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Necesitamos redescubrir la invitación pública en los servicios de adoración

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Necesitamos redescubrir la invitación pública en los servicios de adoración en todo Estados Unidos.

El escepticismo y las críticas de varios partidos y persuasiones han desanimado a los pastores e iglesias hasta tal punto que ha llevado a muchos a modificar o incluso descontinuar las invitaciones públicas en los servicios de adoración. Cuando las encuestas y los sondeos determinan la forma en que las iglesias realizan los servicios de adoración, estamos en una pendiente resbaladiza y descendente.

¿Qué pasó?

¿Qué pasó con la proclamación con convicción del Evangelio de Jesucristo nuestro Señor que requiere una respuesta personal? ¿Qué pasó con los predicadores que tuvieron la visión, el corazón, la pasión, la convicción y la urgencia del apóstol Pablo cuando dijo: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !ay de mí si no anunciare el evangelio! 1 Corintios 9:16 (RV) [2].

Cuando proclamamos el evangelio con este tipo de convicción, la gente se sentirá guiada a responder al mensaje de Dios.

La predicación bíblica no es una descarga intelectual muerta de su tiempo de estudio que hace alarde de su orgullo personal ante el pueblo de Dios en un servicio público de adoración. Cuando el orgullo camina sobre la plataforma, Dios se va.

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La predicación y el liderazgo con convicción llevarán a las personas a responder a Dios personalmente y públicamente. Me doy cuenta de que no hay una sola manera de hacer esto, y esto variará de una iglesia a otra. Sin embargo, cada iglesia y pastor debe establecer la meta de llamar constantemente a las personas a responder a Dios de una manera efectiva e intencional.

Debemos hacer este llamamiento para seguir a Jesús

Cuando el predicador se para detrás del púlpito para proclamar la Palabra de Dios, debe hacerlo con la profunda convicción espiritual de que todas las personas necesitan a Jesucristo, el Hijo del Dios Viviente. Debe emitir este llamado a seguir a Jesús sin reservas y sin vergüenza. Con fuego en sus huesos y con un espíritu expectante, debería llamar a todas las personas al arrepentimiento del pecado y a la fe en Jesucristo y sólo en Él para la salvación.

Una invitación también debe ser un llamado a seguir a Cristo en el bautismo, que es el primer paso para seguir a Jesús. Debe ser un llamado a caminar en santidad siendo los seguidores de Cristo que Dios quiere que sean. La invitación también debe elevar la importancia de la iglesia local en la vida del creyente llamándolos a unirse en comunión con la iglesia. Además, esta invitación debe ser un llamado claro a personas de todas las edades para que Dios las esté llamando al ministerio del evangelio, o incluso a los campos misioneros del mundo.

Estas cosas son importantes

Reconozco que cada iglesia puede dar la invitación pública para responder a Dios de diferentes maneras. Para mayor claridad, estas cosas son importantes para dar cualquier invitación pública efectiva:

No debe apresurarse en dar la invitación pública, ni puede etiquetarla al final de su mensaje.

Cuando un predicador predica el evangelio, todo el mensaje es una invitación permanente a responder a Dios.

Necesitamos redescubrir la invitación pública en los servicios de adoración.

Ahora es el momento de liderar.