[1]PUERTO PRÍNCIPE, Haití (BP)–La situación apremiante de los haitianos que sobrevivieron al terremoto del 12 de enero del 2010 es profundamente conmovedora, aún más allá de nuestro entendimiento, dicen los líderes socorristas bautistas del sur que han ido a Haití. La gran mayoría de su capital, Puerto Príncipe, sigue en ruinas un año después del temblor de magnitud de 7.0 que mató a unas 300,000 personas y dejó a más de 1 millón sin un lugar para vivir.
Sin embargo, aquellos líderes socorristas también afirman que a pesar del enorme reto de reconstruir Haití, el amor de Dios impulsa a Su pueblo a preocuparse por la gente necesitada. A través de una tarea conjunta llamada “Recontruir Haití”, tienen la meta de poner por lo menos a 3,200 familias – y quizás hasta 6,200—en viviendas decentes antes de que termine el 2013. Un proyecto piloto en Haití ya ha erigido 250 casas.
“No hay manera de describir las condiciones horrendas en que vivien cientos de miles de haitianos,” dijo Jeff Palmer, director ejecutivo de Baptist Global Response, una organización de ayuda y desarrollo internacional. “La desesperación es tan real que casi puedes tocarla. Estamos llamando a los bautistas del sur y a otras personas que se preocupan por ayudar a los haitianos en es situación tan urgente y que quieren ver llegar el Reino de Dios a las vidas haitianas. Queremos ver a las familias haitianas protegidos en casas seguras de manera que les dén dignidad y al mismo tiempo glorificar a Dios.”
Nadie puede negar el tamaño colosal del reto de la reconstrucción.
Incluso antes que el terremoto convirtiera a Puerto Príncipe en una pila de escombros, el pueblo de Haití ya era el más pobre del Hemisferio Occidental. Ochenta por ciento de la población vivía debajo de la línea de la pobreza y el 54 por ciento vivía en pobreza extrema, según el World Factbook (www.cia.gov). Un año después del temblor, solamente el 2 por ciento de los escombros han sido removidos y los oficiales de ayuda han dicho a los reporteros que limpiar todos los escombros llenaría 1,000 camiones de carga por día por más de 1,000 días consecutivos.
La gran mayoría del millón de habitantes que han quedado sin casa debido al terremoto todavía no tienen un lugar adecuado para vivir. Además de las 300,000 personas que murieron en el temblor, ahora el cólera le ha quitado la vida a cientos más.
[2]La iniciativa Reconstruir Haití requiere niveles sin precedente de compromiso y cooperación entre varios socios de los bautistas haitianos –Baptist Global Response, la Junta de Misiones Internacionales (IMB, por sus siglas en inglés), Southern Baptist Disaster coordinado por la Junta de Misiones Norteamericanas (NAMB, por sus siglas en inglés) y la Convención Bautista de Florida, dijo Fritz Wilson, director de ayuda en desastres en la convención de Florida.
“El tamaño de la meta de construir 6,000 casas en tres años es digna del poder de Dios,” dijo Wilson. “La estamos abordando como Nehemías cuando reconstruyó los muros de Jerusalén. Cada uno de los diferentes socios está trabajando en su porción de la tarea. Es una imagen moderna del cuerpo de Cristo trabajando como una unidad para echar fuera las tinieblas.”
La meta de Reconstruir Haití, añadió Wilson, es llevar ayuda, sanación y esperanza a la gente que sufre en Haití a través de la satisfacción de sus necesidades físicas para provocar oportunidades donde compartir las buenas noticias del amor de Dios.
Reconstruir Haití planifica construir 3,200 “casas de transición,” es decir, una estructura de cemento, de 12 por 16 pies, que cuenta con un techo de metal. Con un costo de $2,500 cada una, las casas serán pequeñas pero seguras y les protegerán de la intemperie; serán fácilmente expandibles, cuando la familia tenga los recursos suficientes para hacerlo.
El financiamiento de las casas provendrá de los socios primarios y de donaciones adicionales provenientes de otros grupos, como la Convención Bautista de Kentucky, la cual ha separado $200,000 para la reconstrucción. Baptist Global Response se ha comprometido a construir 1,200 casas.
Las casas se construirán principalment en sitios donde anteriormente ya había unas, para así mantener a las familias juntas, dijo Wilson. Los haitianos serán contratados y capacitados para hacer la construcción, lo cual proveerá empleos y habilidades a las familias. Los materiales de construcción serán comprados en el país para ayudar a mantener la economía local, evitar retrasos en la construcción y el reto de hacer llegar al país materiales donados.
Como una manera de demostrar que Dios ama a todas las personas por igual, se construirán el mismo número de casas para los cristianos que para quienes no lo son, dijo Mickey Caison, el líder de movilización de voluntarios adultos para la Junta de Misiones Norteamericanas, NAMB.
“Estoy muy emocionado con –y aprecio- el nivel de cooperación y colaboración que estamos viendo por parte de los bautistas del sur como una respuesta ante las necesidades de Haití,” dijo Caison. “La respuesta inicial en apoyo ante el desastre fue una demostración de la compasión de los bautistas del sur y fue usada por Dios en una manera grandiosa. El efecto a largo plazo de la campaña Recontruir Haití servirá para demostrar el amor de Dios de una manera real y práctica que comunicará el Evangelio en Haití como nunca antes se ha hecho.”
La necesidad de oraciones en la iniciativa Reconstruir Haití es tan grande como la necesidad de donaciones, añadió Caison.
“Los bautistas del sur tienen que orar para que las iglesias haitianas y sus líderes continuen teniendo fuerza, sabiduría y discernimiento mientras proclaman las Buenas Nuevas de Cristo,” dijo Caison. “Creemos que el pueblo de Dios, una vez más, se levantará para vencer el reto de ayudar a las familias haitianas a comenzar a reconstruir sus vidas, destrozadas por el terremoto.”
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Mark Kelly es el editor asistente y escritor titular de Baptist Press. Baptist Global Response tiene su página de internet en www.gobgr.org.