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La perspectiva de salud mental de los estadounidenses cae, pero no para los asistentes regulares a la iglesia


Un estudio reciente de Gallup revela una conexión entre la asistencia regular a la iglesia y una autoevaluación positiva de la propia salud mental.

El estudio, publicado el 7 de diciembre, se enfocó en el 76 por ciento de sus encuestados que clasificaron su salud mental actual como excelente o buena. Desde la creación de la encuesta en 2001, esa respuesta se había mantenido en el rango de 81-89 por ciento. Este año marcó una caída de 9 puntos desde 2019 y el punto más bajo en la historia del estudio en esa categoría.

Los desgloses demográficos del estudio muestran la más grande disminución entre los republicanos y aquellos que rara vez o nunca asisten a servicios religiosos. El único grupo de encuestados que reportó una mejor perspectiva de salud mental fue el de aquellos que asisten semanalmente a los servicios religiosos.

Eso ocurre por tener una relación con Cristo, dijo Ian Jones, decano asociado de la División de Consejería del Seminario Teológico Bautista New Orleans. Jones fue rápido en señalar, sin embargo, que esto se refiere a aquellos que consistentemente crecen en su fe y mantienen contacto con otros cristianos.

“Tenemos esperanza en lo que normalmente son situaciones desesperadas”, dijo. “Investigaciones muestran que los cristianos van a estar más esperanzados y menos deprimidos, pero son los que tienen una fe activa y conversaciones activas con Dios.”

Citó “la enormidad de problemas” que se han acumulado en 2020 y dijo que han tenido un efecto en la salud mental de la gente y trajeron muchos “primeros”, incluido él mismo.

“No es solamente el COVID,” dijo Jones. “Aquí en el sur, hemos tenido 30 tormentas nombradas y seis huracanes que han llegado en nuestra dirección. Tres han golpeado Louisiana. El más reciente, Zeta, se movió más rápido. Yo estuve en medio de ese…nunca había hecho eso antes.”

La tormenta de una elección presidencial, la agitación cultural y la devastación histórica por el fuego en California – todo durante una pandemia mundial – han contribuido a las dificultades para poder mantener una salud mental positiva.

La mayoría de los estadounidenses todavía consideran su salud mental como excelente (34 por ciento) o buena (42 por ciento) en vez de aceptable (18 por ciento) o pobre (5 por ciento). Sin embargo, otro estudio de Gallup divulgado en mayo dijo que los estadounidenses adultos que caracterizan su vida como “próspera” habían bajado a 46.4 por ciento, igualando el punto bajo de noviembre de 2008 durante la Gran Recesión.

Para los cristianos, una creciente marginalización de las iglesias es otro factor que contribuye al estrés. En respuesta a la pandemia, los gobiernos en Nevada y California, por ejemplo, han impuesto lo que los defensores de la libertad religiosa afirman es una aplicación desequilibrada de la ley en relación con las iglesias y otros establecimientos como los casinos. Eso, más la miríada de complejidades que el COVID ha traído a los pastores e iglesias, ha llevado a una preocupación creciente por el estado de la salud mental entre los ministros.

El estrés también puede afectar los matrimonios, dijo Tate Cockrell, profesor asociado de consejería y director de estudios doctorales en ministerio del Seminario Teológico Bautista Southeastern.

“COVID ha revelado muchas de las disfunciones maritales que las parejas eran capaces de encubrir cuando trabajaban y estaban ocupadas, no forzadas a estar cerca,” dijo.

“Las crisis en tu vida general revelan la fortaleza de tu matrimonio [así como] las fortalezas y las debilidades en tus relaciones. COVID ha pelado el revestimiento brillante y ha revelado cuántos de ellos no son fuertes. Ahora, cuando la gente tiene que tomar decisiones de la vida día a día, esto crea estrés. Pensé que mi consejería matrimonial disminuiría durante este tiempo, pero nunca he estado más ocupado.”

Jones dijo que el aislamiento provocado por la pandemia ha exacerbado los asuntos de salud mental para algunos.

“Génesis 1-3 es claro en que fuimos hechos para relacionarnos los unos con los otros,” dijo. “Nuestra salud está determinada por nuestra relación con Dios y nuestra relación con nuestro prójimo.”

Cuando los cristianos no se reúnen, se vuelve muy difícil llevar las cargas unos de los otros. “Desafortunadamente, eso puede tener efectos duraderos,” dijo.

Las escrituras dan numerosos ejemplos en relación con la obra de Dios incluso en situaciones estresantes. El Salmo 42 es una exhortación a esperar en Dios cuando el alma está desanimada. El Salmo 73 es un lamento por el éxito percibido de los malvados, pero al final es un recordatorio a tener el enfoque correcto: “…el bien es estar cerca de Dios…el Señor Dios es mi refugio” (v. 28).

Jones estuvo entre los consejeros que respondieron a Wedgwood Baptist Church en Fort Worth, Texas, la noche del 15 de septiembre de 1999. Más temprano esa noche un pistolero abrió fuego en el evento “See You at the Pole” y mató a siete e hirió a siete más. Tales eventos, sin duda, generan luchas y preguntas aun en los cristianos. No obstante, la felicidad y la salud mental de los cristianos puede estar conectada a una fuente más fuerte.

“Los cristianos tienen una esperanza”, dijo Jones. “Mantener la causa de su gozo es la clave”.