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Los misioneros se esfuerzan por avanzar le Evangelio mientras la JMI se adapta a los retos financieros

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RICHMOND, Va. (BP) — Al igual que los demás bautistas del sur en los Estados Unidos, los misioneros de la Junta de Misiones Internacionales (IMB) se están ajustando al confinamiento puesto en marcha por el gobierno y a otras dificultades causadas por la pandemia global del COVID-19.

Aun así, muchos continúan trabajando por el Evangelio, incluso mientras se adaptan a nuevas realidades financieras acarreadas por el coronavirus.
Steve Hagen, oriundo de Missouri y misionero de la JMI, dijo que los esfuerzos por “aplanar la curva” en las Filipinas parecen haber sido efectivos, pero el impacto del confinamiento en el país — el cual comenzó el 15 de marzo — continúa sintiéndose.
“El confinamiento fue originalmente de un mes, pero hasta ahora ha sido extendido dos veces hasta el 15 de mayo, y hay muchas probabilidades que sea aún más largo,” dijo Hagen a The Pathway el 30 de abril a través de un correo electrónico. “Originalmente comenzaron bastante tolerantes en la cuarentena, pero se dieron cuenta que la gente seguía abarrotándose en el transporte público para llegar a sus trabajos o para encontrar uno, y tuvieron que cancelar el sistema de transporte público completamente y se movieron hacia la emisión de un pase por familia para permitir que la gente saliera a comprar comida durante la cuarentena.”
Sin embargo, en medio del confinamiento Hagen ha comenzado a reportar una mayor apertura ante el Evangelio, y su familia ha ayudado a organizar esfuerzos de alivio patrocinados por el programa Send Relief de la Convención Bautista del Sur. Como resultado, los bautistas del sur pudieron ayudar a un grupo todavía no alcanzado con el Evangelio en esa región.
“Esta semana pasada, 400 familias (en este grupo aún no alcanzado con el Evangelio) recibieron alimentos para una semana,” dijo Hagen. “Se compartió el Evangelio con ellos, y se les dio ánimo y también oramos por ellos.”
Mientras tanto, al otro lado del mundo, otro misionero nacido en Missouri está sirviendo en Chile. Jason Frealy le dijo a “The Pathway” que, a pesar de que los negocios están cerrados y el gobierno instauró restricciones, él y su esposa Keli han usado los recursos en línea para enseñar clases de inglés que incluyen una historia bíblica o canción.
“Al final de la última clase,” dijo Frealy, “compartimos una narrativa de la Biblia tomada del Evangelio de Lucas con los estudiantes, ocho de ellos no conocen al Señor.”
Además, han estado capacitando a 10 personas semanalmente en un curso de evangelismo personal en línea, así como participado en servicios de alabanza por internet.
Pero no todos los misioneros de la JMI han podido continuar trabajando en su región de servicio. Algunos han sido forzados a reubicarse ya que “sus visas se vencieron, las fronteras se cerraron o están bajo circunstancias especiales de salud o familiares,” dijo Paul Chitwood, presidente de la JMI, según un reporte del 6 de mayo en el periódico Southern Baptist TEXAN.
Chitwood comentó a The Pathway que el impacto financiero de la pandemia de COVID-19 está comenzando a verse.
“Sin embargo, el impacto del COVID-19 en las iglesias locales — y por lo tanto, el impacto en la JMI — rápidamente se está haciendo evidente,” dijo Chitwood. “Nuestros ingresos totales en marzo y abril han disminuido $2 millones por debajo de lo presupuestado. Además, hemos hecho inversiones significativas en la evacuación y reubicación del personal de la JMI en algunos lugares del mundo debido a un millar de razones relacionadas con la pandemia. (Véase la historia relacionada [2].)
“Estos fueron gastos fuera del presupuesto que casi han llegado a los $2 millones. Esta cantidad incluye lograr que nuestros misioneros regresen a su región o, en algunos casos, establecerlos en lugares nuevos. Algunos de nuestros misioneros tuvieron que dejar todo atrás y tendrán que comenzar una nueva vida en otro campo misionero.”
“Estamos previendo un impacto negativo combinado de $4 millones en recortes a los gastos y congelación de contrataciones para la mayoría de las vacantes dentro del país. Gracias a la generosidad de los bautistas del sur en el pasado, tenemos una posición financiera sólida, pero necesitaremos ayuda para permanecer en ella.”
Chitwood expresó su gratitud por los bautistas del sur que han apoyado los esfuerzos misioneros de la JMI a través del Programa Cooperativo y la Ofrenda de Navidad Lottie Moon, y les instó a seguir comprometidos con la obra no sólo financieramente si no también en oración.
Alentó a los bautistas del sur a visitar imb.org/pray [3] para informarse sobre las maneras en que pueden orar mientras Dios continúa obrando a través de los misioneros de la JMI en todo el mundo.