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La matanza de Wisconsin clama por respuestas


NASHVILLE, Tenn. (BP) — La reciente masacre en un templo Sij en Wisconsin ha sacudido a nuestra nación. El ex militar y ‘neonazi frustrado’ de 40 años, Michael Page, dejó una herida en medio de nuestra comunidad. Aunque hoy está muerto, acribillado a tiros por la policía después de haber matado a seis personas en las afueras de Milwaukee, la matanza está rodeada de misterio y ha dejado algunas preguntas por responder.

Sabemos que no habrá juicio que ventilar, jurado que persuadir ni juez que dicte sentencia ya que Wade Michael Page ha pasado a otro mundo. Algunos cuestionan si alguna vez se conocerán todos los pormenores de la matanza. Sin embargo, nuestra nación está dolida. Familias están desconsoladas y muchos se hacen preguntas con razón El dolor a veces nos debe hacer reflexionar. He aquí tres reflexiones que puedo sacar de este triste incidente:

Primero, vivimos en un mundo manchado por el pecado. Según las autoridades y testigos, el atacante ingresó al templo sij en el suburbio de Oak Creek abriendo fuego mientras decenas de personas preparaban el servicio del domingo. La policía describió el ataque de esa mañana como un acto local de terrorismo. Ese día, como otros que no quisiéramos recordar, un lugar de adoración, un domingo, un lugar separado y tranquilo no escapó de estos ataques. De muchas maneras, el pecado no solo corrompe nuestra propia vida pero termina afectando la vida de otros, aun de inocentes que no tienen nada que ver con eso. Proverbios 24:9 nos recuerda “El pensamiento del necio es pecado, y abominación a los hombres el escarnecedor.” El ataque se llevó a cabo mientras los feligreses oraban y meditaban en el templo, mientras decenas de mujeres preparaban alimentos en la cocina del santuario para compartirlos después de los servicios religiosos entre los miembros de la comunidad. Mientras las autoridades investigan si el caso es un posible acto de intolerancia racial, la policía ha señalado que el asesino fue un ex dirigente de una banda metalera que pregonaba la supremacía de la raza blanca. Vivimos en un campo misionero, una nación que necesita el verdadero y puro evangelio de Cristo. El pecado hirió una vez más al país entero. Por un lado, no podemos obviar que el racismo y muchos prejuicios aun existen en nuestra sociedad. Por otro, esto nos hace reflexionar en no juzgar a las personas por su color de piel o etnia.

Segundo, Dios es justo y conoce del dolor humano. Esta matanza ha enlutado a la comunidad sij de Estados Unidos, pero también ha entristecido a toda la nación. Actos como estos, aunque parezcan que nos estamos acostumbrando más a ellos, hacen un hueco profundo en el corazón humano. ¿Por qué sucede algo así? ¿Cómo alguien pudiera actuar de esta forma? Las preguntas son muchas y las respuestas pocas. Solo Dios puede entenderlo y su juicio todo lo revelará. Salmos 97:2 nos recuerda “Justicia y juicio son el cimiento de su trono”. En medio de la tristeza y el dolor de los familiares y amigos que fueron afectados en esta matanza, no podremos nosotros ni las autoridades satisfacer todas las preguntas que el mundo pueda hacerse. Alguien mirando las imágenes de tv que mostraban a los familiares sin consuelo me preguntó por qué Dios permitía esto. Le respondí que no sabía, pero que mi entendimiento era limitado. Salmos 119:37 nos recuerda “Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios.” Le recordé que Dios es justo y conoce de nuestras luchas, incluyendo el dolor de las familias devastadas. Un día su justicia lo revelará todo.

Tercero, no tengas miedo. Aunque la tristeza y el dolor nos embargue por ver hechos como estos. No te dejes atemorizar por el pecado. Las escrituras nos instan a vencer el mal con el bien. Dios es bueno y su misericordia es infinita. Dios tiene en mente una vida con propósito para este mundo. Su amor es inmenso y sus promesas nunca fallan. Pensando en nosotros Jesús dijo “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33. Estamos llamados a poner nuestra confianza y seguridad en Dios. Con El a nuestro lado, podemos estar seguros, vencer el mal y cualquier temor. No dejemos que tragedias como esta nos desanimen. Por el contrario, ellas son una razón más para compartir las buenas nuevas con otros, dar esperanza y consuelo al afligido. Oremos por nuestro país y proclamemos que en Dios está la seguridad y la sanidad del hombre. “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino.” Proverbios 3: 13-14. Ese clamor solo en Cristo encuentra respuestas eternas.

Porque Él vive,

Luis R. López
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Luis R. López es el Director de LifeWay Español de LifeWay Church Resources en Nashville, Tenn. https://www.LifeWay.com/espanol

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