LONDON (BP) — Durante más de 200 años, Londres ha sido depositaria de muchos de los más notables tesoros culturales del globo.
En un paseo de una hora a través del Museo Británico, el visitante puede ver estatuas griegas del Partenón; colosales leones alados del palacio de Asiria; la Piedra Rosetta, la clave del mundo para descifrar el lenguaje de los faraones; y una plétora de otros incomparables e invaluables tesoros.
Pero ahora otra clase diferente de tesoro está en Londres para los Juegos Olímpicos de Verano que comienzan el viernes (27 de julio).
Incluso otro tesoro ha encontrado un hogar en Londres fuera de las seguras paredes del museo de prestigio mundial.
Ese tesoro está en las calles, en los vecindarios, en los buses y en los trenes subterráneos, con destino al lugar de las olimpiadas, trabajando en los restaurantes o asistiendo a las escuelas.
Es la gente.
Está Asuntha*, por ejemplo. Su esposo de Sri Lanka la trajo a Londres justo después de que se casaron. Como es común en esta clase de matrimonios arreglados, ella no lo conocía bien, y las dificultades familiares subsiguieron. Unos pocos años y dos hijas después, su esposo la dejó, el banco le embargó la casa, y ella tuvo que trasladarse a una vivienda del gobierno.
Sin embargo, Asuntha se quedó en Londres viviendo en un pequeño apartamento arriba de un gimnasio, para forjar una mejor vida para sus hijas. Sus hijas asisten a escuelas británicas y hablan perfecto inglés. Ella sabe que quedándose en Londres sus hijas tendrán un más prometedor inicio de vida del que tendrían de vuelta a su país de origen.
Asuntha es una de los 100.000 estimados nacidos en Sri Lanka residentes del RU, la mayoría de los cuales viven en Londres. Ellos traen consigo no solamente su cultura sino también su religión, la cual incluye el islam, el hinduismo y el sikhismo.
En un artículo del 2007, el New York Magazine compara la Londres contemporánea con la ciudad de New York a inicios de los 1900s, su gran época de inmigración. Por décadas, diferentes etnias han encontrado razones para emigrar a Londres.
Los turcos cipriotas comenzaron a establecerse en el área de la ciudad de Camden en los 1950s. Ahora en el área de Haringey hay una concentración de cerca de 30.000 a 40.000 personas que hablan turco — y más de 200.000 en toda Londres.
Los pakistaníes, debido a los lazos históricos y coloniales con Bretaña, han fluido hacia Londres en gran número, especialmente en los 1960s; ahora hay más de un millón en el RU. El mayor número de portugueses fuera de su país natal vive en Stockwell, y suman 27.000.
El trabajo en las fábricas de ropa atrajo a los refugiados vietnamitas a Hackney a inicios de los 1980s. Las guerras y los conflictos en Irak, Afganistán, Somalia y en otros sitios han traído más refugiados a Londres en la última década.
Más recientemente, trabajadores de la Unión Europea han fluido hacia Bretaña desde que se abrió a los estados miembros en 2004. Originalmente el gobierno predijo que 13.000 trabajadores de la UE entrarían anualmente a Bretaña; sin embargo, 329.000 llegaron en los primeros 18 meses de la política, muchos de Polonia, Lituania, Eslovaquia, Letonia y la República Checa.
¿El resultado? La ciudad se ha vuelto una “capital multilingüe,” de acuerdo al Centro Nacional para las Lenguas con base en Londres.
Los niños escolares en Londres hablan más de 200 lenguas y más del 40 por ciento de todos los niños escolares de Londres hablan otra lengua además del inglés en la casa, estima el centro.
En el este de Londres, el porcentaje de estudiantes de la escuela primaria que hablan inglés solamente como segunda lengua es tan alto como el 78 por ciento, muestran las cifras.
Una dinámica espiritual de este tapiz étnico está expresada en la diversidad de religiones que encuentran fundamento en Londres. Las mezquitas son evidentes en muchas partes de la ciudad además de en pueblos remotos. Templos hindús y sikh salpican la vista de la ciudad donde una vez solamente se levantaban cristianos.
En vez de ser un “crisol,” primero acuñado por la asimilación de los recién llegado a EE.UU. hacia un todo homogéneo, Londres se etiqueta como “multicultural,” un lugar en el cual las diferentes identidades culturales son mantenidas idealmente dentro de una sociedad unificada.
Fue este aspecto multicultural de Londres lo que llevó al misionero Patrick Sims de la Junta de Misiones Internacionales a la ciudad en 2002.
“Londres es un asombroso lugar para relacionarse con gente de todas partes del mundo,” dijo Sims, líder de estrategia de IMB para Londres. Él y su esposa Sarah* dirigen un equipo de misioneros que se extienden a la ciudad. Los miembros del equipo de Londres a menudo hablan los idiomas y entienden las culturas de procedencia de estos más recientes residentes londinenses, tanto de los recién llegados como de la segunda y tercera generaciones de inmigrantes.
“Hoy en día en la mayoría de las ciudades alrededor del mundo, usted encontrará muchas culturas,” dijo Sims. “Creo que esto solamente está agrandado en Londres, una ciudad cuyos oriundos son la minoría en su propia capital. Creo que el elemento singular acá es las masivas cantidades de cada uno de los grupos que están acá.”
Rachel Carter*, misionera de IMB en Londres, llegó a conocer a Asuntha, la madre de dos niñas de Sri Lanka, a través del grupo de preescolar al que el hijo de Carter asistía. Fue allí que ella notó a dos mujeres de Asia meridional, una de ella usaba el velo islámico, de pie separadas de las mamás inglesas.
“Yo iba a tratar de pararme junto a Asuntha y de hablarle del clima o de cualquier cosa en la que podía pensar,” dijo Carter.
A medida que su amistad profundizaba, Asuntha compartía con Carter sobre sus tiempos difíciles.
“Ella me dijo que yo era con la única con la que podía hablar,” dijo Carter. “Formar relaciones con musulmanas o indias es mucho más fácil acá que inclusive con mujeres británicas. Es una oportunidad increíble para los cristianos hacer amistad con la gente (de tantos lugares). Es muy evidente cuando se es una persona genuina, humilde, amable y cariñosa.”
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*Los nombres han sido cambiados. Elaine Gaston, escritora de la Unión Femenil Misionera, vivió en Londres con su familia a mediados de los 1990s. Para descargar una copia de WMU International Mission Study on London (Estudio de Misiones sobre Londres de UFM) en el que aparece este artículo, visite https://www.newsfromeurasia.com/?p=629.