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Proclamando el mensaje de la Pascua durante todo el año


ALPHARETTA, Ga. (BP)–¡Cristo ha resucitado!

Éste es el mejor encabezado para la noticia más grandiosa que jamás se haya comunicado. Lo podría decir en inglés o lo podría decir en el idioma portugués que aprendí a hablar mientras servía como misionero de la Junta Internacional de Misiones en Brasil. En cualquier idioma, el poder que hay detrás de la frase es el mismo. “¡Cristo ha resucitado!” — se ha dicho miles de millones de veces en cientos de idiomas por miles de años. “¡Cristo ha resucitado!” — dirige nuestra atención hacia el milagro de la Pascua.

Para quienes siguen al Salvador resucitado, la Pascua es un recordatorio: Primero que nada, es un recordatorio de quién es Jesucristo y todo lo que pasó para ofrecernos el regalo de la salvación. Es un recordatorio de que Jesucristo ya no está colgado en la cruz y que ya no está en la tumba. Finalmente, es un recordatorio de que Jesús está vivo. ¡Jesús ha resucitado, sin duda alguna!

Pero si miráramos a nuestro alrededor en esta época del año, probablemente recodaríamos verdades más solemnes. Si dijéramos “¡Cristo ha resucitado!” y luego le diéramos un serio vistazo a nuestro mundo, quizá notaríamos cómo Estados Unidos se está alejando cada vez más de las cosas de Cristo. A veces es desalentador ver la dirección en la cual camina nuestra cultura. Esta es, después de todo, la época en que “¡Cristo ha resucitado!” Y ver que las personas con quienes trabajamos, vivimos y nos importan ignoran o rechazan tal poderoso mensaje, nos debería romper el corazón.

La primera Pascua también comenzó con corazones rotos. María Magdalena y la otra María despertaron esa mañana del domingo en un mundo que parecía estar perdido. Cristo estaba muerto y había sido enterrado. Los discípulos se habían dispersado. El enemigo había ganado. O al menos así parecía.

Pero para María Magdalena y para la otra María, la experiencia de la Pascua se convirtió en una de esperanza, gozo y propósito cuando el ángel les dio las noticias más importantes en la historia. El reporte que escucharon es el mismo que se nos ha retado a entregar al mundo hoy – ¡Cristo es el Salvador resucitado!”

Para un mundo que está buscando significado, no hay un mensaje más animante y atractivo. Y ése es el mensaje que tus misioneros bautistas del sur están ayudando a compartir con un continente en necesidad.

“¡Cristo ha resucitado!” Es el mensaje que Jon y Mindy Jamison están llevando a los jóvenes en Des Moines, Iowa. Muchos adolescentes con quienes trabajan viven en un mundo de violencia, pandillas y drogas.

“¡Cristo ha resucitado!” Es lo que la misionera Melanie Lawler está compartiendo con los niños en Nevada a través de su Club para Niños en el ministerio dentro de un conjunto habitacional.

Por toda América del Norte más de 5,000 de sus misioneros bautistas del sur buscan y encuentran personas que necesitan tomar en serio el mensaje de la Pascua, “¡Cristo ha resucitado!”

Es lo que impulsa a Daniel Cáceres, un misionero que ayuda a comenzar iglesias hispanas por todo Oklahoma. Daniel escapó de su hogar en El Salvador cuando las guerrillas comunistas intentaron matarlo. Hoy, le presenta a los hispanos que radican en América del Norte a Aquel que los puede llevar de la muerte a la vida.

“¡Cristo ha resucitado!” Es la fuerza detrás de los misioneros David y Shirley Proffitt en Virginia. Ellos están comenzando iglesias cerca de las ciudades universitarias, a menudo trabajando en comunidades abiertamente hostiles ante el cristianismo.

De maneras muy reales, sus misioneros bautistas del sur en América del Norte celebran la Pascua todo el año al proclamar consistentemente el mensaje de la estación, “¡Cristo ha resucitado!” Pero, al final, la responsabilidad que Dios le ha dado a nuestros misioneros de la Junta Norteamericana no es sólo de ellos — también es nuestra.

Usted y su iglesia nos acompañan en la meta de alcanzar a América del Norte y hay muchas maneras en que puede formar parte de esta obra. Usted puede orar por sus misioneros, para que encarecidamente busquen el corazón de Dios. Puede ayudar a que otros entiendan la profundidad de la necesidad de América del Norte. A través de su iglesia usted puede hacer una donación al Programa Cooperativo y a la Ofrenda de Resurrección Annie Armstrong para la Junta de Misiones Norteamericanas; o puede unirse a nuestra fuerza misionera a través de las oportunidades a corto y largo plazo o como carrera misionera.

Finalmente, es mi oración que usted y su iglesia vean esta Pascua como una oportunidad para alcanzar en su comunidad a los perdidos que necesitan a Cristo. Recuerde, todavía hay millones a nuestro alrededor que necesitan entender el mensaje más poderoso de todos — el mensaje de la Pascua.

¡Cristo ha resucitado!
–30–
Geoff Hammond es el presidente de la Junta de Misiones Norteamericanas. Visítela por internet en www.namb.net.

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  • Por Geoff Hammond