PARIS (BP) – En este momento, más de 10.000 atletas se están reuniendo para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Verano 2024. Los acompañan entrenadores, espectadores, vendedores, periodistas, profesionales de los medios de comunicación y voluntarios. Se calcula que 15 millones de visitantes pasarán por la capital francesa este verano, gente de casi todas las naciones del mundo, en un mismo lugar, en un mismo momento.
El equipo de París de la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés) está aprovechando al máximo este momento dado por Dios para llevar el Evangelio a las naciones. El equipo organizará un total de seis semanas de evangelización preolímpica, olímpica y paralímpica.
Los eventos evangelísticos comenzaron en mayo y continuarán hasta septiembre. Cada semana, entre 40 y 100 voluntarios a corto plazo servirán junto a los misioneros de la IMB que viven en París y sus alrededores y en varias iglesias francesas locales.
Jason Harris, jefe del equipo de la IMB en París, nos puso al día tras la segunda semana preolímpica.
«Tuvimos 40 voluntarios, 14 pasantes de verano, 15 socios franceses, ocho miembros del equipo de IMB de otras partes de Europa, cuatro miembros del equipo de IMB de Asia y dos miembros del equipo de IMB de África que se unieron en asociación con la Iglesia Bautista Antony, en las afueras de París con un solo propósito: ¡dar a conocer a Jesús!». dijo Harris.
A lo largo del verano, los equipos de voluntarios procederán de iglesias de Alabama, Texas, Florida, Luisiana, Carolina del Norte, Arizona, Indiana, Kentucky, Georgia, Arkansas, Mississippi, Illinois, Virginia, Nevada, Oklahoma y Nueva York.
«Nos asociamos con una iglesia bautista haitiana de Delray Beach (Florida)», explica Harris. “Muchos de ellos son francófonos y nos ayudaron mucho en la comunicación. Todos tenían un corazón de siervo para salir y compartir el Evangelio».
En total, más de 300 voluntarios a corto plazo servirán a lo largo de los eventos. Representan a 35 iglesias bautistas del sur de Estados Unidos, nueve organizaciones paraeclesiásticas, voluntarios bautistas de Corea y Brasil, haitianos estadounidenses, chinos estadounidenses, universitarios en prácticas y muchos más.
Mientras que las Olimpiadas proveen a los atletas una plataforma para increíbles hazañas físicas y reconocimiento global, también presentan una oportunidad singular para magnificar a Aquel que es más digno de recibir nuestra alabanza – Jesús. Harris compartió que ya están presenciando victorias espirituales. «Estamos viendo a Dios romper el suelo espiritualmente rocoso de Europa y abrir los corazones al Evangelio».
Harris añadió: «Hemos interactuado con unas 5.400 personas en diversos proyectos, como encuestas espirituales, reparto de globos a los niños, clases de inglés de cinco minutos, distribución de Nuevos Testamentos y venta de pins olímpicos».
El equipo también organizó actividades de divulgación en colaboración con iglesias francesas locales, como la proyección de una película evangelística, un festival infantil, un concurso de talentos y un torneo de voleibol.
«Tuvimos una excelente interacción con personas perdidas en cada evento», dijo Harris, añadiendo que estos eventos proporcionan un lugar abierto para la diversión, la conexión informal entre creyentes y no creyentes y conducen al compromiso del Evangelio.
En total, el equipo compartió el Evangelio 396 veces, compartió 500 veces un ejemplar del Nuevo Testamento o del Evangelio de Juan, hizo 10 contactos digitales, distribuyó 200 insignias olímpicas utilizadas para compartir el Evangelio y hubo cinco profesiones de fe. También vieron a casi 75 personas entrar por primera vez en el edificio de una iglesia.
«Cada persona con la que interactuamos tenía una historia: algunas se resistían al Evangelio; otras estaban dispuestas a detenerse y hablar durante horas; otras eran extremadamente abiertas», dijo Harris.
Como Philippe, un viudo mayor que camina diariamente por la ciudad en soledad. Phillipe se sintió profundamente conmovido por el testimonio de uno de los voluntarios que pasó una hora sentado con él y compartiendo cómo Cristo trae consuelo.
O Emmanuel, cuyo padre falleció dos días antes de que le conocieran. Los miembros del equipo se encontraron con él en la calle y compartieron el Evangelio con él. Oraron con él y le invitaron a los próximos eventos. Llevó a su sobrina al club infantil y conoció al pastor de la iglesia local.
«Recibió el amor vivo de Cristo y escuchó muchos testimonios», dijo Harris. «Quedó profundamente conmovido».
En las próximas semanas, el equipo de París continuará con su estrategia de evangelismo audaz, eventos evangelísticos y puntos de alcance en lugares clave de la ciudad. Junto con las iglesias estadounidenses y francesas locales, aprovecharán al máximo este momento único para alcanzar a los parisinos, a los franceses y a las naciones que se encuentran a sus puertas.
«Va a ser un verano intenso», dijo Harris. «Estoy muy entusiasmado por ello».
