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Niños inmigrantes encuentran regalos en un campamento


LEESBURG, Fla. (BP)–Los 120 niños se acurrucaron en sus literas mientras se imaginaban dulces de azúcar de color ciruela — hasta que abrieron sus ojos para ver sus verdaderos regalos de navidad durante el campamento anual de niños inmigrantes en el centro de conferencias Lake Yale Baptist en la Florida.

Una decoración de “Frosty el hombre de nieve” se encontraba a la entrada de la cabaña A1 donde el domingo por la mañana las niñas de 8 y nueves años comenzaron el revuelo. Ellas bostezaban, se estiraron y se sentaron en sus camas para ver a través de sus bolsas de cordeles de colores y llenas hasta el borde con regalos.

Libretas, lápices y juegos de joyería fueron recibidos con sonrisas. Cuando encontraron sus suaves animalitos de peluche, las niñas comenzaron a gritar de gusto mientras les ponían nombres y los acariciaban suavemente.

En otra cabaña, los niños de 8 años se salían soñolientos de sus camas deseosos de saber que regalos recibirían. Inmediatamente sus ojos se abrieron grandemente y aparecieron sonrisas en sus caras cuando cada uno de ellos recibió un balón de fútbol. Los niños se hubieran quedado satisfechos con sus balones, pero recibieron más regalos.

Una taza de Sea World decorada con animales acuáticos estaba incluida en sus bolsas de regalos los que recibieron con mucha amabilidad. Sin embargo, cuando el consejero sacó unas bolsas rojas de otra bolsa, todos los niños gritaron de júbilo al darse cuenta de que estas bolsas contenían anteojos de visón nocturna.

“Recibimos demasiados regalos,” dijeron los niños con alegría.

Además de tantos regalos divertidos, cada campero recibió una manta calientita durante el fin de semana del 30 de noviembre al 2 de diciembre.

“Les damos mantas como regalos porque en ocasiones el clima es muy frío en diciembre en Lake Yale,” dijo Misael Castillo, el consultante para el ministerio con inmigrantes de la convención bautista de la Florida.

“Nos hemos dado cuenta de que los niños venían al campamento y se quejaban del frío. Les preguntamos por qué no traían mantas y nos dijeron que era porque no tenían,” explicó Castillo.

Castillo es responsable cada año de comprar todos los regalos y le encanta ver la cara de los vendedores cuando les dice “quiero 70 de esos y 70 de aquellos…” Castillo compra alrededor de 200 mantas cada año para el campamento porque la asistencia ha llegado a tener como 180 niños.

Las mantas que no se regalan al final del campamento no se guardan para el año siguiente, afirmó Castillo, sino que se donan a otras familias de inmigrantes que las necesiten. La ofrenda de misiones estatal Maguire y donaciones de las organizaciones locales de la unión misionera femenil (Woman´s Missionary Union) proveen los fondos para el campamento.

El campamento, que es gratuito para niños de 8 a 12 años, se ha realizado anualmente por los últimos 16 años, dijo Castillo. Los días se llenan de estudios bíblicos, artesanías, actividades recreativas, reuniones en la capilla, tentempiés y juegos.

Este año el campamento enfatizó el obedecer los mandatos de Dios. El tema “Sé parte del equipo de Dios” se relacionó con actividades deportivas para mostrarles a los niños ejemplos concretos que pudieran entender.

Durante la sesión del sábado por la noche, los niños aprendieron sobre Josué y la batalla de Jericó a través de una presentación narrada con disfraces y con un modelo del arca del pacto. El drama fue presentó por el equipo de misiones a inmigrantes de la primera iglesia bautista de Interlachen, Florida.

Ese día más temprano, el equipo actuó la historia bíblica de Ester y les permitieron a los niños que participaran en el drama y usaran velos.

“Todas éramos princesas,” dijo Celia Palacios de 11 años, “y el rey tenía que escoger a una de nosotras para que fuera su esposa.”

El equipo que actúa en el campamento se forma de adultos y jóvenes de preparatoria que aman a las misiones y a las familias trabajadoras de inmigrantes. Además de los dramas, el equipo también provee música y títeres y dirigen algunas actividades deportivas al aire libre.

“Hacemos lo mejor que podemos para que los niños vean a Cristo,” afirmó Daniel McCrillis de 18 años. “No comparto tanto como debería cuando estoy en casa pero cuando vengo para acá parece que Dios hace que todo sea más fácil. Él nos da oportunidades de servir y los niños están dispuestos y listos para escuchar.”

Castillo calcula que el 50 por ciento de los niños no asisten a una iglesia para inmigrantes.

“Ellos nunca han asistido a una iglesia,” Castillo comentó. “La iglesia y la Biblia no significan nada para ellos. Tenemos una gran oportunidad de explicarles de una manera sencilla para que puedan comprender.”

Catorce iglesias ayudaron en el campamento durante el fin de semana. Algunos miembros sirvieron como consejeros en las cabañas de los niños y otros los transportaron al campamento.

Renda Springs y Connie Kernahan de la primera iglesia bautista de Archer fueron consejeras de las niñas de 8 y nueve años.

“Uno puede ver como sus ojos se iluminan de entusiasmo por todo, ya sea que reciben un cepillo de dientes o juguetes,” dijo Springs.

Las mujeres afirmaron que estaban conscientes de la responsabilidad que tienen de compartirles de Cristo a las niñas de la cabaña. “Esperamos este año plantar una semilla”, dijo Kernahan. “Será un éxito si hacemos la voluntad de Dios.”

Springs añadió “desde el momento que entramos les mostramos el amor, el amor de Dios. Para esto estamos aquí.”

A pesar de que los niños las pueden dejar exhausta y el clima no es el ideal, Kernahan y Springs nunca se cansan de trabajar en el campamento con los niños.

“Empezamos a planear el próximo año tan pronto como salimos en nuestro auto,” dijo Kernaham.
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Jessica Tuggle es una escritora independiente de la convención bautista de la Florida.

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