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Sordos en Uruguay abiertos a ‘escuchar’ sobre Jesús

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NOTA DEL EDITOR: Este año la Semana de Oración por las Misiones Internacionales será del 30 de noviembre al 7 de diciembre y se enfocará en aquellos que sirven en Sudamérica así como en las iglesias que se han asociado con ellos, ejemplificando así el esfuerzo evangelístico apoyado por las donaciones de los bautistas del sur a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon. Este año el lema es “¡Diles las historia de Cristo!”; la meta nacional de la ofrenda es de $170 millones.

MONTEVIDEO, Uruguay (BP)–Mientras la congregación comienza a cantar, el único sonido es un murmullo suave. De repente, el fuerte sonido del bongó rompe el silencio.

Con lo ojos cerrados, un corpulento hombre calvo se mece al ritmo de las vibraciones del tambor. Mientras los demás aplauden — cada uno siguiendo un ritmo interior — él balbucea las palabras de una canción de alabanza a la vez que dirige los “cantos” en la Comunidad Cristiana para Sordos en Montevideo, Uruguay.

Mucho ha cambiado para la población sorda en Uruguay en las últimas décadas. En un país que alguna vez prohibió a los sordos utilizar el lenguaje de señas y los forzó a leer los labios y ha hablar, este grupo ahora tiene la libertad de alabar con sus manos.

Mary Swanner, coordinadora de la estrategia para los sordos en Uruguay con la Junta de Misiones Internacionales ha sido un instrumento para provocar ese cambio. Por más de 20 años, ha enseñado a los sordos acerca de Jesús a través del lenguaje de señas.

La mayoría de los sordos uruguayos crecieron sin influencias cristianas, tales como la iglesia o enseñanzas a través de sus padres.

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La generación más adulta es especialmente resistente ante el Evangelio. Algunos todavía se niegan a hacer señas porque en alguna época eso se consideró una debilidad. La mayoría son iletrados.

Muchos de los primeros años de la familia Swanner en Uruguay se invirtieron en ganarse la confianza de los sordos.

“En el mundo, la cultura de los sordos está prácticamente cerrada a las personas que oyen. Se requiere mucho para… entrar en la comunidad, y aún más para llegar a ser aceptados,” dijo Swanner.

El secularismo y la afluencia han convertido a Uruguay en uno de los países menos evangelizados en Sudamérica. Estos factores dificultan más el alcanzar a la población sorda con el Evangelio.

“Cada comunidad de sordos adopta la cultura del país en la cual está,” dijo Swanner. “En general, es difícil alcanzar a los uruguayos para Cristo; la comunidad de sordos es [aún más dificultosa].

“Encima de esto… los sordos sospechan de las personas que sí oyen y de sus motivos para acercárseles. Todo esto aumenta la resistencia al Evangelio.”

Por varios años, Swanner y su equipo no vieron resultados en su ministerio. Pero una sorpresa ocurrió hace seis años cuando Swanner asistió a una cumbre de sordos en los Estados Unidos.

“Pude ver lo que realmente era una iglesia de sordos,” recuerda Swanner. “Aprendimos que no es la solución el sólo hecho de poner a un intérprete [en la iglesia], especialmente en países donde los sordos no tienen ningún trasfondo o conocimiento bíblico.”

También aprendió que los sordos que asisten a una iglesia que sólo cuenta con el intérprete de lenguaje de señas entienden únicamente el 2 por ciento del mensaje. Sin embargo, su entendimiento aumenta al 100 por ciento cuando todo el servicio de alabanza –incluyendo el sermón- está hecho en lenguaje de señas.

Después de la cumbre, Swanner y su equipo comenzaron a plantar iglesias para sordos donde los sordos “enseñan, oran, dirigen su propia alabanza con un tambor en vez de un piano o guitarra — y ya no hay traductores,” dijo.

Swanner organizó un grupo de asociaciones con obreros que pueden oír que ayudan a los líderes sordos en las iglesias ya existentes. El grupo que puede oír se conoce como Manos Inspiradas en el Apoyo al Sordo, MIAS.

“Aquellos en MIAS tienen una visión clara de que su papel es sólo de apoyo, y la meta es capacitar a los sordos para que alcancen a otros sordos, sordos que dirijan a otros sordos, permitiendo que el sordo sea un participante pleno en el cuerpo de Cristo y no sólo un espectador,” dijo Swanner.

“Comenzamos con una iglesia; hoy hay [muchas]. Otras tienen cristianos sordos [quienes] están… esperando a ser bautizados para luego formar una iglesia.”

A pesar de su progreso, el alcanzar a este grupo sigue siendo un reto para Swanner y su equipo. Aunque las iglesias de sordos se necesitan en todo el país, ocho de las 19 provincias del país no cuentan con una.

Swanner dijo que ella y su esposo Charles están preocupados por el futuro del ministerio para los sordos. Es menos de cinco años, planean jubilarse y regresar a Carolina del Norte.

“Es mi oración que el Señor levante valientes líderes sordos que continúen [diseminando] Su Palabra a través de Uruguay,” dijo.
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Emilee Brandon es una escritora de la Junta de Misiones Internacionales. Para obtener más información acerca de los ministerios en Uruguay y Sudamérica, visite samregion.org. Vaya a going.imb.org para obtener información sobre oportunidades generales voluntarias. Se pueden hacer donaciones a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon a través de www.imb.org/offering y así apoyar a los más de 5,300 misioneros que la Junta de Misiones Internacionales tiene por todo el mundo, incluyendo a los Swanner en Uruguay.