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Tribu desaparecida destaca la urgencia del evangelio, dice Elliff


RICHMOND, Va. (BP)–Una remota tribu indígena en la Amazonia brasileña aparentemente ha sido destruida después de un posible asalto de traficantes de drogas — un acontecimiento que enfatiza la urgencia de llevarles el evangelio a aquellos que nunca lo han oído, de acuerdo a los líderes de misiones bautistas del sur.

Revelada primero al mundo en febrero a través de abrumadoras imágenes aéreas, la tribu — cuyo nombre no se conoce — estaba protegida por un puesto de guardia. Supervivencia Internacional, una organización sin fines de lucro enfocada en proteger los derechos de las personas que pertenecen a una tribu, reportó el 8 de agosto, sin embargo, que el puesto había sido “invadido por hombres fuertemente armados” sospechosos de ser traficantes de drogas.

La preocupación por el bienestar de la tribu aumentó cuando una búsqueda realizada por el departamento de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) del gobierno brasileño reveló que no se había descubierto ningún trazo de la tribu más que una flecha quebrada en una mochila presuntamente perteneciente a uno de los traficantes. Un oficial de FUNAI dijo que tales flechas son “la tarjeta de identidad de los indios no contactados” y describió el incidente como una catástrofe.

La noticia enfatiza la urgencia de la Gran Comisión y debe incitar los esfuerzos misioneros de los bautistas del sur, dijo Tom Elliff, presidente de la Junta de Misiones Internacionales.

“Este evento es otro escalofriante recordatorio de la urgente naturaleza de nuestros esfuerzos misioneros, dijo Elliff. “Debemos llegar con el evangelio ahora, especialmente a las marginadas etnias no alcanzadas. El aleccionador recordatorio de nuestro Señor que ‘la noche viene cuando nadie puede trabajar’ es un llamado a la fidelidad en un tiempo en el que ‘los campos están blancos para la siega.'”

Aunque la IMB no tenía obra en medio de esta tribu (la ley brasileña lo prohíbe), misioneros bautistas del sur legalmente comparten el evangelio con grupos indígenas en algunos países suramericanos.

Lo que es más, la iniciativa “Embrace” está atrayendo aun más atención a los grupos indígenas en las Américas, lo que desafía a las iglesias bautistas del sur a comprometerse a evangelizar una de las marginadas 3.800 etnias no alcanzadas del mundo (UUPGs por sus siglas en inglés).

Más o menos se encuentran 300 UUPGs en las Américas, la mayoría de las cuales son indígenas. Algunas de estas etnias son tan pequeñas que tienen solo cinco o siete personas; otras cuentan con decenas de miles.

Grupos como la desaparecida tribu representan un aun mayor grado de separación del evangelio –- UUUPGs, etnias que no han sido contactadas, marginadas o sin alcanzar. Investigadores de misiones identifican entre 50 y 70 tribus así en la gran área amazónica.

“La ironía de esto es que aunque vivimos en una parte del mundo que probablemente tiene el índice más alto de evangélicos en el planeta, el extremo negativo es que tenemos estas etnias que nunca han sido contactadas,” dijo Terry Lassiter, quien dirige la estrategia de IMB para evangelizar los pueblos americanos. “Es verdaderamente triste cuando piensas que 2.000 años después de la Gran Comisión tenemos etnias que no tienen el evangelio y que no han sido contactadas por el mundo exterior; este es un nuevo nivel de oscuridad.

“Se me rompe el corazón y debiera rompérsele a cualquier cristiano saber que hay personas como estas que pueden haber sido exterminadas — y ellas no tienen la esperanza de la salvación,” dijo Lassiter.

Llevarles el evangelio a las tribus indígenas es un reto sobrecogedor, dijo Ryan Goodman*, misionero de IMB que trabaja con las tribus indígenas.

Muchas tribus viven en lugares remotos lejos de los caminos, electricidad, agua potable y cuidado de salud, frecuentemente escondidos en la densa selva, dijo Goodman. Llegar a pueblos tan extremadamente aislados puede tomar hasta más de seis días de viaje desde EE. UU. Algunas tribus son nómadas y vagan dentro de grandes reservaciones protegidas por el gobierno que estrictamente restringe el acceso.

El lenguaje es otro obstáculo, añadió Goodman. Al menos 25 lenguajes distintos pueden ser identificados en el área donde él trabaja. Las barreras para ingresar a la tribu indígena pueden también provenir de la misma gente; muchos temen a los forasteros y desconfían de ellos después de décadas de explotación y enfermedades.

“Si la civilización hace contacto con ellos de la manera equivocada, ellos pueden literalmente estar muertos en cosa de semanas debido a las enfermedades,” dijo Goodman. “Ese es un conflicto enorme — podemos ir y proveerles la salvación, pero podríamos al mismo tiempo destruirlos.”

Sobre todos los desafíos físicos, sin embargo, las barreras espirituales pueden ser las más difíciles de vencer, dijo Lassiter.

“Estas son personas que han estado en la oscuridad del maligno durante toda su existencia,” dijo Lassiter. “Desde un punto de vista humano, las barreras físicas parecen muy arduas, pero sabemos que Dios nos ha dado la Gran Comisión de ir a todas las naciones. Es la batalla espiritual la que tiene que ser ganada primero, y eso comienza a través de la oración y la búsqueda del Señor para saber cómo alcanzar esos pueblos.”
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*Nombre cambiado. Don Graham es escritor principal de la Junta de Misiones Internacionales.

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  • Por Don Graham