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Muchos riesgos, muchas ganancias para plantador de iglesias en Arizona


[SLIDESHOW=43101,43102]KINGMAN, Ariz. (BP) — La idea de comenzar de nuevo era una mala señal; alejarse de ahí, cultivar nuevos amigos y derrumbar las barreras de lo desconocido, todo representaba un riesgo.

Les presentamos a Tommy Thomas, catalizador de la plantación de iglesias en el norte de Arizona, con la Junta de Misiones Norteamericanas. Se ha convertido en un maestro del arte de comenzar de nuevo.

Thomas lo arriesga todo repetidamente: la reputación, la seguridad, las finanzas y el futuro. En la vida en las áreas rurales remotas, hay otro riesgo — un periodo de irrelevancia si fracasa su intento.

En una nación donde los líderes de los ministerios urbanos se ganan la mayoría de la atención, este modesto siervo-líder en el área rural de Arizona, no usa un altavoz para dominar el escenario. No es muy probable que lo vean promocionando sus éxitos.

Sin embargo, lo que sí es probable es que vean a Thomas viajando por las sofocantes arenas, montañas boscosas y prados cubiertos de hierba en el estado, buscando nuevas maneras de comenzar iglesias y establecer ministerios creativos — sometiéndose una y otra vez a una nueva comunidad que necesita a Cristo.

Él se convirtió en un misionero plantador de iglesias y director de evangelismo/misiones para la Asociación Bautista de River Valley en 1994, cuando en la máquina contestadora de la oficina de Kingman había un mensaje sobre “llevar vida al desierto.”

La estrategia de Thomas era pasar bastante tiempo en una comunidad donde no hubiera iglesia, formar un grupo base y comenzar otra obra. Después de ser el pastor por los primeros 6 a 12 meses, ayudaba a la iglesia a encontrar un nuevo líder. Después, cambió su método, y ahora forma un grupo base y llama a un pastor antes de lanzar la iglesia.

El panorama espiritual de la región ha cambiado dramáticamente gracias a la influencia de Thomas y el trabajo de la multiplicación de iglesias. Había 12 iglesias cuando él llegó. Habló en toda iglesia que le abriera la puerta, consistentemente hablando de la pasión de Jesús por la novia de Cristo y por los perdidos. El Señor llamó y levantó nuevos líderes por el camino para comenzar nuevas obras.

El encontrar iglesias con patrocinios fuertes y la visión de reproducirse fue una parte integral del ministerio. Muy pronto había nuevas iglesias brotando en pueblos que incluso los mismos residentes de Arizona nunca habían escuchado que existían: Meadview, Cedar Hill, Big River, Bouse, Yucca, Beaver Dam, y muchas más.

Desde el inicio de esos años, la Asociación Bautista de River Valley siguió creciendo y creciendo, y ahora cuenta con 33 iglesias.

Un elemento clave de la eficiencia de Thomas ha sido su sentido del tiempo y discernimiento escuchando el liderazgo del Espíritu para descubrir puertas abiertas. Siendo uno de los proponentes del principio “encuentra el lugar donde Dios está obrando y únete a Él,” él ha buscado con tenacidad lugares donde Dios ya estaba obrando y plantaba nuevas iglesias en los corazones de las personas. Cinco años de cultivo fueron muy importantes para crear una “cultura de plantación de iglesias” dentro de la asociación.

Thomas, quien acaba de titularse con un doctorado en ministerio del Gateway Seminary de la Convención Bautista del Sur, ha hecho una de sus prioridades el encontrar y aprovechar el liderazgo local.

“La mayoría de los líderes han salido de la Asociación del River Valley — por lo menos la mitad,” dice. “Estos hombres conocen el área, la gente y la cultura. Cada vez que podamos desarrollar líderes locales, lo haremos.”

En la última década, Thomas ha ayudado a alcanzar a nuevos grupos étnicos de Arizona con iglesias de cowboys, de ciclistas, hispanas, en apartamentos, en la prisión y entre los indios nativos americanos. Él ha sido una gran influencia en sus miembros — desde prisioneros hasta camperos, conductores de tráileres o bicicletas — para que sigan la carrera.

Las palabras de Thomas para una iglesia que esté considerando ser innovadora son, “Asegúrense de no encajonar su idea de la plantación de iglesias o las misiones. Es decir, nunca se trata de que ustedes construyan una iglesia. Jesús es quien lo hace. Se trata de ser la iglesia.
Su papel cambió de nuevo el año pasado, expandiendo su territorio de catalizador de plantación de iglesias desde la frontera con California hasta la frontera con Nuevo México, trabajando con cinco asociaciones del norte de Arizona.

La esposa de Thomas, Laura, ha sido un pilar de apoyo y oración para el ministerio de su esposo, así como una partidaria de los ministerios para mujeres y misiones. Y le ha dado ánimo sacrificial durante las 3,000 millas que su esposo tiene que recorrer cada mes.

Hay un viejo refrán que dice, “El que no arriesga, no gana.” En el caso de Tommy y Laura Thomas, se puede decir que se aplica a la inversa en Arizona. Mucho se ha arriesgado y mucho se ha ganado.

    About the Author

  • Por Dave Arden/Arizona Portraits

    Dave Arden es un catalizador de plantación de iglesias sirviendo en la parte oeste del área metropolitana de Phoenix y es un escritor independiente. El artículo apareció primeramente en Portraits, la revista digital e impresa de la Convención Bautista de Sur en Arizona www.azsbc.org.

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