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La silenciosa segregación de Glorieta Baptist Assembly

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SANTA FE, N.M. (BP) — Muchos bautistas del sur están familiarizados con Annie Armstrong, fundadora de la Unión Femenil Misionera (WMU) y de la homónima ofrenda anual de Pascua de la Junta de Misiones Norteamericanas. Pocos saben de Annie Filmore, pionera de las misiones bautistas del siglo XX, a quien inicialmente se le negó el compañerismo con la WMU de Armstrong debido al color de su piel.

Entre 1920 y 1960, la WMU tuvo variables y algunas veces conflictivas posturas sobre las relaciones raciales en Estados Unidos. Ya en 1927, líderes de WMU tomaron una posición pública en contra del linchamiento. En 1940, WMU entrenó a las mujeres negras para el ministerio dentro de sus respectivas iglesias. Sin embargo, en una edición de 1946 de la revista “Royal Service” de WMU, la organización rechazó la desagregación como “irrazonable.”
Tres años después, en la misma revista, WMU promovió la desagregación, y a principios de los 1950s apoyó la desagregación de las escuelas públicas. Filmore se familiarizó íntimamente con las conflictivas posturas de WMU sobre las relaciones raciales en 1953, cuando intentó asistir a dos conferencias de WMU en dos diferentes regiones del país.
Temprano en la mañana del 29 de junio de 1953, Dale Danielson de 23 años sintió que el Espíritu Santo lo impulsaba a dejar la cabina de su familia en Glorieta Baptist Assembly y conducir más allá de los portones del campamento a la vieja autopista transcontinental. Lo que pasó después se quedó con él el resto de su vida.
En un registro oficial de ese día en 1985, Danielson escribió que “la quietud de la hora temprana de la mañana era encantadora.” Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que la quietud fuera interrumpida. De acuerdo con Danielson, “la silueta plateada azul y blanco de un autobús de Greyhound quedó a la vista en lo alto del paso. Aminoraba y los frenos de aire silbaban cuando el conductor se hizo a un lado de la carretera tan despreocupadamente como un conductor de la ciudad se aproxima a la parada del autobús. Aquí en el medio de la nada, las puertas se abrieron, y una pasajera se bajó.”

La pasajera era Annie Filmore, una mujer negra de Durham, N.C. Filmore se aproximó a Danielson y le preguntó si él era el administrador del campamento. Danielson le informó que él no era, pero se ofreció a llevarla a hablar con él. Ella estuvo de acuerdo.
Durante el trayecto, Filmore le dijo a Danielson que a ella y a la otra mujer en su iglesia no les estaba permitido asistir a las semanas de WMU en Ridgecrest Assembly en North Carolina.
“Cristianas de todo el mundo llegan ahí, pero a nosotras no se nos permite,” dijo ella. “Así que, cuando leí de esta nueva apertura en ‘Western Ridgecrest,’ el Señor me movió a querer venir.”
Filmore ha de haberse referido a la invitación pública al campamento de Harry Stagg, el director ejecutivo de la Convención Bautista de New Mexico, quien llamaba New Mexico “la mejor atmósfera posible de compañerismo internacional e interracial.”
En ese tiempo, la Junta Bautista de Escuela Dominical (ahora Recursos Cristianos LifeWay) generalmente se oponía a las reuniones integradas en Ridgecrest. En 1946, la junta rechazó una propuesta de las Uniones Bautistas Estudiantiles para incluir a los estudiantes afroamericanos en un retiro auspiciado por el campamento.
Incentivada por la promesa del compañerismo cristiano en Glorieta, Filmore compró el boleto de autobús de $70 y se embarcó en la travesía de tres días a New Mexico, donde ella esperaba asistir a la conferencia de WMU en el campamento.
Danielson se detuvo en la oficina de registro del campamento, y los dos se encaminaron hacia adentro. Filmore le dijo al registrador en la recepción que ella tenía una reservación con E. Allison Herron, administrador de Glorieta. Danielson, al notar la mirada en la cara del registrador, decidió esperar con Filmore. De acuerdo con Danielson, “el registrador desapareció brevemente en los salones de atrás y en un momento volvió y escoltó a la señora Filmore hacia la oficina privada del gerente. La puerta se cerró.”
Danielson se quedó esperando en el vestíbulo mientras Filmore, Herron y el registrador se reunían en privado.
Danielson sentía que un momento crucial se desenvolvía el cual tenía ramificaciones para el más amplio legado bautista del sur en el oeste de los Estados Unidos. Al recordar el evento, él escribió: “Ahora el agua del idealismo golpeaba la rueda de la realidad en la oficina de registro. El futuro pendía de un hilo. ¿Podría la discriminación de la raza dentro de la iglesia ser inyectada en el despuntar de un nuevo día en los estados del oeste?”
La pregunta de Danielson fue contestada minutos después, cuando Filmore emergió de la oficina de Herron notablemente indispuesta. Ella se acercó a Danielson y se sentó junto a él.
“Tengo que volver al autobús y regresar a casa,” le dijo. “Él dice que me dejará quedarme, pero solamente si me quedo sola. Y debido a que cada cuarto de hotel es para tres huéspedes, tendré que pagar triple tarifa. No tengo suficiente dinero para quedarme.”
Danielson objetó e insistió que ella se quedara con él y con su madre como huésped en su cabina privada. Filmore lo complació.
Filmore rápidamente hizo amistad con la madre de Danielson: Margaret. Danielson escribió sobre las dos: “Mi madre era muy blanca, de sangre escocesa y la señora Filmore era una carolinense muy negra. Pero por dentro eran exactamente iguales. Ellas eran dos de las damas con mente más misionera que jamás caminaron sobre esta tierra.”
En una historia de Glorieta escrita por Danielson y su esposa Betty, él añadió: “Supe que Annie Filmore estaba en línea directa al cielo solo por hablar con ella. Ella y mi madre estaban en la misma sintonía. Estuvieron cerca en minutos, como dos corazones que saltan el uno por el otro.”
De acuerdo con Danielson, “las damas de WMU de todas partes adoptaron a Annie Filmore en su corazón y la hicieron su huésped favorita esa semana, rompiendo así décadas de segregacionismo. “Él indicó que cuando Filmore se arrodillaba para sus oraciones nocturnas, “el cielo bajaba. Ella asaltó las calles de oro con la efusión de almas nacidas de nuevo.”
Al reflexionar en su amistad con Filmore, Margaret escribió: “Ella fue la mayor bendición que Dios trajo a nuestro hogar en ese verano de apertura de 1953.”
Después de regresar a Durham, Filmore les escribió a los Danielson, agradeciéndoles. “Debido a su generosa actitud y ayuda, le he rededicado mi vida al Maestro,” escribió.
Después de saber del incidente en Glorieta, Lewis Myers, editor de “Baptist New Mexican,” públicamente censuró las acciones racistas de Herron en un editorial de BNM de 1953, escribiendo: “Ese acto deshizo cada cosa que los bautistas del oeste se esforzaban por conseguir aquí en Glorieta. … Somos un desfile de muchos pueblos que viven juntos en diversidad y participación. Dios nos ha hecho una sangre de todas las naciones.”
En un artículo de BNM publicado el año siguiente, Myers elogió las acciones de los Danielson escribiendo: “Esperamos que aquí en el gran suroeste donde viven cuatro razas dominantes, el mundo pueda ver lo que la armonía cristiana puede hacer.”
Dale Danielson, miembro de siempre de First Baptist Church de Albuquerque, murió en 2015. En una entrevista reciente con el Baptist New Mexican, Betty Danielson habló del carácter de su fallecido esposo.
“Él tenía una mentalidad misionera,” dijo ella. “Su mamá era una gran misionera en la iglesia y ganó a muchas, muchas personas para el Señor en First Baptist Church. Fue criado para no tener prejuicios en contra de ninguna persona, sin importar qué.”
Filmore fue miembro activa de Mt. Vernon Baptist Church en Durham. Tuvo varios puestos de liderazgo en la Convención General Bautista de la comunidad de misiones de North Carolina. Sirvió como la sexta presidenta de la Unión Misionera del Condado de Durham, secretaria de correspondencia de la Convención de Mujeres y oficial de auxiliares de la Convención de Misiones Bautistas Extranjeras Lott Carey. Ella murió en los 1970s.

NOTA DEL EDITOR: La información en este artículo está derivada de dos relatos escritos de las interacciones de Dale Danielson con Annie Filmore; una entrevista con Betty Danielson; copias de archivo del “Baptist New Mexican” y del “Carolina Times”; y los siguientes libros: “Contendiendo por la Fe: Bautistas del Sur en New Mexico, 1938-1995,” por Daniel R. Carnett; y “Haciendo lo Correcto delante de Dios: los Bautistas del Sur y la Desegregación, 1945-1995,” por Mark Newman.