y su amplio centro de alabanza se convirtió en una conveniente área de reunión para una variedad de esfuerzos de ayuda para la azotada ciudad, incluyendo el ministerio de Ayuda en Desastres de la CBS, la Cruz Roja y el Ejército de Salvación.

Otras iglesias bautistas en el área metropolitana de Nueva Orleans –- incluyendo la zona North Shore en el Lago Pontchartain — tienen historias similares de la provisión adelantada de Dios, mucho antes de Katrina. El común denominador, de quien se habla con gran fervor, es la organización para alivio en desastres de los bautistas del sur.

“Gracias a que los bautistas del sur habían hecho su tarea y habían creado un entretejido de canales efectivos para el ministerio, nuestra denominación respondió rápidamente y efectivamente ante las necesidades de las personas,” dijo Tobey Pitman, un misionero nacional con la Junta de Misiones Norteamericanas. Él era el director de Centro Brantley para los indigentes cerca del centro de Nueva Orleans, el cual Katrina dañó totalmente. Después de haber servido a través de NOAH Rebuilt de la JMN, se reubicó en North Shore donde dirige un ministerio comunitario.

“Katrina sirvió para reenfocar a la denominación a través de Nueva Orleans,” dijo Pitman. “Esto se demuestra en el enorme número de voluntarios que vinieron de inmediato y que siguen dejando huellas y marcas en los corazones durante ya cinco años.

“La increíble cantidad de dinero en ayuda para el desastre de Katrina a través de la JMN es un barómetro confiable de la manera en que el pueblo bautista del sur se sintió con respecto a Nueva Orleans,” continuó Pitman. “En cierto sentido, Katrina nos recordó nuestras raíces a los bautistas del sur, nuestro corazón por la gente y el valor de la inversión del Evangelio en las vidas de las personas –- salvos y perdidos por igual — quienes están sufriendo por el dolor y la pérdida.”

Entre las fortalezas de los bautistas del sur están su disposición para ser voluntarios, para dar hasta que duela con tal de satisfacer necesidades, de compartir el Evangelio, y quedarse hasta el último estirón, dijo Freddie Arnold, quien dirigió los esfuerzos de alivio por toda la Asociación Bautista de Nueva Orleans (el nuevo nombre para la Asociación Bautista del Área Metropolitana de Nueva Orleans, que ahora incluye a la Asociación Bautista de Plaquemines, como otra consecuencia de la tormenta).

“La devastación de la tormenta creó tal necesidad que la gente estaba abierta a cualquier tipo de ayuda,” dijo Arnold. “Para obtener esta ayuda estaban dispuestos a escuchar las presentaciones del Evangelio con más atención que nunca, y había una mayor apertura para el Evangelio, como nunca antes.”

Wascom, el director de misiones de North Shore, habló acerca de la manera en que los bautistas del sur se unieron y dejaron a un lado sus necesidades para ser las manos y los pies de Jesús ante la gente abatida por la tormenta.

“Las cosas cambiaron exponencialmente para la zona sureste de Louisiana, y creo que tuvo un efecto que cubre toda la Convención Bautista del Sur,” dijo Wascom. “El hecho es, la porción este de mi región recibió daños tan severos como los que hubo en algunas partes de Nueva Orleans pero nuestras iglesias dejaron a un lado sus necesidades de inmediato y comenzaron a unirse a las iglesias en Orleans, Jefferson, St. Bernard y Plaquemines para ayudar en los esfuerzos de alivio y recuperación. Esta cooperación altruista es el recuerdo más duradero para mí.”

Y Katrina se convirtió en una oportunidad para aprender lecciones importantes.

“Haber vivido el Huracán Katrina fue uno de los momentos más difíciles de mi vida como creyente,” dijo Fred Luter, pastor de la Iglesia Bautista Franklin Avenue. “También fue el tiempo en que aprendí el verdadero significado de ‘esperar en el Señor’. ¡La tribulación produce paciencia!”

Dios enseñó a David Crosby, de la Primera Bautista, que “el proceso de planificación siempre está sujeto a interrupciones. El caos es un promotor de nuevas ideas. La gente en crisis busca la ayuda de Dios. Recuperarse del desastre depende mayormente del desarrollo previo del carácter.”

Las lecciones que aprendieron Dennis Watson de Celebration Church son: “Tormentas — naturales, físicas, emocionales, financieras, relacionales, vocacionales, espirituales — forman parte de la vida. Dios es todopoderoso y puede sortear el impacto de las tormentas. El Señor estará con nosotros a través de las tormentas de la vida. Dios nos habla a través de las tormentas de la vida. El Señor usa las tormentas para hacernos más como Jesús.”
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Karen L. Willoughby es la directora editorial de la publicación Baptist Message, de la Convención Bautista de Louisiana.

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  • Por Karen L. Willoughby