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Tenemos que volver a los principios de cooperación de la Gran Comisión

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La propagación del Evangelio ha sido durante largo tiempo la visión de la Convención Bautista del Sur (SBC). Durante más de 175 años, hemos extendido este llamado a las iglesias para reunir y dirigir nuestras energías hacia esta visión compartida: La propagación del Evangelio.

El llamado a la cooperación llegó a un nuevo nivel en 1925 cuando el Programa Cooperativo fue propuesto y establecido. Había una profunda creencia de que la cooperación financiera entre nuestras iglesias brindaría un nuevo y mayor compromiso con el cumplimiento de la Gran Comisión de Jesucristo.

Somos parte de una convención que aprecia enviar y sostener misioneros, el evangelismo, la plantación de nuevas iglesias del Evangelio, proveer educación teológica para preparar a aquellos que son llamados al ministerio, y demostrar compasión por aquellos que necesitan alivio en tiempos de desastre y gran necesidad.

Esta es la razón por la que los primeros adoptadores del Programa Cooperativo creían que esta estrategia se volvería la mejor manera de financiar la obra bautista del sur en todo los Estados Unidos y el mundo. Desde su inicio en 1925, ha habido muchos momentos en la vida bautista en los que la cooperación se ha vuelto difícil. Creo que estamos en uno de los momentos más amenazadores hasta la fecha en relación con nuestra cooperación.

Por eso tenemos que volver a los principios de cooperación de la Gran Comisión.

Cuando elevamos todo asunto para que sea tan grande como el trabajo de la Gran Comisión, ponemos en peligro nuestra cooperación. Los bautistas hemos permanecido durante largo tiempo en nuestra profunda y rica herencia de creencias como están establecidas en La Fe y Mensaje Bautista y hemos cooperado básicamente por una causa: La Gran Comisión. Suplico a todos los bautistas del sur que vuelvan a los principios de cooperación de la Gran Comisión.

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Cuando hacemos de cada asunto nuestra máxima prioridad, peleamos por todo. Las contenciones y las amenazas surgen e incrementan lo que lleva a nuestra convención a tener un pobre testimonio delante del mundo. Además, resulta en división, lo cual es siempre perjudicial para la propagación del Evangelio.

Permítanme preguntarles hoy:

Amigos, cuando añadimos algo más a esta lista, nuestra cooperación se ve amenazada, y nos atrapan en división y disensión.

Los bautistas somos gente que creemos profundamente que la Biblia es la Palabra de Dios y que Jesucristo es el Señor y Salvador de todo el mundo. Por lo tanto, al permanecer sobre la autoridad de la Palabra de Dios y todo lo que creemos de ella, debemos hacer todo lo que podamos para trabajar juntos para llevar adelante el Evangelio de Jesucristo al mundo entero. Como el doctor Paul Chitwood ha declarado numerosas veces: “Cuando la Gran Comisión no es el tema principal de conversación en la SBC, los otros temas nos dividen”. Estoy de acuerdo completamente con esta declaración de nuestro presidente de la Junta de Misiones Internacionales.

Queridos hermanos y hermanas, hemos pasado tiempo en demasiadas conversaciones que solamente nos dividirán. Ya es hora de que la Gran Comisión sea siempre el tema principal de conversación en nuestra familia bautista del sur.

Tenemos que volver a los principios de cooperación de la Gran Comisión.

Ahora es el momento de liderar.