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NAMB celebra los 30 años de ministerio de Carlos Ferrer

Durante una reunión de personal del miércoles 12 de enero en la Junta de Misiones Norteamericanas (NAMB), Kevin Ezell, presidente de la NAMB, reconoció a Carlos y Cindy Ferrer por sus años de servicio a los bautistas del sur. Carlos recientemente se semi-retiró como vicepresidente ejecutivo de la NAMB después de servir en la NAMB durante 30 años y asumió un papel a tiempo parcial como asistente especial del presidente. Foto de la NAMB por Alexandra Toy


ALPHARETTA, Ga. – El presidente de la Junta de Misiones Norteamericanas (NAMB), Kevin Ezell, reservó una parte de la reunión de todo el personal el miércoles 12 de enero para celebrar a Carlos Ferrer, líder de la NAMB desde hace mucho tiempo, que se jubila después de 30 años de servicio en la junta misionera.

“Nunca quiero olvidar a aquellos sobre cuyos hombros ustedes están parados,” dijo Ezell al equipo de la NAMB el miércoles.” La razón por la que NAMB es lo que es hoy es porque Dios usó a Carlos de manera estratégica.”

El personal de la Junta de Misiones Norteamericanas (NAMB) felicita y agradece a Carlos y a Cindy Ferrer tras la transición de Carlos al semi-retiro. Carlos sirvió a los bautistas del sur a través de la Junta de Misiones Norteamericanas durante 30 años, pasando de ser vicepresidente ejecutivo de la NAMB a desempeñar un papel a tiempo parcial como asistente especial del presidente de la NAMB. Foto de NAMB por Alexandra Toy

La historia de Ferrer es una que sólo Dios podría escribir. Es la historia de un refugiado de Cuba cuya familia huyó del ascenso del régimen de Fidel Castro y que se convirtió en un servidor de la convención de iglesias que lo ayudó a reasentarse en Estados Unidos.

Ferrer nació en Cuba a principios de los años 50, una década de intenso conflicto y agitación para la nación caribeña.

“Por la noche, era común que nuestra familia escuchara disparos y bombas que estallaban en la distancia,¨ escribió Ferrer en un artículo para Christianity Today en 2019. “Eran los años iniciales de la Revolución Cubana de Fidel Castro.”

A Ferrer, de jovencito, le parecía que la revolución podría traer paz y estabilidad, pero el régimen comunista empezó a apoderarse de tierras, negocios y propiedades, incluida la escuela privada que dirigía la familia de Ferrer.

De repente, sin nada, los Ferrer emprendieron una angustiosa huida, primero viajando a México para estar con la familia y alquilando un apartamento allí antes de emigrar legalmente a Estados Unidos.

“Pienso en la valentía que tuvo mi abuelo, que tuvieron mis padres, al arriesgarse a salir en la noche y arrancar sin dinero, sin maletas, sin nada, sólo para irse a buscar la libertad,” recuerda Ferrer. “Cuanto más vivo, más aprecio la decisión que tomaron porque fue una decisión para nosotros, no tanto para ellos, sino para que nosotros tuviéramos un futuro.”

Su viaje a Estados Unidos comenzó en Miami, donde el padre de Ferrer descubrió que un grupo bautista patrocinaba a familias para que fueran a California. Después de tramitar su solicitud, la Primera Iglesia Bautista de Santa Bárbara, California, acogió a la familia, le consiguió un trabajo al padre de Ferrer y pagó los primeros meses de alquiler.

La iglesia invitó a la familia a un culto, y los padres de Ferrer entregaron sus vidas a Cristo un año después. Para Ferrer, el mensaje del Evangelio no caló hasta que fue estudiante en la Universidad de Texas en Austin. Los creyentes compartieron el Evangelio con él, y Ferrer se arrepintió y creyó en la Buena Nueva de Cristo.

“Poco después, pensé en la gente de aquella iglesia bautista de California,” escribió Ferrer, “y se me encendió una bombilla en el cerebro. ¿Por qué nos habían ayudado? Ahora todo tenía sentido: Sus acciones surgieron de su fe.”

Tras graduarse de la Universidad de Texas, Ferrer entró en el mundo laboral y se convirtió en contable público. Tuvo éxito, pero no pudo encontrar la realización de sus dones en el ámbito secular.

Así que dejó el mundo corporativo para asistir a la parte comercial de un seminario de habla hispana afiliado a los bautistas del sur en San Antonio. Los dones de Ferrer como administrador fueron notados por lo que entonces era la Junta de Misiones Domésticas (HMB), precursora de la NAMB, y en 1992, Ferrer trasladó a su familia – a su esposa Cindy y a sus hijos Al y Drew- a Atlanta.

“Después de aceptar el trabajo, me enteré de que mi nuevo empleador había participado en el reasentamiento de refugiados cubanos en la década de 1960,” dijo Ferrer. “Pregunté si, por casualidad, la organización había trabajado con alguna iglesia en California.”

Unos días después, su compañero de trabajo regresó con una carpeta que contenía el expediente de la iglesia que había apadrinado a su familia.

“Sólo Dios podría hacer eso, todo el círculo de venir aquí y descubrir que esta es la entidad que ayudó a mi familia a empezar de nuevo,” dijo Ferrer en un reciente podcast de Stories of Hope. “Estoy muy agradecido por haber estado aquí tanto tiempo y por formar parte de algo que ha afectado mi vida y la de mi familia. No se puede inventar eso. Es increíble.”

Ferrer se convirtió en un líder que ayudaría a guiar el trabajo de la HMB y la NAMB en el transcurso de las siguientes tres décadas. Uno de los mayores retos surgió cuando la Convención Bautista del Sur votó en 1995 combinar un par de otras entidades con la HMB para formar la NAMB.

“Todo era diferente en las tres agencias, y tuvimos que fusionarlas en una sola,” dijo Ernest Kelley, que actuó como presidente interino durante la transición tras casi 20 años en la entidad. “Carlos tomó la iniciativa y creó el presupuesto y los procedimientos financieros para una nueva agencia. Lo hizo extremadamente bien, y todavía hoy lo felicito.”

Durante su mandato, Ferrer ha sido una mano firme que ha ayudado a dirigir la NAMB a través de varias transiciones, incluyendo la navegación de la entidad hacia su estrategia actual de centrarse en la plantación de iglesias, el ministerio de compasión y la evangelización. Ha desempeñado funciones de liderazgo como director financiero y vicepresidente ejecutivo.

También ha ejercido el liderazgo en Puerto Rico durante los últimos años, ya que la isla se ha convertido en una de las principales áreas de interés para los esfuerzos de la NAMB en la plantación de iglesias y el ministerio de compasión.

“La característica que más amo, admiro y respeto es la humildad de este maravilloso hombre de Dios,” dijo Johnny Hunt, vicepresidente sénior de evangelismo y liderazgo de la NAMB y pastor de Ferrer y su familia durante mucho tiempo, al dirigirse al personal de la NAMB.

En su semi-retiro, Ferrer continuará sirviendo a la NAMB en un papel a tiempo parcial como asistente especial del presidente.