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Luego de haberlo perdido todo, recluso encuentra esperanza y ministerio en el evangelio


ROSHARON, Texas (BP) — “Mi historia es una de pérdida.”

Así es como Roland Guerra, un recluso en la unidad de máxima seguridad de la Prisión Darrington, describe su vida antes de Cristo. Después de hacer una serie de pobres y criminales decisiones, él dice que entró a prisión a “realmente un mal lugar.”

Aunque había oído sobre la bondad de Dios, Guerra sentía que las experiencias de su vida decían una historia diferente. Se unió a un estudio bíblico cristiano en la prisión en búsqueda de respuestas a sus preguntas.

“Cuando perdí todo lo que era importante para mí, me desesperé…y no tenía hacia dónde volverme,” recuerda Guerra. Un día, abrió su Biblia y al azar seleccionó el libro de Job, el cual cuenta la historia de un hombre que lo perdió todo.

“Estaba muy intrigado con la historia de cómo Job lo perdió todo y de cómo el Señor recompensó su fidelidad,” dice Guerra. Estaba tan involucrado en el libro que continuó leyendo la Biblia hasta el libro de Apocalipsis y luego comenzó en el principio en Génesis y leyó el resto de la Biblia en tres meses.

Mientras leía el Evangelio de Mateo una noche, se arrodilló en su celda y le clamó a Dios que lo salvara. Su vida fue cambiada inmediatamente, y comenzó a testificar y enseñarles la Biblia a otros reclusos.

Algún tiempo después, Guerra fue recomendado por el capellán de la prisión para unirse a la clase inaugural del programa de diplomatura en estudios bíblicos del Seminario Teológico Bautista Southwestern y después fue transferido a Darrington justo antes de que las clases comenzaran.

Cuando Guerra entró al programa, se comprometió consigo mismo a leer cada palabra de sus asignaciones. Ha mantenido ese compromiso sobresaliendo en sus clases y tiene uno de los promedios más altos entre los egresados. Al reconocer que un hombre educado es una herramienta para que el Señor use, aplica su trabajo escolar a los estudios bíblicos que enseña y su consejería y tutoría a otros reclusos.

“El seminario nos ha enseñado cómo leer la Biblia; se nos ha enseñado doctrina; se nos han enseñado las tradiciones y los credos; se nos ha enseñado cómo aconsejar bíblicamente, cómo predicar, cómo enseñar,” dice Guerra. “Ahora estamos equipados para salir y servir.”

Guerra se ha ganado reputación como mediador y pastor en la prisión, lo que le abrió la puerta para ser uno de los pocos estudiantes a quiénes se les permite ir a otras áreas de la cárcel. Esencialmente, el guarda les ha dado permiso para ir a partes de la prisión como el confinamiento solitario, que de otra manera les sería prohibido, para orar y leer la Biblia con algunos de los prisioneros más problemáticos.

“Me siento como que soy un dispensador de esperanza,” dice Guerra. “Dios me está usando para brindar esperanza a esos hombres que están encerrados y aislados del resto [de nosotros].”

Como resultado del programa del seminario, Guerra dice que la atmósfera en la prisión ha cambiado.

“No es la misma que cuando llegamos aquí,” dice.

Guerra, quien cumple una pena severa de 30 años, dice que ha visto una reducción en la violencia y desarrollo fuerte de carácter dentro de la población en general. Aun mejor, dice, más reclusos hablan de Jesús.

Poco después de que inició el programa del seminario, uno de los estudiantes comenzó un ministerio llamado Makarios, que viene de la palabra griega que significa “bendecido.” Los grupos Makarios se reúnen en toda la unidad cada semana para tener discipulado y evangelismo.

Guerra y otros estudiantes tienen la esperanza de llevar este modelo de ministerio con ellos en los meses por venir cuando se los transfiera a otras prisiones de máxima seguridad en Texas en grupos de cuatro a cinco para asistir a los capellanes, ministrar y aconsejar en esas unidades.

“En prisión, hay una multitud de teologías,” dice Guerra señalando que los reclusos frecuentemente arman su propio sistema de creencias de una “mescolanza” de religiones.

“Es por eso que queremos predicar el evangelio. Creemos que el evangelio es la respuesta a todos los problemas de la vida.”