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Pequeña, pero poderosa, Quietud

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Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque
enciende un pequeño fuego! Santiago 3.5

NASHVILLE, Tenn. (BP)–Grandes catástrofes han sido causadas por importantes factores. También la historia registra grandes acontecimientos causados por motivos aparentemente insignificantes; y el mal uso de la lengua puede causar tragedias de consecuencias inmensurables. Como órganos para la comunicación y otras funciones fisiológicas, la lengua resulta indispensable y de gran valor, sin embargo, utilizada para propósitos insanos resulta destructiva.

Los efectos malignos de una lengua malvada resultan como un fuego abrazador que avanza arrasando a su paso todo lo que encuentra. La destrucción causada por la lengua afecta la moral, la fe y la vida de las personas y las familias. Los daños causados por las mentiras y los vituperios de otros seres humanos y la información retorcida destruyen la reputación y destrozan socialmente a los afectados. Mientras que el testimonio recto y el reconocimiento de los méritos de otras personas no solo hacen bien a los reconocidos, sino también al que ofrece la información correcta. Un gran pensador del siglo pasado dijo: “Honrar honra. Darle honra y honor a quien lo merece enaltece a quien lo hace.”

El uso inteligente y constructivo de nuestra lengua es un medio que nos ha dado el Creador para bendición personal y de nuestros prójimos. La calumnia, la propagación de los defectos que otros puedan tener y la información intencionalmente torcida no son acciones dignas de los creyentes, y siempre resultan negativas para uno, e insultantes para Dios.

El Señor nos ha dado la lengua para fines útiles y decorosos. Dedicar nuestras palabras a la alabanza del Señor, a la predicación del mensaje de salvación por la fe en Jesús, y a destacar los méritos de quienes lo merecen son fines que enaltecen y nos hacen bien delante del Señor y de los hombres.
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Este escrito fue publicado originalmente por la revista Quietud® en el número correspondiente al otoño de 2011.Si desea saber más sobre la revista Quietud visite www.lifeway.com/espanol

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