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Ley de inmigración de Alabama es telón de fondo de conferencia

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BIRMINGHAM, Ala. (BP) — Los ciudadanos estadounidenses han sido parte de la confusión sobre la inmigración ilegal, dijo Richard Land, presidente de la Comisión de Libertad Religiosa y Ética de los Bautistas del Sur, durante una conferencia sobre el asunto en la Universidad Samford en Birmingham, Alabama.

“Por más de 20 años hasta ahora, hemos tenido dos rótulos en la frontera– uno dice ‘No Traspasar’ y el otro dice ‘Se necesitan trabajadores,'” les dijo Land a los 80 líderes de ministerio y ciudadanos interesados que asistieron a las sesiones sobre la nueva ley de inmigración de Alabama además de maneras en las que los cristianos pueden responder al asunto desde una perspectiva bíblica.

Alrededor de unos 100 estudiantes también se reunieron cerca para discutir los mismos temas.

Ambos grupos fueron parte de la Conferencia de Inmigración Sur G92, sacado de las 92 referencias a la inmigración o “el extranjero” en el Antiguo Testamento. Extranjero, o “ger” en hebreo, es uno al que se le concedía protección legal en la sociedad israelita.

La conferencia incluyó a varios oradores en cada uno de los dos grupos durante el día y juntó a los dos grupos en una sesión vespertina de cierre. Cerca de 500 estudiantes también escucharon acerca del asunto en una convocación ese día en Samford.

La conferencia G92 de Birmingham fue la segunda de su tipo, después de una en la Universidad Cedarville en Ohio el octubre pasado.

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Noel Castellanos, quien escribe sobre asuntos de justicia social y sirve como director ejecutivo de la Asociación de Desarrollo Cristiano de la Comunidad en Chicago, ayudó en ambas conferencias.

“Inmediatamente después de que la nueva ley fuera aprobada [en 2011 en Alabama], hubo una demanda judicial… pero no hemos escuchado mucho de los líderes evangélicos,” dijo Castellanos. “Nosotros [los evangélicos] somos los que queremos hablar acerca de ser bíblicos y tener pasión por la gente, así que esa es una de las razones de esta conferencia: traer tantos líderes evangélicos alrededor de la mesa como sea posible.

“No hubo muchas voces discrepantes [en la conferencia de Birmingham],” dijo Castellanos después de las sesiones del 23 de febrero. “Hubo mucha gente que no se conocía. Fue bueno para ellos ver a otros que son cristianos fuertes a quienes les importa esto y les importa oír de… teólogos, pastores y otros.

“Creo que habrá mucho más que saldrá de esto,” añadió Castellanos.

April Robinson, ministra de estudiantes enfocada en la comunidad y participación en el campus en Samford, dijo que la conferencia “creó espacio para que los estudiantes tengan alguna interacción personal con individuos que están profundamente involucrados e impactados por la inmigración.”

Robinson dijo que espera que esto también haya animado a los participantes — estudiantes y adultos — a algún tipo de acción.

“Esta creó [una oportunidad] para escuchar y aprender…para continuar pensando, orando, hablando e investigando y para darnos cuenta como seguidores de Cristo que esto es nuestro problema. No es el problema de ellos,” dijo Robinson. “Queremos asignárselo a alguien más, pero tenemos que tomar propiedad de esto como una comunidad.

“Somos llamados a ponerles atención a nuestros hermanos y hermanas y ayudarlos en cualquier adversidad y dificultad que padezcan… tratar de aligerar su carga y ser hospitalarios,” dijo Robinson.

Osvaldo Padilla, profesor asistente de la Escuela de Divinidades Beeson de Samford y quien dirigió la conferencia, dijo que la respuesta a lo que la Biblia dice acerca de la inmigración es extremadamente amplia.

La Biblia no habla directamente sobre el asunto de la inmigración de nuestros días y las políticas gubernamentales, dijo Padilla, y los inmigrantes en los tiempos de la Biblia eran inmensamente diferentes a los de hoy en día. Por lo tanto “necesitamos un poquito de humildad interpretativa para sacar principios de las Escrituras.”

Padilla señaló a Abraham, José, Rut y la nación de Israel como ejemplos de inmigrantes en la Biblia.

“En el Antiguo Testamento, la gente migraba por las mismas razones que se hace hoy en día — hambruna y otros desastres naturales, guerra, alimentar a sus familias, etc.,” dijo. “No deberíamos ver a los inmigrantes como necesariamente gente muy impía. Un inmigrante puede ser una persona piadosa. … [P]ero aun si un inmigrante no es cristiano, todavía es creado a la imagen de Dios.”

Otras referencias de las Escrituras para pensar en la inmigración, señaló Padilla, son Éxodo 22:21, Deuteronomio 5:15 y 10:18, 19.

Junto con la perspectiva bíblica en relación a la inmigración, es importante entender el proceso de inmigración, dijo Padilla. Una persona también puede aprender sobre la inmigración conociendo a los inmigrantes actuales, añadió. “Ver lo que Dios está hacienda en sus vidas y en los países que ellos representan.”

Padilla también sugirió patrocinar a un inmigrante. “[Trabajar a través del proceso de inmigración] no es tan simple como hacer fila,” dijo. “Si usted es pobre es posible que nunca la alcance.”

Para Gabriel Salguero, presidente de la Coalición Nacional Evangélica Latina, hacer fila para pagar los impuestos debería ser el camino ganado a la ciudadanía.

“Nosotros [como nación] podríamos estar haciendo un mejor trabajo enmarcando el asunto del trabajo alrededor… del mejor bienestar,” dijo Salguero, pastor nazareno de la ciudad de New York. “Eso es por lo que he estado defendiendo [durante más de 10 años] ganarse un camino a la ciudadanía… con la unificación de la familia como la principal prioridad.

“Esta es una crisis de los valores familiares,” dijo Salguero, señalando la historia de la mujer portuguesa que fue separada de sus hijos cuando ella fue deportada.

Salguero les preguntó a los pastores en la audiencia si las leyes actuales son morales. “¿Son estas las mejores leyes o podemos hacer algo mejor? Y si es así, ¿cómo?”

Richard Land, en su comentario, dijo que las actuales leyes que surgen en varios estados no son lo mejor que se puede hacer.

La reforma de inmigración es necesaria a nivel nacional, dijo Land, aunque expresó dudas de que el gobierno federal desee hacer ningún cambio.

“El gobierno federal está actuando como un bandido en este asunto… Está sacando ventaja,” dijo Land. “Hay millones de trabajadores indocumentados que contribuyen al Seguro Social y nunca obtendrán un centavo de vuelta.

“Necesitamos una reforma de inmigración nacional… pero le hemos permitido a nuestro gobierno ignorar su propia ley durante 25 años,” dijo Land. “Ningún estado puede hacer este trabajo. No tienen la autoridad para hacerlo. No tienen la experiencia para hacerlo. Se requiere el control de la frontera, y para controlar la frontera, debemos controlar la fuerza laboral.”

El curso sugerido por Land a la ciudadanía para aquellos que están en el país ilegalmente incluye registrarse; tener verificación de antecedentes; pagar una multa; obtener una tarjeta de identificación; y consentir en aprender a leer, escribir y hablar inglés. Luego de hacerse presentes y comenzar este proceso, la persona estaría en un período de prueba y podría trabajar sin miedo a ser explotado, dijo. Si la persona continúa trabajando y sigue todos los requisitos, entonces podría ganarse el estado permanente legal.

Si a cada estadounidense se le provee una tarjeta de Seguro Social que tiene su mismo número y huella digital, entonces los empleados tendrían que tener esta nueva tarjeta del Seguro Social o una tarjeta de identificación de inmigración, señaló. “Tendríamos que decirles a los empleadores que si contratan a alguien sin la inalterable tarjeta de identificación o tarjeta de Seguro Social, entonces van a ir a la cárcel.

“Mientras el lugar de trabajo esté abierto, no hay manera de construir una frontera lo suficientemente alta o profunda para evitar que la gente venga aquí,” dijo Land. “El lugar de trabajo es el imán. Una vez que aseguremos el lugar de trabajo, entonces podemos asegurar 90 por ciento de aquellos que cruzan la frontera. Podemos lidiar con el otro 10 por ciento.”

A Land también le gustaría ver implementado un programa de trabajadores invitados en el cual ciudadanos de otros países puedan venir a EE.UU. a trabajar durante períodos designados y se les permitia ir y venir a sus propios países.

“Cerca del 30 por ciento de los trabajadores indocumentados no quieren quedarse aquí,” dijo Land. “Quieren venir, trabajar, ganar mucho dinero, y luego regresar a sus países…

“Necesitamos a esos trabajadores; económicamente los necesitamos,” dijo Land. “Y esta es una situación donde ellos pueden mejorar sus vida al venir a este país y trabajar.”
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Jennifer Davis Rash es editora ejecutiva del Alabama Baptist (www.thealabamabaptist.org), publicación noticiosa de la Convención Bautista del Estado de Alabama; Julie Payne es corresponsal del Alabama Baptist.