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Las órdenes sobre inmigración de Trump atraen diversas reacciones


WASHINGTON (BP) — La política de inmigración del presidente Trump ha atraído un enfoque renovado entre los bautistas, con reacciones a su naciente orden ejecutiva del 6 de marzo y críticas a sus dos órdenes ejecutivas anteriores expresadas por una coalición de pastores hispanos.
La orden ejecutiva de Trump del 6 de marzo revocó una orden del 27 de enero sobre inmigración que probó ser controversial y fue bloqueada por las cortes federales. La nueva orden, que tomaría efecto el 16 de marzo, impone una “pausa” de 90 días para la entrada a EE.UU. de ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen — y elimina a Irak de la lista de siete naciones restringidas, de mayoría musulmana en la orden anterior.
La nueva orden rescinde una prohibición indefinida para refugiados de Siria y promulga una suspensión de 120 días del Programa de Admisión de Refugiados de EE.UU. Enumera un rango de excepciones para las suspensiones del viaje, como residentes permanentes de EE.UU. y portadores de visa.
La orden del 6 de marzo eliminó una provisión de la orden anterior que ofrecía estatus preferencial a refugiados de grupos minoritarios de minorías religiosas. No obstante, rebatía la orden anterior que discriminaba en contra de musulmanes declarando que la provisión en cuestión “no proveía una base para la discriminación o iba en contra de miembros de cualquier religión en particular.”
Entre las provisiones retenidas de la orden anterior había un tope de 50,000 admisiones a refugiados anualmente y una revisión de los procesos de inspección para viajeros extranjeros a EE.UU.
El expresidente inmediato de la Convención Bautista del Sur, Ronnie Floyd reaccionó a la nueva orden de inmigración como presentador invitado del programa de radio “Washington Watch” del Concejo de Investigación de la Familia el 6 de marzo.
Floyd estuvo de acuerdo con la evaluación de un invitado de que la orden aborda las inquietudes de los críticos adecuadamente y probablemente resista los desafíos legales. “Es alentador saber que” la Casa Blanca “profundizó” su trato a inmigración en la orden revisada, dijo.
“La pausa fue empujada … para hacer mejor [la orden] para que ayude el futuro de EE.UU., dijo Floyd, pastor de la Iglesia Cross en el noroeste de Arkansas. Adujo que la nueva orden “alude a la exclusión de personas” de EE.UU. “quienes abrazan el ortodoxo extremismo violento del Islam.”
Jerry Johnson, presidente de Locutores Nacionales Religiosos, tuiteó que es “tiempo de que los líderes cristianos admitan este factor: Más de 300 refugiados” están siendo actualmente sujetos a “investigaciones de terrorismo” — una aseveración hecha en la orden del 6 de marzo.
En un tuit separado, Johnson se refirió a la orden como “anti-yihad” y prescribió una “investigación extrema.” Encomió un análisis de la acción de Trump de Jay Sekulow, asesor jefe del Centro Estadounidense para la Ley y la Justicia.
Sekulow escribió que los “cambios significativos” de la orden del 27 de enero “no solamente aseguraban que EE.UU. será mantenido seguro, sino que además menoscaban los diversos desafíos legales a la orden legal.”
Pastores hispanos preocupados
Anterior a la última orden ejecutiva de Trump, La Alianza de Pastores Bautistas Hispanos (HBPA por sus siglas en inglés) emitió un comunicado de prensa que expresaba “tristeza y preocupación” por la orden ejecutiva relacionada con inmigración que fue emitida el 25 y 27 de enero.
El sitio web de HBPA enumera 57 iglesias que están representadas en la alianza e indica que hay un concilio de liderazgo de cuatro miembros: Félix Cabrera, pastor de la Iglesia Bautista Central en Oklahoma City; José Abella, pastor de la Iglesia Providence Road en Miami; Raudel Hernández, pastor de la congregación en español de la Iglesia Summit en Durham, N.C.; y Julio Crespo, pastor de la Iglesia Bautista Buenas Nuevas en Lilburn, Ga.
La mayoría de las preocupaciones de HBPA parecen centrarse en una orden ejecutiva del 25 de enero que llama a la construcción de una barrera física en la frontera EE.UU. y México, la contratación de 5,000 agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza y la detención de “individuos aprehendidos por sospecha de violar la ley estatal o federal, incluyendo la ley federal de inmigración.”
La orden y su implementación representa una divergencia de la “era de Obama que requería” que los oficiales de inmigración se enfocaran en acciones de implementación “solamente de criminales serios,” reportó el New York Times.
En una divulgación del 2 de marzo, la HBPA expresó apoyo a las acciones de inmigración en contra de “aquellos individuos convictos de crímenes violentos como asesinato o violación.” Pero la política de la administración Trump “pone una mucho mayor participación de la población hispana en nuestro país y dentro de nuestras congregaciones en riesgo de deportación.”
“El debido proceso” podría ser “eludido” por la administración, declaró la HBPA, “y muchos hispanos están preocupados de que solamente su etnicidad pueda guiar a los agentes a perfilarlos.”
Las políticas de inmigración de Trump causan que las familias teman la separación, declaró la HBPA. Las políticas también producen “una disminución en nuestros cultos dominicales porque los hermanos hispanos tienen miedo de ser arrestados de camino a la iglesia, y/o, como hemos visto ya que sucede, recibir una llamada de que un miembro de la familia ha sido arrestado” por la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés).
El asunto de inmigración es “muy complicado” para resolverlo a través de una llamada general para “sacar a la gente indocumentada,” declaró la HBPA.
El llamado de la orden del 25 de enero de usar a los oficiales locales del orden para que realicen las funciones de los oficiales de inmigración podría “llevar a una brecha de los derechos civiles,” declaró la HBPA.
Utilizar a los oficiales locales y estatales para implementar la inmigración probablemente podría crear “temor y desconfianza entre la comunidad inmigrante hacia todos los órganos policiales, lo cual significa que serán menos propensos a comparecer como testigos de crímenes violentos, cuando sean víctimas de abuso doméstico, o a reportar casos de abuso infantil.”
La HBPA concluyó: “Les hemos enseñado a nuestras congregaciones que la razón por la que ellos creen que vinieron a este país no fue la que inicialmente ellos creían que era. No fue porque ellos estuvieran persiguiendo el sueño americano sino porque Dios los perseguía a ellos atrayéndolos a Jesús. Fue acá que muchos de ellos llegaron a conocer a Cristo y no importa adónde vayan, su nuevo objetivo en la vida es la proclamación del evangelio.”
Una resolución de la CBS 2011 “sobre inmigración y el evangelio” les pedía a “nuestras autoridades gubernamentales priorizar esfuerzos para asegurar las fronteras y tener a cuentas a los negocios por las prácticas de contratación cuando se relacionan con el estatus de inmigración.” La resolución también les pedía a los líderes del gobierno “implementar, con las fronteras aseguradas, “un camino justo y compasivo al estatus legal, con las apropiadas medidas restitutorias, para aquellos inmigrantes indocumentados que ya vivían en nuestro país.”
La resolución indicaba que “no era para ser interpretada como apoyo a una amnistía para ningún inmigrante indocumentado.”
La resolución concluyó: “Aunque los bautistas del sur, como otros estadounidenses, pueden estar en desacuerdo en cómo lograr justa y humanamente los objetivos políticos públicos relacionados con la inmigración, estamos de acuerdo en que, cuando se trata del evangelio de Jesucristo y su iglesia, el mensaje, en cada lengua y para cada persona, es ‘Todo el que quiera puede venir.'”

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  • Por David Roach