WASHINGTON (BP) — El reciente permiso extendido por el papa Francisco a todos los sacerdotes para que perdonen el pecado del aborto demuestra el agudo desacuerdo entre el catolicismo romano y el cristianismo evangélico en relación al perdón de Dios, dicen teólogos bautistas del sur.
En una carta apostólica divulgada el 21 de noviembre, el papa Francisco dijo que les otorgaba a “todos los sacerdotes, en virtud de su ministerio, la facultad de absolver a aquellos que habían cometido el pecado del aborto provocado.” Al hacerlo así, el papa expandió indefinidamente una autorización que les había dado a los sacerdotes a nivel mundial durante el recién concluido Jubileo de Misericordia.
Anteriormente al jubileo de casi un año de duración, un obispo o un sacerdote específico aprobado por él típicamente era el único que podía perdonar a una mujer que había confesado haber tenido un aborto – además de a aquellos que ayudaban en un aborto – debido a que tal pecado resulta en una automática excomunión de la iglesia. Casi todos los obispos en Estados Unidos ya les habían otorgado a sus sacerdotes permiso para perdonar el aborto, reportó el Servicio Católico de Noticias (CNS por sus siglas en inglés). El perdón por el pecado de aborto también resulta en el levantamiento de la excomunión, dijo un vocero del Vaticano, de acuerdo a CNS.
Además, el papa Francisco dijo en su carta: “Quisiera reiterar tan firmemente como sea posible que el aborto es un pecado grave, ya que le pone fin a una vida inocente. De la misma manera, sin embargo, puedo y debo declarar que no hay pecado que la misericordia de Dios no pueda tocar y remover cuando encuentra un corazón arrepentido que busca reconciliarse con el Padre.”
Los bautistas del sur pueden afirmar esas declaraciones sobre la pecaminosidad del aborto y la misericordia de Dios, pero disentirían en otras, señaló Rex Butler, profesor de seminario.
“Un punto en el que los bautistas del sur no están de acuerdo con el pronunciamiento del papa es la necesidad de un sacerdote para la absolución de los pecados,” dijo Butler, profesor de historia de la iglesia y patrística en el Seminario Teológico Bautista New Orleans.
“Estamos de acuerdo con Pablo,” dijo Butler, citando 1 Timoteo 2:5, 6: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo.”
R. Albert Mohler Jr., presidente del Seminario Teológico Bautista Southern, dijo que la acción del papa “aviva todos los asuntos que estaban en el centro del debate de la iglesia que llevaron a la Reforma Protestante en el siglo XVI.”
La enseñanza “que el sacerdocio en general, y el papa específicamente, tiene la autoridad de perdonar pecados” es “una de las afirmaciones centrales” de la iglesia católica romana, dijo Mohler en su podcast del 22 de noviembre, The Briefing.
Butler le dijo a Baptist Press en comentarios escritos: “No tenemos necesidad de otro sacerdote que no sea Jesucristo.”
En apoyo, Butler citó Hebreos 4:14-16: “Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.”
“En contraste con el sacerdocio católico romano, por el cual el perdón de Dios es mediado a través de la penitencia y la absolución sacerdotal, los bautistas del sur en cambio ‘honran los principios de la competencia del alma y el sacerdocio de los creyentes afirmando tanto nuestra libertad en Cristo como el dar cuentas unos a otros bajo la Palabra de Dios,'” dijo Butler, citando del prefacio de Fe y Mensaje Bautistas, la declaración de fe de los bautistas del sur.
La diferencia entre católicos y protestantes va más profundamente que sus posturas sobre el ministerio y la iglesia, dijo Mohler. “Estamos viendo los fundamentos del evangelio, porque estamos hablando acá del perdón de los pecados,” dijo.
“La imaginación evangélica está simplemente estupefacta por lo que el papa declaró hace un año – que era un año de misericordia en el cual él simbólicamente abría las puertas del Vaticano a través de las cuales los pecadores estaban invitados a entrar para darles durante un año un set especial de absolución bajo condiciones especiales,” dijo Mohler.
“A este punto, los evangélicos deberían hacer la pregunta: ‘Si verdaderamente el papado y el sacerdocio involucra la habilidad de perdonar pecados, ¿por qué se tendrían que declarar años especiales – en contraste con otros años – en los cuales la misericordia estaría más disponible que en años anteriores?'”
El papa probablemente instituyó el Jubileo de Misericordia como periodo de prueba para cambiar el perdón al aborto permanentemente, le dijo James Bretzke, profesor de teología moral en Boston College al Washington Post.
El 500º aniversario de la Reforma se celebrará el próximo año. Al clavado de las “95 tesis” de Martín Lutero en la puerta de la iglesia de Wittenberg, Alemania, el 31 de octubre de 1517, normalmente se le acredita el estallido de la Reforma.
