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La iglesia que Page amó desde su infancia

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NASHVILLE, Tenn. (BP)–Cuando Frank Page era un niño, sus padres no eran cristianos, pero Dios usó a una pareja mayor, Raymond y Elsie Hampton, para llevarlo a Cristo, según dijo Page mientras recordaba algunas de las influencias formativas en su sendero hacia la presidencia del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur.

Su familia era muy pobre y recién llegada al área de Greensboro, C. N., donde los Hampton se acercaron a él para invitarlo a la Escuela Bíblica de Verano y a la Escuela Dominical en la Iglesia Bautista Southside, una congregación pequeña y conservadora.

“Comenzamos a ir, principalmente mi hermana mayor y yo,” dijo Page a Baptist Press. “Era una experiencia fascinante para mí porque la verdad es que mi hogar no siempre era uno feliz, y probablemente esa sea una manera amable de decirlo. Quizás por eso, había una profunda necesidad de paz en mi vida, un lugar de cariño, y los encontré en la iglesia.

“Creo que Dios usó esa necesidad en mi vida para revelar ante mí Su carácter. Me encantaba todo en la iglesia.”

Incluso antes de ser salvo, Page tenía 4 años cuando le dijo al pastor durante un servicio de inauguración de la EBV que él iba a ser un predicador bautista cuando creciera, y el pastor anunció su decisión ante la congregación.

“No tengo un recuerdo consciente de no haber sabido el llamado de Dios para mi vida,” dijo Page, quien asume el papel de presidente del Comité Ejecutivo el 1º de octubre.

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En esos días de la infancia, Page se conseguía un ‘aventón’ a la iglesia. Una noche de domingo cuando tenía 9 años, había quedado con alguien para que lo llevara a la iglesia, y mientras escuchaba al pastor, se dio más cuenta de su necesidad de Cristo.

“En uno de esas situaciones un poco clásicas, durante la invitación, fui al altar y le pregunté al pastor que si me podía ayudar a conocer a Cristo,” dijo Page. “Él oró conmigo, y yo oré la oración de confesión y arrepentimiento y de rogar a Dios que viniera a mi corazón.

“Ahí mismo, frente a la congregación de la Iglesia Bautista Southside en una noche de domingo le entregué mi vida a Cristo. Poco tiempo después fui bautizado, y después mi hermano, mis hermanas, mi madre y mi padre también.”

Mientras Page crecía en su fe cristiana, acompañaba a hombres mayores a hacer visitas evangelísticas.

“Yo les preguntaba si podían pasar por mí, y me recogían en mi casa y nos íbamos,” recuerda. “Tenía mucho miedo de decir algo, ya que era un niño, pero me encantaba verlos compartir sobre Cristo.

“Así que comencé a aprender desde muy niño la importancia de iniciar un testimonio para Cristo y compartir el Evangelio. Aprendí mucho de esos queridos caballeros, y aún recuerdo algunos de esos encuentros evangelísticos hasta la fecha.”

Incluso ahora, uno de los mayores gozos de ser cristiano, dice Page, es ganar gente para Cristo. Al pasar los años, dice que Dios le dio un ministerio particular para ganar algunos “hombres testarudos” para Cristo.

“Eso es algo que me gusta hacer, ganar para Cristo a hombres muy callosos, endurecidos. Oro que Dios siga dándome relaciones para que pueda continuar ganándome a esos tipos de hombres para Cristo,” comentó Page, añadiendo que se ha inscrito en un club secular de salud física en Nashville como un esfuerzo para interactuar con gente fuera de su lugar laboral cristiano.

Otro gozo de ser cristiano, dijo Page, es la comunión con el Señor, y él separa tiempo cada mañana para leer la Palabra de Dios.

“Yo leo la Biblia completamente una vez al año y lo hecho desde 1974 cuando el profesor Bill Tolar en Southwestern Seminary retó a los seminaristas bajo su tutela diciendo que deberíamos estar leyendo toda la Biblia durante el año. Nunca lo había hecho. Hasta entonces había leído la Biblia por completo pero no en un solo año.

Page reconoció algunas batallas que forman parte del peregrinaje cristiano.

“Ciertamente hay muchos retos al ser cristiano. La batalla continua contra el pecado en la vida, como lo menciona Pablo al final de su vida, cómo luchó incluso al final para hacer lo que debía hacer y no lo que no debía hacer,” dijo Page. “Ese es un reto continuo para mí y sé que lo es para cada creyente, el manejar la naturaleza pecaminosa que me acosa y nos acosa.

“Y ciertamente muchos otros retos de crecimiento y a veces de falta de crecimiento son un reto al ser cristiano. Éstos ciertamente me afligen y me afectan igual que a otro cualquiera.”

Al iniciar su periodo como presidente del Comité Ejecutivo, Page, anteriormente presidente de la Convención Bautista del Sur y pastor por 34 años, dijo creer que ha sido llamado por Dios para aceptar el puesto, y citó estar consciente de la manera en que Dios ha ordenado su vida para formarlo para este trabajo.

Mirando hacia atrás, Page dijo que puede ver que en esos 34 años Dios lo guió como pastor de iglesias de diversos tamaños y estilos, desde iglesias pequeñas en áreas rurales hasta grandes iglesias en la ciudad. En el camino, Page cooperó con los bautistas en los niveles de la asociación, estatal y nacional.

“Puedo ver no sólo el llamado de Dios si no la mano formativa de Dios mientras me empujaba, a veces refunfuñando, pero me empujó hasta el mismo lugar donde ahora digo, ‘Señor, aceptaré este llamado. Tu siervo escucha Tu llamado, y veo cómo me has formado tanto vocacionalmente como en la personalidad y el carácter,'” dijo Page a BP.

Su esposa Dayle apoya el llamado, dijo, señalando que a veces ella ha estado más sensible que él para distinguir el llamado de Dios.

“Ella y yo hemos orado sobre el venir aquí y ella se sintió muy consciente también de que Dios me ha formado para este cargo,” dijo Page. “A veces las esposas tienen una percepción más clara que nosotros los esposos necios.”

En su vida personal, Page ha pasado por algunas experiencias de duelo durante el año anterior. En julio, murió su madre.

“Pero eso pasó en un ambiente más o menos normal donde su salud había desmejorado y estaba en las etapas iniciales del Alzheimer. Así que, la verdad, es que estoy agradecido con el Señor por Su misericordia para que mi madre no tuviera que sufrir en un ambiente de Alzheimer más de lo ya sufrió,” dijo Page.

En noviembre pasado, la hija mayor de Page, Melissa, murió trágicamente a los 32 años. En los días posteriores, él y su esposa y sus dos hijas menores “han experimentado realmente la mano de gracia de Dios.”

“La gracia de Dios es suficiente, y lo hemos visto, lo hemos experimentado. Él no nos da más de lo que necesitamos, pero tampoco nos da menos de lo que necesitamos. Así que hemos visto Su mano proveedora,” dijo Page.

“Alguna vez alguien preguntó, ‘¿Cómo ha manejado la muerte de su hija?’ Y yo siempre respondo y digo, ‘Nunca podría ponerlo en el tiempo pasado. Lo manejo día a día… Lo enfrentas a diario. Algunos días son más difíciles que otros.'”

Mientras se prepara para enfrentar la tarea que le espera, Page reconoce las alegrías y retos de ser un bautista del sur.

“Muchas de las alegrías se relacionan con las alianzas que tenemos. Es un gran gozo ser un bautista del sur porque nos unimos, me gusta eso,” dijo. “Creo que es un gran gozo ser un bautista del sur.

“Todo mundo sabe que los bautistas del sur son independientes en naturaleza y póliza, pero saben que trabajamos duro para colaborar juntos, creo que Dios ha bendecido eso, y eso es un gozo para mí, saber que tengo alianzas en varios niveles con varias personas por todo el mundo, quienes son bautistas del sur.”

Al mismo tiempo, la naturaleza autónoma de ser un bautista del sur significa que cada uno tiene derecho a su propia opinión, y a veces la gente expresa sus opiniones en maneras que quizás no sean tan mutuamente respetuosas como deberían, dijo Page.

“Uno de los grandes retos es el hecho que en nuestro mundo del siglo XXI estamos en un tiempo de individualismo rampante y eso, para mí, ha afectado a nuestras iglesias y a nuestros misioneros como personas que se han separado, hasta cierto punto, del tipo de mentalidad de cooperación para ahora decir, ‘Nosotros pensamos que podemos hacerlo mejor por nuestra cuenta. Podemos hacer nuestro trabajo mejor solos,'” dijo Page. “Creo que ese individualismo rampante a veces ha causado un desafío para nosotros al intentar hacer algunas cosas juntos.”

Sin embargo, indisputablemente, es una rica herencia de educación misionera y labor misionera que “probablemente no tenga un paralelo en el mundo evangélico,” dijo Page.

“Haber sido un niño incluso en una pequeña iglesia a donde fui para formar parte de la educación misionera que estaba sucediendo por esos días le dio ánimo a mi pequeño corazón,” dijo. “Al ir a la Training Union, me discipularon y aprendí sobre los caminos del Señor y acerca de la Palabra de Dios. Esas son cosas que me dan gozo.

“Y luego ir a la universidad y a un seminario y aprender a hacer ministerio –- esas son cosas que me dan gozo y que son un tesoro para mí. Involucrados en las misiones y en oportunidades educativas, los bautistas del sur son tan bendecidos.”
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Con un reportaje de Art Toalson, el editor de Baptist Press. Escrito por Erin Roach, quien escribe para Baptist Press.