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Reflexión sobre los ‘decretados’ días detenido en Haití

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TWIN FALLS, Idaho (BP) — Paul Thompson considera algo hermoso reflexionar sobre los días en los que él y otros nueve bautistas fueron detenidos en una inmunda cárcel haitiana, falsamente acusados de tráfico de huérfanos que ellos estaban tratando de ayudar.

“Fueron días difíciles y desconcertantes y complejos, pero Dios los decretó,” le dijo Thompson, pastor de Eastside Baptist Church en Twin Falls, Idaho, a Baptist Press cuatro años después de la dura prueba. “Es fácil ver eso, especialmente cuando leo de nuevo mi diario con las anotaciones de esos días.”

Thompson ha compilado un diario de 60 páginas de su tiempo en Haití que registra tiempos cuando lloró con la cara en la pared y tiempos en los que se regocijó por la provisión de Dios.

El grupo de voluntarios de dos iglesias de Idaho viajó a Haití en enero de 2010. Fueron allá para rescatar huérfanos del país arrasado por el terremoto y trasladarlos con seguridad a República Dominicana. Sorprendentemente, más bien fueron acusados de secuestro de niños.

Ocho de los voluntarios, incluyendo a Thompson, fueron liberados 19 días después. A otro miembro del equipo le fue permitido salir después de 37 días, y la voluntaria final fue detenida más de 100 días.

Entre lo bueno que Dios trajo de esos malos días fue el establecimiento de Nuevo Horizonte, un ministerio sostenido por Eastside Baptist Church que aloja, alimenta y educa a 20 chicas en Puerto Príncipe. Fue durante la detención del grupo de voluntarios que conocieron a un haitiano llamado Alex, quien ahora sirve como director del ministerio.

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“Esa conexión con Alex fue claramente la mano providencial de Dios,” dijo Thompson.

Debido a la necesidad espiritual de la comunidad donde el ministerio alberga a las chicas, Eastside ha plantado su primera iglesia planta internacional, Iglesia Bautista Nuevo Horizonte.

“Desviados de nuestro compromiso allá durante los últimos años, desde los días de arresto, ellos han estado en días de desarrollo para la plantación de iglesia, cuidar a los huérfanos, ser testigo del evangelio allá en Puerto Príncipe,” le dijo Thompson a BP.

Manejo de crisis

Cuando la noticia de que el grupo voluntario había sido arrestado estalló, Clint Henry, pastor de Central Valley Baptist Church de Meridian, Idaho, la segunda iglesia con miembros en el viaje, estaba en su casa preparando su usual sermón del 5º domingo — una presentación del evangelio.

“Supe que el mundo iba a desmoronarse en algunas de las familias,” le dijo Henry a Baptist Press. “Era una tentación pensar que tal vez yo debía predicar un mensaje diferente.”

Pero a medida que miraba que los principales medios comenzaban a rodear su iglesia, Henry supo que Dios le estaba diciendo que siguiera adelante y predicara el mensaje que había planeado predicar, lo hizo, y la multitud de pie en el abarrotado salón escuchó el evangelio alto y claro.

Uno de los desarrollos positivos que llegó de la dura experiencia haitiana a Central Valley Baptist Church es que ahora están preparados con un equipo de manejo de crisis para ayudar a mitigar cualquier caos que pudiera surgir si un evento similar sucediera en otro viaje misionero.

“Creo que entre más y más iglesias estén haciendo viajes al extranjero, la posibilidad de cosas inesperadas está siempre allí, y creo que algunas iglesias no están preparadas como debieran estarlo,” dijo Henry.

Central Valley Baptist ha permanecido fuerte en su compromiso internacional de misiones. La iglesia, con 450 asistentes regulares, ha enviado equipos a más de 30 países. Lo que sucedió en Haití no los disuadió más de lo que disuadió a Eastside Baptist.

Esos días cuando los voluntarios estuvieron encerrados en una putrefacta cárcel haitiana de seguro fueron duros, recuerda Henry, pero Dios le enseñó algunas “estupendas lecciones espirituales.”

La primera cosa a la que Henry tuvo que renunciar, dijo, fue a su derecho a una buena reputación. Al madurar, el nombre de una persona significa algo, y Henry estaba viendo su nombre, como pastor atado al tráfico infantil, difamado. No solamente eso, la reputación de su iglesia estaba denigrada.

“Me acordé que la gente no pensaba bien de Jesucristo. Él tampoco tenía una buena reputación,” dijo Henry, “pero eso no le impidió continuar haciendo la obra de su Padre.”

La iglesia recibió correos de odio debido a falsedades reportadas por los medios, “pero nosotros solo teníamos que mantener rendidos nuestros derechos a tener las cosas funcionando a nuestra manera o ser considerados de la manera en la que queríamos ser considerados o hacer que esta cosa terminara tan pronto como queríamos que terminara,” le dijo Henry a BP.

Thompson, en su anotación del 6 de febrero en su diario, escribió que un grupo de una red de noticias de televisión un día les llevó pizza de Domino’s y envases con comida lista para comer (MREs por sus siglas en inglés). “Una de nuestras MREs tenía un teléfono móvil adentro. Ellos querían que lo usáramos para llamar a nuestras familias,” escribió Thompson en su diario. “Tan tentador como era esto, escogimos no usarlo. Soy de la opinión de que el medio quiere escuchar para obtener información. Esto puede ser un gesto inocente de buena voluntad pero hemos decidido que no hay medio en el que podamos confiar o queramos confiar ahorita.”

‘Dios puede hacer lo que nosotros no podemos hacer’

Al mirar cuatro años hacia atrás, tal vez la lección más significativa que la gente de Central Valley Baptist aprendió de la detención del grupo fue recordar que “Dios puede hacer lo que nosotros no podemos hacer,” dijo Henry.

Las familias de los voluntarios querían cuidar a sus amados proveyendo comidas, agua y otras necesidades, pero no podían porque estaban a miles de kilómetros.

“Eso se convirtió en un increíble reto diario que realmente estaba de cierta manera más allá de nuestras habilidades para hacernos cargo, pero Dios contestó esa oración a través de una organización cristiana que llegó en nuestra ayuda y a través de personas que llegaron a la cárcel — cristianos en Haití que les llevaron agua y comida y cosas como esas a nuestra gente,” relató Henry. “Era constantemente un recordatorio para nosotros de que Dios llena nuestras necesidades básicas.

“Algunas veces era chistoso porque nuestro equipo estaba lleno del amor de Dios por la gente de allá así que muchas veces cuando obteníamos provisiones para ellos, ellos se las daban a otras personas que estaban encarceladas con ellos y que no tenían a nadie que cuidara de ellos,” dijo Henry. “Algunas veces después de que obteníamos lo que pensábamos que ellos necesitaban, inmediatamente teníamos que conseguir más porque ellos las habían dado.”

En su anotación del 30 de enero en su diario, Thompson registró: “Esta celda es solamente concreto, sin literas, sin colchones. El dominicano, Jean, regresó ofreciendo su bolsa de dormir. Por el olor, no estoy seguro cuando esta bolsa fue lavada la última vez, parece que hace bastante tiempo. Bondad de Dios en un lugar oscuro.”

El registro de la oración de Thompson esa noche fue: “Dios, protégenos esta noche. No tenemos nada sino a ti. Tú y solo tú eres lo que tenemos. Alabado sea Dios.”

Aunque los días dentro de la cárcel y en el hogar en Idaho eran intensos y difíciles, “el Señor nos mostró que él era fiel,” dijo Henry, “y creo que eso le dio a un número de personas en nuestra iglesia el coraje para creer que aunque estaban atravesando por cosas difíciles en sus propias vidas, Dios estaba allí para ellos también.”

Henry citó Proverbios 16:9: “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR.”

“Teníamos este plan de ministerio en el que pensábamos que íbamos a estar involucrados, pero se volvió en algo muy diferente,” dijo Henry. “A menudo funciona de esa manera, y solamente tenemos que ser sensibles al Espíritu Santo y estar dispuestos a hacer lo que él nos guía a hacer.”
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Erin Roach es editora asistente de Baptist Press.