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Un rayo de esperanza para los indigentes de la Ciudad de México


CIUDAD DE MÉXICO–La policía estaba parada alrededor de una sucia caja en una calle de la Ciudad de México.

Pam Wong, misionera de la Junta de Misiones Internacionales, y un grupo de voluntarios de una iglesia los vieron mientras distribuían Evangelios en un barrio del interior de la ciudad. Cuando le preguntaron a una mujer parada ahí cerca que qué había pasado, ella respondió que un hombre indigente había muerto en la calle la noche anterior.

“Estaba en una caja de cartón. Su cuerpo estaba ahí…y a nadie le importó,” recuerda Pam.

Casi el 80 por ciento de las 9 millones de personas hacinadas en la parte central de la gran capital de México son pobres. Por lo menos 50,000, según los cálculos, viven en la calle — debido a su drogadicción o alcoholismo, o desempleo o una combinación de éstos.

“Algunos se han deslindado de la sociedad,” explica David, el esposo de Pam Wong. “Otros, sin embargo, realmente quieren trabajar. Conocí a un hombre que había perdido su negocio, su casa y todo lo demás en el huracán que azotó a Cancún y aún no podía recuperarse. Econonómicamente hablando, es muy difícil para la clase trabajadora el subir de peldaño.”

Unas 300 personas hacen fila cada semana para obtener una comida gratuita en el centro ministerial para los indigentes auspiciado por una iglesia en la Ciudad de México. Los misioneros bautistas William y Orpha Ortega se unieron al ministerio como parte de un esfuerzo más amplio por alcanzar al interior de la ciudad.

“Tenemos un servicio de alabanza con ellos,” dice William. “Cantamos. Damos testimonio. Predicamos el Evangelio. Después de eso, los alimentamos. Algunos han llegado a conocer a Jesús, pero es muy difícil para ellos cambiar porque no tienen un lugar para rehabilitarse. Estamos orando para que Dios provea para ellos un lugar así” — no sólo un refugio, sino un lugar donde los vagabundos que necesitan comenzar de nuevo puedan liberarse de sus malos hábitos, crecer en Cristo y aprender habilidades básicas para vivir.

Mientras tanto, necesitan saber que alguien se preocupa por ellos.

Por eso Pam y David Wong se involucraron. Trabajan con “Operation Gospel Outreach”, una iniciativa para movilizar anualmente a cientos de voluntarios bautistas del sur y misioneros a corto plazo para que distribuyan el mensaje de Cristo puerta por puerta por toda Centro y Sur América y el Caribe — incluyendo a la Ciudad de México, sin duda el mayor centro urbano en la región.

Los Wong, oriundos de Texas, fueron misioneros a corto plazo, sirviendo dos periodos en las Fuerzas de Servicio de la Junta de Misiones Internacionales antes de ser asignados como misioneros de tiempo completo en 2006.

Los indigentes, aunque tienen una “puerta” que tocar, necesitan esperanza tanto como los demás.

“Investigué con William si podíamos traer un grupo del ministerio OGO al centro para vagabundos y le gustó mucho la idea,” dijo David. “El primer grupo se enamoró del ministerio. Se ha convertido en una de las partes más bonitas de la semana [para los grupos de voluntarios]. De inmediato están listos para compartir los alimentos. A veces predican o comparten su testimonio o cantan o hacen cualquier cosa que se necesite. Pero más que nada, los grupos dan amor — un abrazo, una sonrisa, un apretón de manos. La gente de ahí está tan hambrienta de afecto y compasión. Han sido eludidos por tanto tiempo. Se sienten sucios y rechazados. Es muy significativo que un grupo de personas de los Estados Unidos venga y comparta.”

Un grupo de OGO proveniente de la Primera Iglesia Bautista de Gray Gables en Callahan, Florida, incluía a varios voluntarios que entendían las luchas de los indigentes por experiencia personal. Con toda libertad, Warren Hunted admite que antes bebía — “demasiado,” en sus propias palabras. ¿Quién mejor que él para orar por un padre preocupado por su hijo adulto que lucha con su alcoholismo?

“Yo puedo relacionarme con este hombre y con su hijo porque yo era alcohólico,” dice Warren. “Yo sé qué tan malo puede llegar a ser.”

Warren y otros 12 voluntarios de Gray Gables se unieron a los Wong y al Pastor Arturo, un mexicano líder de una casa-culto bautista, para distribuir más de 6,000 copias del Evangelio según San Juan. Visitaron puerta por puerta, alimentaron a los indigentes y compartieron de Cristo con adultos, jóvenes, niños y drogadictos.

“He estado en diminutos y sucios apartamentos. Me he hincado con gente en la calle y orado por ellos,” dice Warren, cuyos ojos brillaban la noche antes de partir de vuelta a Florida. “El Espíritu Santo ha sido tan fuerte que he tenido escalofríos. Es el mejor tiempo que he tenido sirviendo a mi Cristo.”

Para Pam, uno de los momentos más poderosos de la semana llegó mientras distribuía Evangelios con Mark Tuso, el pastor de Gray Gables.

“Estábamos caminando por la calle y había un hombre sentado en la acera,” comenta Pam. “Quería que le diéramos un Evangelio. Estaba llorando y dijo que estaba solo y que no tenía familia. Intentamos hablarle, pero sabíamos que sólo podía entender muy poco. Estaba borracho y quizá drogado. Pero estaba muy agradecido de que nos agacháramos de rodillas y tocáramos su pierna y oráramos por él. Necesitaba ese poco de tiempo, sólo un poco de tiempo. Dijo que iba a venir y hablar con el pastor y conseguir algo de consejería para su alcoholismo.”

Muchos voluntarios bautistas de sur vienen a México, pero los Wong reportan que es difícil conseguir grupos de iglesias que quieran venir a la enorme capital del país. Algunos le temen al crimen y a la violencia de la ciudad. No han sido amenazados ninguno de los grupos de voluntarios que han vendido recientemente, dice Pam, y ella pasa mucho tiempo en el internet asegurándole a las iglesias nerviosas que está bien que vengan.

“Es abrumante,” reconoce David Wong. “Es abrumante cuando ves a tantos pobres, cuando ves jóvenes usando drogas en plena luz del día.

“Sólo queremos darle amor a las personas, darles un abrazo y mostrarles que hay esperanza.”
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Erich Bridges es un escritor de la Junta de Misiones Internacionales. Puede encontrar más información sobre “Operation Gospel Outreach” y sus necesidades y oportunidades, en macregion.org, haciendo clic en la palabra “Volunteers.”

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  • Por Erich Bridges