CUSTER, D.S. (BP) — Suaves brisas y rayos del sol se filtran por las Colinas Negras cerca de Custer para llenar un campamento rústico a la orilla de la ciudad. Mientras cae la tarde, el pastor Jeff “Noose” Nuzziard realiza una prueba de sonido para una banda en Nixa, Mo.
Los motociclistas encuentran un espacio en el pasto para relajarse y escuchar, luego de un largo día paseando y conociendo la región. Más de 600,000 motociclistas llegaron hasta Sturgis, Dakota del Sur, del 9 al 15 de agosto para disfrutar del 70 Rally Anual de Sturgis, la mayor fiesta de motociclistas en el país. Pero el limpio y sobrio campamento Jazer, a unas millas de Custer, ofreció un tono diferente en comparación con la querella en otras partes de las Colinas Negras.
Por $10 por noche, los motociclistas podían estacionar su motocicleta y poner su tienda de campaña, y se les proveían dos buenas comidas al día y excelentes bandas tocando toda la tarde. Encontrar un lugar seguro para pasar la noche es un lujo durante el rally, ya que son lugares donde no fluyen con libertad las drogas, el alcohol y el sexo. Esto hace que el campamento Set Free sea un respiro ideal para los cansados guerreros del camino y también un lugar donde la paz de Dios cautiva a los sentidos de una manera exactamente opuesta al aluvión del caos de los otros motociclistas.
“Ellos pueden venir aquí y divertirse sin ser confrontados por todas esas cosas que hay en Sturgis,” dijo Bill Savery, pastor de la Primera Iglesia Bautista en Custer. Esta iglesia fue la anfitriona del campamento Jazer y ha hecho un compromiso de cinco años con la Convención Bautista de Dakota y con Set Free Ministries para administrar el campamento en futuros encuentros.
Noose Nuzziard de Set Free Ministries en Denver y J.T. Coughlan, pastor de Set Free Ministries en Great Falls, Montana, se unieron con la Convención Bautista de Dakota para proveer seguridad y voluntarios ministeriales para el campamento. Ambos estuvieron conectados con la comunidad de motociclistas en el pasado y ahora proveen una atmósfera donde invitar a otros.
“Tan sólo estamos ahí para alcanzar a esas personas que quizá no tengan idea de lo que está pasando en una iglesia,” dijo Coughlan.
Durante la semana, el campamento Jazer hospedó a grupos de motociclistas y a individuos cuya primera impresión fue un letrero que decía “No drogas. No alcohol. Va en serio.” Pero el campamento les dejó una impresión duradera como un lugar donde no se juzga a los demás y donde se expresan la verdad y la compasión a través de historias sobre el poder de Dios y con actos de amabilidad.
A través de las manos y los pies de Su pueblo, Cristo estuvo presente este año en Sturgis, Su amor se desplegó a través de los bautistas del sur que viajaron desde las vecinas Dakotas y hasta de estados como Florida, Georgia, Missouri, Oklahoma, Texas y Colorado.
Capellanes de alivio en desastres vinieron desde Oklahoma y trabajaron jornadas de 9 horas diarias desarrollando relaciones con los cientos de vendedores ofreciendo sus mercancías en los puestos localizados por todo Sturgis.
“Este es un esfuerzo evangelístico que ha crecido para alcanzar no sólo a la gente que frecuenta el centro de Sturgis si no incluso a los vendedores y a quienes se quedan en las orillas de Sturgis,” dijo Richard Leach, líder del equipo de servicio/ministerio de evangelismo en la Junta de Misiones Norteamericanas. “Este es el ejemplo perfecto de lo que Dios hace a través de la gente dispuesta a salir de su zona de confort y entrar en contacto con la gente en su propio territorio. No tienes que ser un motociclista para alcanzar a los motociclistas. Sólo tienes que abrirte a Dios y estar dispuesto a alcanzar a la gente en el lugar donde estén.”
Docenas de iglesias bautistas del sur estaban representadas, incluyendo a los miembros de la Primera Iglesia Bautista en Nixa, Mo., quienes vinieron directamente al puesto de los bautistas del sur en el centro de Sturgis luego de su viaje de 900 millas.
“Estábamos recargando el tanque de gasolina cuando recibimos una llamada de Jim Hamilton diciendo que necesitaban ayuda para hablar con la gente,” dijo el voluntario Joe Harrington, quien rompió el protocolo por necesidad. “Yo comencé a compartir primero, luego me dieron el entrenamiento.”
Los esfuerzos evangelísticos intencionales de los bautistas del sur en Sturgis sólo tienen cuatro años, aunque los bautistas del sur han servido individualmente como testigos cristianos por ya muchos años, según Jim Hamilton, director ejecutivo de la Convención Bautista de Dakota.
“Este año pusimos un puesto en el centro, pero por primera vez también nos expandimos hacia Rapid City y Custer,” dijo Hamilton.
“Muchas iglesias [bautistas del sur] han trabajado sin parar sirviendo a los motociclistas y satisfaciendo sus necesidades básicas,” dijo Hamilton. “Lo que queremos agregar a esto es un compromiso muy intencional con el evangelio. Si nadie me hubiera dicho algo sobre Jesús, yo nunca lo hubiera escuchado. Pero ahora soy un siervo de Cristo y un ministro porque alguien se tomó el tiempo de decirme.”
Ya sea que vayan a los lugares más difíciles o sirvan en los puestos en los eventos, los esfuerzos que hacen los bautistas del sur para que sea conocido Cristo produjeron amplias cantidades de fruto este año. Al final del rally, 7,317 personas escucharon el evangelio y 1,147 hicieron una profesión de fe.
El verdadero fruto de estas decisiones se verá en la cifra que haga la transición para ser verdaderos discípulos dentro del cuerpo de creyentes. Para asegurarse que esto suceda, se repartieron entre las iglesias las tarjetas de registro de aquellos que tomaron una decisión [por Cristo] para darles seguimiento en las semanas siguientes cuando el individuo regrese a su hogar, después del rally.
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Adam Miller escribe para la Junta de Misiones Norteamericanas.