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Misionero a Colombia promete perseverar en ‘tarea desalentadora’

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MEDELLIN, Colombia (BP) – Travis Burkhalter y su esposa Beth han servido en la IMB en Centro y Sud América desde 2010. En esos años sus habilidades lingüísticas en español han mejorado constantemente, y conversan fácilmente con la mayoría de la gente de su ciudad.

Sin embargo, cuando Dios guio a Travis y a Beth a servir a las etnias indígenas, ellos notaron una barrera de comunicación. Muchas de estas etnias no hablan bien español, y algunas no lo entienden del todo. Beth estableció un ministerio llamado Embera Bead Project [2] (Proyecto Abalorios Embera) para ayudar a las familias desplazadas a pagar el alquiler, la comida, el cuidado médico y otras necesidades diarias. Haciendo y vendiendo joyería con abalorios, pueden proveer para sus necesidades diarias. Este año pasado, han dependido de las ventas en línea [3] porque los turistas no han viajado a Colombia.

Aunque los Burkhalter frecuentemente pasan largos días ayudando a sus amigos con las necesidades físicas, ellos entienden que la mayor necesidad que la gente tiene es una relación con Jesucristo. Travis pasó seis meses compartiendo historias bíblicas con múltiples etnias indígenas en español, pero entonces se dio cuenta que ellos no estaban entendiendo completamente el Evangelio. Parte de esto era el limitado español que la gente entendía, pero también que las historias de la Biblia son completamente desconocidas para la mayoría de ellos.

“Contamos las historias bíblicas cronológicamente lo que significa que comenzamos con los relatos iniciales y nos vamos a través de la Biblia. Ellos nunca habían oído la historia de la creación, nunca habían oído hablar de Adán y Eva”, dijo Travis.

Travis decidió aprender el lenguaje de una etnia en particular que no tiene ningún creyente conocido.

“Estamos convencidos de que ellos necesitan oír las historias [el Evangelio] en su lengua materna para entender totalmente”, dijo. “Aprender la lengua es una tarea a largo plazo que va a tomar años”.

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El idioma no está escrito. Sin recursos de ayuda, Travis está desarrollando sus propios planes de lecciones y entrenando a su ayudante del idioma, un amigo de la etnia que habla español. Cada día de la semana, Travis viaja al vecindario controlado por el crimen organizado donde viven sus amigos. Por lo general se reúne con su ayudante de la lengua en su carro – uno de los lugares más seguros en una comunidad llena de drogadictos, violencia y temor. Pasan dos horas revisando la lección diaria que Travis planea la noche anterior.

Travis generalmente elige un tema, como la familia o el trabajo, y su amigo habla en la lengua tribal, Travis graba la conversación en su teléfono y apresuradamente escribe las claves de la pronunciación que puede estudiar luego. El amigo comparte historias culturales de su tribu para ayudar a Travis a entender esta etnia, y Travis le cuenta historias bíblicas. Según se lo permite el tiempo, Travis practica el idioma con otros amigos en el vecindario. Durante su tiempo de estudio personal, memoriza palabras, hace tarjetas, escucha una y otra vez las conversaciones grabadas, y hace planes para la lección del día siguiente.

“Es una tarea ardua”, dijo Travis, “pero estoy extremadamente motivado porque sé que las almas penden de un hilo”.

Semanalmente, cuando Travis se reúne con los participantes del Embera Bead Project, comparte una historia de la Biblia con ellos mientras su ayudante del idioma – que no ha aceptado todavía a Cristo – le cuenta la historia a la gente de su tribu. Travis dice que su meta es poder contar efectivamente las historias bíblicas en ambos idiomas, pero reconoce los desafíos.

“Estamos en una seria batalla espiritual por las almas de estas personas”, dijo. “El enemigo no quiere que yo aprenda esta lengua, y definitivamente no quiere que estas personas oigan la verdad del Evangelio”.

“A medida que ustedes sean fieles en orar y dar, yo seré fiel para trabajar fuerte y perseverar hasta que todos ellos oigan”.