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SEMANA DE ORACIÓN: La sanidad de Dios entre los refugiados

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NOTA DEL EDITOR: La Semana de Oración de este año para las Misiones Internacionales en la Convención Bautista del Sur es del 4 al 11 de diciembre. Cada año, la Ofrenda de Navidad Lottie Moon  para Misiones Internacionales complementa el Programa Cooperativo para apoyar las iniciativas de los misioneros internacionales bautistas del sur para compartir el evangelio. La meta para la ofrenda de este año es de $185 millones de dólares. Para encontrar recursos sobre la ofrenda, vaya a https://www.imb.org/generosity/lottie-moon-christmas-offering/ [2]

Olga quiso ir a la iglesia durante años, pero su esposo se lo tenía prohibido. Él no creía en Dios, y tampoco quería que su familia se adentrara en una fe que consideraba falsa.

Después de que Rusia invadiera a Ucrania en la primavera de 2022, Olga, sus hijas y sus nietos huyeron y fueron refugiados en la frontera de Moldavia por los cristianos de la iglesia bautista de Dancu (Moldavia).

Moldavia comparte una frontera al oriente, al norte y al sur con Ucrania, y una frontera occidental con Rumanía. Al escuchar la noticia de la guerra, la Unión Bautista de Moldavia, formada por 400 iglesias aprovecharon distintos edificios e instalaciones ministeriales para convertirlos en refugios. La iglesia bautista de Dancu envió autobuses a la frontera para recibir a los refugiados. La iglesia creó un ambiente acogedor colocando peluches en las camas de los niños, proporcionaron Wifi, consejería y tres comidas al día. Los Brown también reclutaron equipos médicos para atender las necesidades de los refugiados.

David y Shannon Brown trabajan en la Junta de Misiones Internacionales y, junto con su iglesia, colaboran y apoyan a los pastores de la iglesia bautista de Dancu y de la Unión Bautista de Moldavia en el cuidado de los refugiados ucranianos. Les impresiona la manera en que los creyentes moldavos han abrazado a refugiados como Olga.

La familia de Olga encontró seguridad y mucho amor en la iglesia bautista de Dancu al verlos como una nueva familia.

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Sus nietos encontraron libertad y tranquilidad estando allí. La emoción de Olga se reflejó en su voz fuerte pero también temblorosa cuando dijo: “Nos han rodeado de amor y cuidado. Nos apoyan psicológica, emocional y espiritualmente”.

Olga llamó a su marido para contarle lo bien que los atendían los bautistas. Ella se quedó asombrada por su respuesta:

“¡Alabado sea el Señor! Esa es la gracia de Dios. Dios es bueno y te ha protegido”, dijo su esposo.

Nunca imaginó que oiría estas palabras salir de la boca de su esposo.

Por fin tuvo lo que tanto había esperado: la oportunidad de ir a la iglesia. Tras asistir a la iglesia dos domingos, Olga y su hija, Alexandra, entregaron sus vidas a Cristo.

Olga y su familia solían leer un libro de historias bíblicas para niños. Las ilustraciones les ayudaban a comprender las historias de la Biblia. Los niños estaban más interesados en la lectura de la Biblia que en sus lecciones escolares, y prestaban mucha atención durante los servicios de la iglesia. Cariñosamente comenzaron a referirse al pastor como “abuelo”.

“¿Escuchaste lo que dijo el abuelo?”, preguntó Olga después de un servicio.

“Dijo que amemos a nuestro prójimo”, respondieron.

“Llegamos aquí por la gracia de Dios, y seguimos aquí por su gracia”, mencionó Olga. Alabemos a Dios porque los miembros de la iglesia bautista de Dancu aman a sus vecinos ucranianos, y ese amor llevó a Olga y Alexandra a tomar decisiones de fe. Demos gracias al Señor por los Brown mientras apoyan a los bautistas moldavos y continúan ministrando las necesidades de los ucranianos. Pidamos a Dios cómo puedes llegar a los refugiados y desplazados con el evangelio.