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Nueva iglesia portorriqueña ayudó a salvar un matrimonio


COAMO, Puerto Rico (BP)–Por noviembre de 2006, para Adalberto Muñoz y Elga Torres, casados por 23 años y viviendo en Coamo, Puerto Rico, la isla caribeña había pasado de ser un paraíso a ser una pesadilla viviente.

Adalberto, de cuarenta y tantos años, había vivido en Coamo — una ciudad de 35,000 habitantes en la parte centro sur de Puerto Rico — desde que dejara Boston hace casi 20 años.

“Era un caos total,” así describió Adalberto su vida. “Desperdicié un montón de dinero … hubo mucho adulterio. Mi vida era un completo desastre.”

Finalmente, Muñoz abandonó el hogar que había formado con Elga, planeando presentar una demanda de divorcio.

“Siempre fue un torbellino,” dijo Elga. “Peleábamos casi a diario. Nuestras vidas se basaban en cosas materiales. Le dimo valor a cosas que realmente no lo tenían.

“Mi esposo y yo pasamos por problemas, pero nunca esperé o nunca pensé que iba a haber adulterio en nuestras vidas — que mi esposo me sería infiel. Cuando eso pasó, me sentí caer en un abismo, y yo luchaba por salir de ahí. No sabía qué hacer.”

Algunos de los compañeros de trabajo cristianos de Elga le dijeron que debería tomar una nueva dirección en su vida y buscar a Dios. Uno de ellos le contó acerca de una nueva iglesia bautista del sur en Coamo — una iglesia que con el tiempo le ayudaría a transformar su infeliz vida.

En la iglesia, plantada y liderada por Luís Rodríguez, misionero de la Junta de Misiones Norteamericanas, Elga encontró una nueva familia que le ofreció apoyo cuando parecía que su matrimonio con Adaberto estaba condenado al fracaso.

Rodríguez conoció a Elga varios meses después de su arribo a Coamo en 2006 cuando respondió “a un sentir que me dio el Señor de que necesitábamos plantar más iglesias — especialmente aquí en Coamo, donde abundan los católicos.” Su meta principal: “comenzar a abrir más iglesias para que más personas puedan conocer el verdadero camino al Señor.”

El evangelista plantador de iglesias recuerda que Elga primero visitó la iglesia, antes que Adalberto. “Ella vino con una necesidad,” dijo Rodríguez. “Ella tenía muchos problemas en su vida y necesitaba algo de ayuda. Comenzamos a proveerle ayuda, dándole lo que necesitaba, basado en la Palabra del Señor.

“Elga comenzó a venir a la iglesia y a escuchar la Palabra del Señor y a estudiar la Palabra. Eso le desarrolló un deseo de aprender mucho más sobre Dios, su misión en la vida y lo que Dios quería hacer con ella.”

Elga dijo, “me enamoré de la iglesia…Recuerdo un día cuando Adalberto se había ido de la casa y yo sentí que todo el mundo se desmoronaba, caminé hacia la iglesia y una mujer miembro de la iglesia me dio un gran abrazo.

“Entonces Luís me llevó a un pequeño salón y ahí oramos…me desmoroné. Y Luís levantó mis manos y dijo, ‘Oremos y sigamos orando.” Elga se sobrepuso.

Adalberto comenzó a notar los cambios en Elga. “Hasta me invitó a ir y dijo que su pastor quería hablar conmigo. Simpre le dije que no. No quería hablar con nadie.” Pero Elga no desistió.

En diciembre de 2006, Elga invitó de nuevo a Adalberto a ir a la iglesia. “Hoy sí voy a ir,” le dijo, “sólo para complacerte. Iré porque quieres que vaya. No porque yo quiera ir.”

Adalberto ahora cuenta que ese domingo se plantó una semilla en su corazón. “El Señor me dijo, ‘Si me dejas todo a Mí, Yo te puedo ayudar.'” Pero su decisión final por Cristo no llegaría sino hasta seis meses después.

Sentado en una reunión de oración en junio pasado, el Pastor Rodríguez preguntó si alguien en el grupo quería orar para aceptar a Jesús como Señor.

“Yo grité, ‘Yo lo quiero, yo lo quiero,'” contaba Adalberto. Y desde entonces ya no es el mismo. “Todo ha cambiado por completo. Ahora hay tanta paz en mi casa. Es algo totalmente diferente.

“Antes, iba a la casa y peleaba con Elga. Después me salía de la casa. Ahora, además de ir a la iglesia, sólo quiero estar con mi familia y estar en casa.”

Elga dice que su matrimonio ha dado una vuelta completa. “Era muy negativo y ahora es positivo. Es como haber nacido de nuevo, un nuevo comienzo para nosotros,” dijo.

Ahora Elga y Adalberto aconsejan a otras parejas con matrimonios problemáticos.

“Les decimos por lo que pasamos y lo que el Señor ha hecho y está haciendo por nosotros,” afirma Elga. “Les contamos sobre los cambios que el Señor puede hacer en ellos. Yo les digo cómo caí en el hoyo y el Señor metió su mano y me sacó de ahí. Les decimos que otras cosas serían diferentes si ponen todo en las manos del Señor.”

El Pastor Rodríguez comentó sobre Adalberto y Elga, “Su testimonio es uno que pudiera impactar otras vidas alrededor del mundo.”

La plantación de iglesias bautistas del sur — tal como la de Coamo — es un poco más fácil en Puerto Rico, dijo Carlos Rodríguez (quien no está relacionado con Luís), director de misiones y evangelismo en la Convención Bautista del Sur de Puerto Rico, donde ayuda a las iglesias a plantar nuevas obras por toda la isla.

“La mayoría de los portorriqueños son católicos. Aunque son de orientación católica, la gente aquí son católicos nominales. No van a su iglesia católica más que una o dos veces al año.

“Así que cuando compartes el Evangelio con ellos — entre las situaciones y necesidades en sus vidas — la gente es más abierta a recibirte para escuchar el Evangelio,” señaló Carlos Rodríguez, añadiendo que Puerto Rico tiene un fuerte movimiento evangélico entre diversas iglesias.

“Una vez que has bautizado a alguien que era católico, los tienes por el resto de sus vidas,” dijo Carlos Rodríguez.

“Si no estás experimentando salvaciones y bautismos [en Puerto Rico], entonces no estás trabajando,” agregó. “La gente está abierta al Evangelio, pero el gran obstáculo es ayudarlos a sacar sus raíces de la iglesia católica.”

Carlos dijo que sembradores de iglesias como Luís Rodríguez tienen una pasión genuina para comenzar nuevas iglesias en Puerto rico. Y un hombre en especial, Adalberto Muñoz, agradece diariamente a Dios por haberle dado tal pasión a Luís.

“Todavía estoy en pañales — apenas comenzando,” comentó Adalberto. “Pero entre más aprendes día con día y entre más cosas ves, el Señor más te habla. Si sigues al Señor y pones tus preocupaciones en Sus manos, nadie puede ser un Adalberto — si lo quieres de verdad.”

Adalberto y Elga lo querían de verdad. Celebrarán su 25º aniversario de bodas en octubre próximo.
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Mickey Noah es un escritor de la Junta de Misiones Norteamericanas de los Bautistas del Sur.

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  • Por Michael Noah