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PC ayuda a iglesia en Washington a lidiar con su realidad

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OLYMPIA, Wash. — La concienciación del pastor Dan Panter de la efectividad del Programa Cooperativo se remonta a sus años en la Marina de EE.UU. Un activo bautista del sur que pasó de ser un hombre alistado a teniente comandante, Panter buscaría cuáles misioneros estaban cerca donde sus despliegues lo estuvieran llevando.

“Yo tenía que ver cómo el Programa Cooperativo los habilitaba para su ministerio,” dijo Panter. “El PC proveía para ellos, casa, comida, educación para sus hijos. [Los misioneros] podían tener estudios bíblicos en casa, enseñar teología, ministrar de diferentes maneras en las áreas rurales y en las ciudades.

“Era realmente extraordinario ver el PC en acción. Ellos estaban ahí, haciendo el negocio que estaban allí para hacer, discipulando nuevos creyentes, invitándonos a salir, mostrándonos algo de lo que Dios estaba haciendo en las Filipinas, en el este de Asia y en otras partes. Creo en la efectividad del Programa Cooperativo, y en la manera que nos une con el singular enfoque de compartir el Evangelio en casa y por todo el mundo.”

Panter ha pastoreado McKenzie Road Baptist Church durante 18 años. El ser una iglesia regional ha agravado las dificultades de ministrar durante la pandemia de COVID-19, pero McKenzie Road ha aceptado el reto. Ubicada en la parte semirural del condado Thurston, la iglesia atrae feligreses de la capital del estado, Olympia, además de Lacey, Tumwater, Yelm y de aún más lejos.

Pero al tiempo que mantienen su generoso compromiso con las misiones globales a través del Programa Cooperativo, los miembros forman un vínculo que también lleva a la participación en misiones y ministerios locales, regionales y nacionales.

“El Programa Cooperativo reúne a todos los bautistas del sur,” dijo Dan Panter, pastor de McKenzie Road durante 18 años.

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La iglesia, que promediaba unas 80 personas en los cultos de los domingos en la mañana antes de la pandemia COVID-19, está en su quinto años de dar el 17 por ciento de las ofrendas no designadas a las misiones a través del Programa Cooperativo.

“Creemos en el Programa Cooperativo,” dijo Panter. “Lo predicamos, hablamos de él regularmente. Aun durante la recesión económica de 2008 nuestra gente votó mantener y no reducir nuestro nivel de dar al PC, aunque el dar a la iglesia había comenzado a menguar.

“Simplemente confiamos en que Dios sería fiel si nosotros permanecíamos fieles, y como siempre, él fielmente proveyó para nuestras necesidades y el dar comenzó a aumentar de nuevo. He visto de primera mano lo que el Programa Cooperativo hace. Hace MUCHO bien.”

Mediante el PC, la iglesia se ha asociado con bautistas del sur de la Asociación Bautista de Olympic, la Asociación Bautista Puget Sound (Seattle está a 96 kilómetros al noroeste de Olympia) y a la Convención Bautista del Noroeste (Pacífico). Es una verdadera coalición — McKenzie Road da apoyo financiero, y a cambio recibe entrenamiento, recursos y ayuda con la Escuela Dominical y la Escuela Bíblica de Vacaciones.

Los líderes de la iglesia recibieron ayuda para tener los cultos en línea – algo que no había hecho nunca antes – cuando las restricciones por el COVID-19 previnieron que la iglesia se reuniera.

“Ahondamos en eso, descubrimos lo que se necesita para hacerlo,” dijo Panter, acreditando a la “Asociación Olympic, a la convención estatal, a amigos pastores, a NAMB, a IMB y a entidades externas; hemos tenido una gran cantidad de aportes de varias fuentes.”

McKenzie Road Baptist ha enviado equipos dos veces a Tailandia, uno para ayudar en un sunami y otro para apoyar en misiones, a Singapur para proveer Escuela Bíblica de Vacaciones y cuidado infantil para los hijos de los misioneros que asistían a una conferencia, y a Asia del este, donde las puertas se abrieron para el ministerio entre una etnia por la que la iglesia había estado orando.

En EE.UU. varios de los voluntarios entrenados en Asistencia Bautista del Sur en Desastres fueron a Louisiana después de los huracanes, a New York después del 9/11, a Colorado para el control de una ladera después de los incendios, en Washington, Oregon y al norte de California para limpieza luego de incendios e inundaciones, y a otros lugares.

Regionalmente, McKenzie Road Baptist ha participado con los Ministerios Rehabilitadores Set Free en Elma y Chehalis, Union Gospel Mission en Olympia, el banco de comida de Juventud con una Misión para los niños sin hogar, y una escuela primaria a 800 metros de la iglesia.

Le proveyeron a la escuela mochilas llenas de útiles escolares y, al principio de la pandemia, le proveyeron al director varias tarjetas de regalo de $25 para Safeway para que la escuela se las diera a familias necesitadas. El director inclusive estuvo de acuerdo en permitirles a esas familias saber que las tarjetas habían sido donadas por la iglesia.

Durante los últimos 18 años, la iglesia ha llevado la Escuela Bíblica de Vacaciones a la Reservación Indígena Colville en la parte centro norte de Washington, una tradición que ha pausado este año debido a la pandemia.

Los disturbios en Seattle en su mayoría no han alcanzado la capital del estado, dijo Panter. Pero por supuesto, la crisis del COVID-19 ha llegado a todas partes. Y lo que la iglesia lucha por hacer ha resultado en nuevas oportunidades, dijo.

“Hemos estado buscando al Señor, buscando maneras más efectivas de alcanzar a la comunidad a nuestro alrededor,” dijo el pastor en relación con la respuesta de la iglesia a la pandemia. “Hemos estado orando y tratando algunas cosas. Estamos muy diseminados tratando de dirigir a la gente de toda clase de ciudades a enfocarse en las necesidades alrededor de la iglesia. Dios plantó esta iglesia acá, así que necesitamos llegar más efectivamente acá de la misma manera que a nuestros diseminados vecindarios [familias de la iglesia].”

Con los miembros de la iglesia que les dicen a los amigos, vecinos y compañeros de trabajo sobre los cultos en línea en Facebook y en YouTube, la asistencia creció a casi el doble de los números previos al COVID así que, “lo mantenemos en marcha y compramos la clase de equipo correcto,” dijo el pastor.

McKenzie Road Baptist ahora está de nuevo reuniéndose en su edificio, con caución. La mitad de las sillas han sido removidas. Las restantes han sido colocadas en grupos de uno, de dos y de tres, con amplio espacio entre cada grupo. La congregación firma para asistir ya sea al culto de las 9 a.m. o de las 11 a.m., y ninguno tiene una asistencia mayor de 30, aunque como todavía están los cultos en línea, los números pequeños son engañosos.

Todos en el centro de culto llevan mascarillas. Aquellos que tienen problemas con las mascarillas pueden sentarse en el vestíbulo, donde pueden estar distanciados y todavía sentirse parte de la reunión.

“Ha sido todo un desafío, pero por la gracia de Dios lo estamos haciendo funcionar,” dijo Panter. “Cuando eres fiel con lo que Él te da, Él te bendice. Mantén tus ojos y tu corazón en Jesús. Eso es lo que predico y enseño. Dios tiene el control. Nada de esto lo tomó desprevenido.”