fbpx
Articulos en Español

‘Tiempos apremiantes’ exigen oración, dice CGC


NASHVILLE, Tenn. (BP)—En una carta abierta del 12 de noviembre llamando a los bautistas del sur a que observen un día de oración en “asamblea solemne” en enero, declaró que los estadounidenses “viven en tiempos apremiantes” y necesitan que Dios envíe “una bendición estilo ‘sana nuestra tierra.'”

“Un Llamado a la Asamblea Solemne,” emitida por el Consejo de la Gran Comisión de la Convención Bautista del Sur — el cual está compuesto por los jefes de las organizaciones de las entidades de la convención –- repetía el llamado hecho por Bryant Wright, el presidente de la Convención Bautista del Sur, para que las iglesias observen un día en enero como uno en que busquen a Dios en oración y arrepentimiento.

“Vivimos en tiempos apremiantes. Nuestras vidas, nuestras familias, nuestras iglesias, nuestras comunidades, y nuestra nación reflejan los efectos dañinos de nuestro pecado. Hasta cierto punto todos hemos deseado las cosas mundanas y somos culpables de alabar a lo creado, y no al Creador,” dijo la carta. “… Debemos arrepentirnos y presentarnos ante el Padre con un corazón contrito. Necesitamos una bendición estilo ‘sana nuestra tierra.'”

Richard Land, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur y director del Consejo de la Gran Comisión, dijo que es clara la necesidad de arrepentimiento.

“Es innegable que el pueblo de Dios necesita regresar a Dios en arrepentimiento y humildad, en servicio para un compromiso renovado hacia Cristo y la Gran Comisión,” dijo Land a Baptist Press. “Estamos trágicamente contentos en nuestro estado pecaminoso, felizmente inconscientes de nuestra posición ante un Dios santo. Debemos comenzar cada uno a examinar nuestros propios corazones y rendir cuentas a Dios. Debemos caer delante de Dios, quebrantados en el reconocimiento de que nuestro pecado es una afrenta para Él.”

Land añadió: “Simplemente, no hay un sustituto para el arrepentimiento. No podemos legislar el país que queremos; no podemos programar nuestro camino para llegar al Estados Unidos que queremos. No podemos hacer campaña a nuestra manera para llegar al país que queremos y no podemos elegir nuestro camino al Estados Unidos que tan desesperadamente deseamos. Necesitamos importunar a Dios pidiendo un avivamiento enviado del cielo que madure en la reformación que los Estados Unidos deben tener en cada uno de los niveles de la sociedad.”

El reto de tener una asamblea solemne a nivel nacional fue un elemento del reporte presentado por el Grupo de Trabajo de la Resurgencia de la Gran Comisión y adoptado en la reunión nacional de la Convención Bautista del Sur en junio del 2010, en Orlando. El reporte pidió que el nuevo presidente electo de la convención liderara la red de más de 42,000 iglesias en una oración conjunta “con el propósito de llamar al pueblo de Cristo a que regresen a Dios, al arrepentimiento, y a servir con humildad en un compromiso renovado con Cristo y la Gran Comisión.”

La carta abierta dijo que el arrepentimiento debe estar acompañado por una dedicación renovada a Cristo.

“Debemos, como pueblo de Dios, entrar en una asamblea solemne, y postrarnos ante Él, confesar nuestros pecados, arrepentirnos de nuestras trasgresiones, y agradecer a Dios por sus bendiciones misericordiosas derramadas sobre nosotros,” dijo la carta. “Es vital que el pueblo llamado bautista del sur individualmente y conjuntamente renueve su compromiso con el Rey de reyes y Señor de señores.”

Land sugirió que los pastores que se estén preparando para una asamblea solemne exploren el folleto titulado “Consecrate the People,” escrito por Claude King y disponible en LifeWay Christian Resources. Otros recursos para conducir una asamblea solemne están a su disposición en la página de Internet de la Junta de Misiones Norteamericanas, NAMB, en www.namb.net/SBCDayofPrayer.
–30–
Mark Kelly es el editor asistente de Baptist Press.

A continuación, el texto completo de la carta del Consejo de la Gran Comisión:

UN LLAMADO PARA UNA ASAMBLEA SOLEMNE

Vivimos en tiempos apremiantes. Nuestras vidas, nuestras familias, nuestras iglesias, nuestras comunidades, y nuestra nación reflejan los efectos dañinos de nuestro pecado. Hasta cierto punto todos hemos deseado las cosas mundanas y somos culpables de alabar a lo creado y no al Creador (Mateo 6:24; 1 Juan 2:15).

Sin importar lo lejos que nos hayamos desviado del llamado que Dios ha puesto en nuestras vidas, Dios no se ha movido. Él es el mismo ayer, hoy y por siempre (Hebreos 13:8).

¿En qué ponemos nuestra confianza? ¿Hemos abandonado nuestra fe en el Señor? En muchas de nuestras vidas, nuestra pasión por Él se ha enfriado. Somos culpables de dar falso testimonio ante el Dios del universo.

Fuera de la cubierta provista por la obra expiatoria de Cristo, no hay esperanza para un pueblo duro de cerviz (Isaías 13:11; Apocalipsis 2:4). El juicio de Dios es firme y seguro; Su ira es incomparable –sólo la sangre de Su Hijo detiene Su espada de justicia (Gálatas 2:20). Para aquellos que claman el nombre de Su Hijo, Sus misericordias no tienen fin (Salmo 145:8-9, 14-21).

Debemos arrepentirnos y venir ante el Padre con un corazón contrito. Necesitamos una bendición estilo ‘sana nuestra tierra’ (2 Crónicas 7:13-14).

Debemos, como pueblo de Dios, entrar en asamblea santa, postrarnos ante Él, confesar nuestros pecados, arrepentirnos de nuestras trasgresiones, y agradecer a Dios por sus bendiciones misericordiosas derramadas sobre nosotros (Joel 1:13-14, 2:12; Romanos 12:1).

Es vital que el pueblo llamado bautista del sur individualmente y conjuntamente renueve su pacto de compromiso con el Rey de reyes y Señor de señores (Marcos 12:30).

Pastores, como pastores de Su rebaño, los instamos a convocar a los seguidores de Cristo bajo su cuidado a que se consagren a sí mismos, a que desechen aquello que los distrae, los tienta, o que los incapacita para seguir a Dios obedientemente (Génesis 35:2-5; Éxodo 19:10-11; Joel 2:16). Necesitamos preparar el camino para el Señor (Hebreos 8:10).

Nos unimos al Dr. Bryant Wright, Presidente de la Convención Bautista del Sur, llamando a los bautistas del sur a tener una Asamblea Solemne… que ante los ojos de Dios y sus testigos podamos renovar nuestro compromiso con Cristo y con la Gran Comisión (Zacarías 1:3).

Que el nombre de Dios sea glorificado.

    About the Author

  • Por Mark Kelly