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NOTA DEL EDITOR: El sermón siguiente fue predicado a mensajeros en la Convención Bautista del Sur de California.

Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 1 Corintios 3:9 (LBLA)

BAKERSFIELD, Calif. (BP)–La Biblia dice que somos colaboradores de Dios. Es un gran honor, ¿no? Somos pecadores, muertos en nuestros pecados, pero Dios, que es rico en misericordia, nos usa en su obra, por su gloria. Yo predique mi primer sermón hace treinta años más o menos. Antes de predicar, pensaba sobre cual honor lo estuve. Mi papa me dijo, es un gran honor cada vez que la gente quiere escuchar sus sermones. Estaba en lo cierto. Pero, yo pienso que es más grande el honor que Dios quiere trabajar con nosotros. Somos colaboradores de Dios.

ES UN HONOR SER PARTE DEL PROCESO

Después de estos treinta años, fue una gran sorpresa cuando Dios me usó para su obra. Mi ultima acción como un pastor fue bautiza una mujer joven en el mar. Durante mi ministerio, he bautizado a centenares de personas, pero es fresca cada vez. ¡Gloria a Dios! Me hace feliz, y me hace dar alabanza a Dios por su gracia. Su gracia por sus salvaciones, y su gracia por usarme en su obra.

Este año, el Pastor Rick Warren bautizó a veinte-mil personas en la historia de la iglesia Saddleback. Antes del bautismo, el Pastor Warren dijo es todavía una emoción.

Poco a poco, vamos más lejos. Una persona aquí, y otra persona allí. Poco a poco, estamos cambiando el mundo, porque somos colaboradores de Dios. No por nuestro poder. Pero, con Dios, si se puede. Sin Dios, nada es posible, pero con Dios, todos es posible. Hermanos, piense sobre esto. Somos colaboradores de Dios A veces la obra de Dios es difícil, pero todo el tiempo, es buena. El quiere trabajar con nosotros. ¡Es increíble que Dios quiere trabajar con nosotros en su obra, y que puede úsanos por su gloria!

ES UN HONOR SER PARTE DEL RESULTADO

Este verso tiene más a decir, mira la última parte. La Biblia dice, somos edificio de Dios. Esta promesa es el resultado de nuestro trabajo con El. La primer parte de este verso es el proceso, somos colaboradores de Dios, estamos trabajando con El, la ultima parte es el resultado de nuestra trabajo con El—somos edificio de Dios. Dios vive en nosotros, somos edificio de Dios — no edificios, somos edificio de Dios. La casa de Dios no es un edificio de madera. La casa de Dios es el pueblo de Dios. Las iglesias tienen edificios, pero no son edificios, las iglesias son la gente—el pueblo de Dios. Entonces, somos edificio de Dios.

La iglesia más fuerte es la iglesia que esta trabajando junta. Cuando estamos trabajando con Dios, es fácil trabajar unos con otros. Este es la clave. No es posible ser la iglesia de Dios si no trabajamos con Dios. Pero, cuando estamos trabajando con Dios, es posible trabajar unos con otros y ser el edificio de Dios. We are at our best when we work together. Estamos en nuestra mejor condición cuando trabajamos juntos.

La primer parte de este verso dice que somos colaboradores de Dios, y la última parte significa que somos trabajadores de Dios, pero dice más que esto. Somos su obra maestra cuando trabajamos juntos.

QUE ES MÁS GRANDE UN HONOR, ¿SER PARTE DEL PROCESO O PARTE DEL RESULTADO?

A mediante de este verso dice vosotros sois labranza de Dios. Somos donde Dios esta trabajando ¿Es un honor estar colaborando de Dios, no? Piense, El quiere trabajar conmigo. ¿Es fantástico, no? ¿Es un honor ser parte de su iglesia, no? No solamente estamos trabajando con Dios, pero con unos y otros también. Y cuando lo hacemos, somos su obra maestra. Los dos son importantes, pero creo que otra cosa es más importante.

ES MÁS GRANDE UN HONOR DE SER EL OBJETO DE SU AMOR.

Permítame que me explique. Me gustan los libros. Erasmus dijo, cuando yo gano un poco dinero, yo compro los libros. Y si hay cualquier sobra, compro comida. Me gustan los libros. Para mí, comida es primera, pero, me gustan los libros.

Algunos son especiales para mí. Un libro especial para mi es Atonement of the Modern Mind, por James Denney. Fue un regalo cuando yo me gradué del seminario por segunda vez de otro pastor. Mi copia s un libro antiguo, impreso hace más de cien años. Con gran reverencia, yo leí las páginas. En parte, porque este libro es antiguo, y en parte porque este libro es un libro clásico. Yo leí las últimas palabras del libro, siete u ocho veces. Escucha los palabras de James Denney:

“La meta de nuestras vidas es ser encontrados en El. Pero yo no entiendo al hombre que para el sea mas profundo identificarse asimismo con Cristo y compartir el trabajo de salvar al mundo, que entregare asimismo a Cristo y compartir la experiencia del mundo de ser salvado. Y estoy seguro que en el nuevo testamento, lo ultimo es primero y fundamental.”

Dudo que una sola semana pase en mi vida que no estoy pensando sobre la obra de Dios y nuestra oportunidad de cambiar al mundo, lo cual es una forma diferente de decir a lo que Denney le llamo “Compartir el trabajo de salvar al mundo,”- sea el menos profundo de los dos pensamientos. El más profundo, de acuerdo con Denney, es de “compartir la experiencia del mundo de ser salvado.”En otras palabras, nada es más profundo que el ser salvado. Ni siquiera compartir el trabajo de salvar. Ningún pensamiento es mas profundo que el pensamiento de que Jesús nos salva.

Nuestro honor más grande es que somos hijos de Dios, y Jesucristo nos salvo por su sangre. ¡El vive! ¡El vive en mi corazón! Escuchen esta conmigo.
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James L. Wilson es el director asociado del doctor en programa de ministerio en Golden Gate Baptist Theological Seminary y el autor de Future Church: Ministry in a Post-Seeker Age (Broadman & Holman, 2004)

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