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La elección ha terminado ¿A dónde vamos de aquí?


NASHVILLE (BP) – Estamos viviendo uno de los momentos más significativos de la historia de Estados Unidos. Al mismo tiempo que lidiamos con una pandemia, nuestra nación está dividida más allá de lo que jamás hemos presenciado en nuestra generación.

Además, ahora ha ocurrido una elección volátil y desde el miércoles, el día después del día de las elecciones, todavía no sabemos el resultado. En realidad, a pesar de quién gane, todavía hoy nos despertamos con las mismas cosas que sabíamos ayer.

No importa el resultado, tenemos que escoger vivir lo que testificamos que ya sabemos. Debemos vivir el día a día creyendo que…

Dios es soberano sobre todos los asuntos humanos

Nuestra confianza está en nuestro Dios Soberano. Nuestra confianza nunca ha estado en ningún partido político o en un político. Aunque cada uno tiene un lugar en nuestra sociedad, ninguno es soberano sobre nosotros.

Nuestro Dios es soberano sobre todo y sobre todos. La Biblia dice:

  • Daniel 2:21, “Él es quien cambia los tiempos y las edades; Quita reyes y pone reyes.”
  • Daniel 4:26, “…es el Cielo el que gobierna.”
  • Proverbios 21:1, “Como canales de agua es el corazón del rey en la mano del Señor; Él lo dirige donde le place.”

Dios es soberano y está encargado. Elimina líderes y establece líderes. Su propósito es eterno y se cumplirá. Dios tiene la última palabra. No nosotros.

Jesús es el Señor. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Por eso entregamos nuestras vidas a la supremacía de Jesucristo.

Somos imperfectos y nuestros procesos son defectuosos

Esta temporada electoral ha sido difícil y rebosante de emoción y, en ocasiones, ha resultado en violencia y destrucción.

Como escribió recientemente la escritora del Wall Street Journal, Peggy Noonan, “Estamos en una era de drama y extremos”.

Algunos actúan como si hubiéramos tenido opciones puras antes y ahora no. Seamos realistas: nunca hemos tenido opciones puras.

Vivimos en un mundo caído y todos nuestros sistemas son menos que perfectos. Ya estaba caído cuando algunos de nuestros más grandes presidentes fueron elegidos y ellos y otros han emergido del fuego del liderazgo.

La perfección no ocurrirá hasta que muramos y nuestra residencia cambie de aquí al cielo, cuando Jesús venga otra vez en Su Reino Soberano eterno.

Siempre que sepamos los resultados de esta elección, debemos confiar en Dios y seguir adelante. Dios tiene esta elección y el mundo entero en sus manos.

La Biblia es la Palabra de Dios y debemos proclamar su verdad con valentía

Como cristianos que creen en la Biblia, debemos proclamar la verdad de Dios con valentía y sin vergüenza. Aunque vamos a honrar y orar por nuestros líderes políticos, nuestra lealtad es, en ultima instancia, a Dios y la Biblia.

Cuando es necesario, hablamos con valentía y profecía a la iglesia, así como a los líderes de nuestra nación. La arrogancia, la ira y la indignación nunca deben encontrarse dentro de nosotros. Como pueblo de Dios, debemos estar marcados con humildad, amor y el poder de Dios cuando hablamos.

Es por eso que siempre continuaremos diciendo la verdad sobre:

  • La Corte Suprema y su futuro. Esto es importante para nosotros porque un presidente puede moldear una generación, pero sus nombramientos pueden moldear muchas generaciones.
  • La santidad y dignidad de la vida humana desde el vientre hasta la muerte natural. Si destruimos la vida humana en el vientre, nuestra visión de la vida humana entre el nacimiento y la muerte se distorsiona, lo que también nos causa devaluar a cada persona creada en la imagen de Dios. Estas malas decisiones conducen a la corrosión de toda nuestra cultura y toma de decisiones.
  • La libertad religiosa en Estados Unidos y en todo el mundo. Deseamos que nuestro gobierno cumpla con la primera enmienda de nuestra constitución, que otorga la bendición de la libertad religiosa para todos los estadounidenses. Está llamado a honrar y preservar lo que Dios nos ha dado: la libertad de adorar a Dios sin daño ni amenaza. Deseamos que suceda lo mismo en todo el mundo.
  • La seguridad nacional. La Biblia es clara en Romanos 13: 4-7, que el gobierno es responsable de protegernos unos de otros, pero también de aquellos fuera de nuestra nación que deseen hacernos daño.
  • Economía. Una economía saludable puede crear más empleos, más oportunidades, contribuir a la edificación de familias exitosas, ayudar a los necesitados, siempre con el objetivo de eliminar la pobreza, así como ayudar a proporcionar a nuestra nación una defensa aún mayor.

Por lo tanto, proclamamos la Palabra de Dios con valentía, abordando necesidades como estas y otras que sabemos que representan el corazón de nuestro Dios en Su Palabra.

Solo Dios, y nadie más, puede sanar a nuestra nación 

¿Quién puede sanar a nuestra nación?

  • Ningún político.
  • Ningún partido político.
  • Ningún presidente.
  • Ninguna agencia gubernamental.
  • Ningún estado.
  • Ningún educador.
  • Ningún artista.
  • Ningún predicador.
  • Ninguna persona famosa.
  • Ningún atleta.
  • Ningún líder.
  • Ninguna iglesia.

Cada uno es importante. Ninguno es imperativo.

Solo Jesús puede sanar a nuestra nación. Solo Jesús puede sanar las relaciones.

América está rota. Cada uno de nosotros está roto.

Jesús es la respuesta. Siempre lo ha sido y siempre lo será.

Aunque es nuestra única solución, Jesús nunca es nuestro problema.

América necesita a Jesús. El mundo también necesita a Jesús.

Por lo tanto, ve y cuéntalo.

Ahora es el momento de liderar.

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  • Ronnie Floyd