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Mujeres hispanas se embarcan en un viaje misionero transformador a Perú

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Un viaje misionero que realizó un equipo de mujeres se convirtió en una experiencia transformadora.

Seis mujeres de la Iglesia Bautista Nueva Jerusalén, en Little Rock, Arkansas y la Unión Femenil Misionera Hispana de Arkansas, viajaron a Perú para ayudar en el ministerio de la Iglesia Bautista Gracia y Verdad, junto con la misionera de la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés), Amy Fisher.

Diana Rodríguez, la presidenta de la Unión Femenil Hispana de Arkansas, dirigió el viaje. La acompañaron tres jóvenes: su hija, Natalie (14 años); Janeth Pacheco (19 años) y su hermana Cesy Venegas (17 años). Además se les unieron Elizabeth Lozano, Consuelo Rosales y Saraí Martínez.

El equipo pasó un tiempo en la casa de Michel, una simpatizante de la iglesia, quien vivía con su madre, Celia, la cual padecía problemas de salud. El grupo le dio palabras de ánimo a Celia. Mientras compartían algún pasaje de la Biblia con las dos mujeres, las tres jóvenes sacaron sus instrumentos (un violín y una guitarra), y compartieron algunos cantos.

Diana dijo que las jóvenes se impactaron mucho con estas experiencias de adoración. Aunque entonaban cantos que habían cantado numerosas veces, las letras adquirían un nuevo significado para ellas.

Janeth le dijo a Diana que este fue “un momento de aprendizaje para ella”.

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En otra ocasión, le cantaban a una señora peruana que sufría de una enfermedad, y necesitaba esperanza desesperadamente. Cantaban “Dios, úsame”, y la joven comentó: “Hemos cantado esta canción muchísimas veces; pero ahora las palabras que cantábamos realmente tomaban sentido”.

Continuó Janeth: “Estábamos sirviendo; no solo yo, sino mi música estaba siendo utilizada en ese momento para llevar consuelo a estas personas. Me di cuenta de que el mensaje de la música podía realmente impactar, y Dios me estaba usando en ese momento”.

A Diana lo que más le impactó fue la forma en que la gente adoraba alegremente sin las comodidades modernas que se disfrutan en sus servicios en Arkansas.

Ella mencionó que “desde el primer momento en que llegamos se notaba la diferencia: la cultura y el país”.

Además, señaló que la gente local estaba “tan dispuesta a adorar en cualquier lugar”, ya fuera un parque, una casa o un edificio compartido.

Pero el impacto más duradero del viaje fue el cambio de eternidad que se produjo al hacer una profesión de fe entre los peruanos.

Un mujer llamada Tatiana se convirtió en creyente después de que el grupo compartió el evangelio con ella. Ella se presentó a cada servicio que el equipo celebró y se quedaba después, haciendo preguntas, hambrienta de aprender más sobre su nueva fe. El equipo le dedicó mucho tiempo intencional para discipularla.

Durante su estancia en el país, vieron a más de 10 mujeres y jóvenes venir a Cristo. Al igual que hicieron con la familia de Michel, dieron seguimiento con visitas a los hogares y estudios bíblicos donde los jóvenes de la iglesia los guiaban en adoración en las casas. Iniciar el proceso de discipulado fue un componente clave.

El equipo también pasó tiempo en la comunidad, celebrando servicios y haciendo figuras con globos para atraer a los niños. Otro momento especial para ellas fue invertir en los jóvenes de la zona, preparándoles auténtica comida mexicana, conociendo sus historias y compartiendo el evangelio.

La misionera de la IMB, Amy Fisher, se mostró agradecida por este equipo que vino junto con su iglesia peruana:

“Es la primera vez que viene una iglesia hispana. Fue muy diferente no tener que trabajar a través de traductores”, mencionó ella.

Amy también afirmó que fue útil que las tres jóvenes de los Estados Unidos vinieran e interactuaran con los jóvenes con quienes ella trabaja en Perú.

Además, tener un equipo femenil se prestó para enfocarse en las mujeres con quienes la iglesia de Amy trabaja. Estas mujeres se identificaron con el testimonio de violencia doméstica que compartió Consuelo. Muchas de las oyentes se encuentran en circunstancias similares o conocen a alguien en una situación parecida.

Finalmente, Amy exclamó: “La flexibilidad del equipo y su disposición a suplir las necesidades fue una clara bendición”. Ella anima a cualquier iglesia que busque oportunidades de misión a corto plazo a ser como este equipo: flexible y dispuesto a servir donde sea.

Para conocer las oportunidades de misiones a corto plazo a través de la IMB, visite imb.org/trips.