- Baptist Press - https://www.baptistpress.com -

Una casa dividida contra sí misma no permanece

[1]

Escuché de una amiga la idea de escoger un día de la semana para orar específicamente por mi matrimonio. En uno de esos días, mientras oraba por mi matrimonio, Dios me movió a orar por los matrimonios que están en mi entorno, así que comencé a interceder por cada uno de ellos, y en medio de ese tiempo, me acordé de Marcos 3:24-26 (RV1960) que dice, “Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”

Meditando en el contexto de este pasaje bíblico, se puede observar que Jesús dijo esas palabras a los escribas para desmentir las acusaciones de los que pensaban que Él tenía demonios. ¿Pero cómo se relaciona esta verdad a un hogar y al matrimonio? Una pareja necesita estar de acuerdo para poder permanecer. Esto explica por qué el enemigo constantemente anda en busca de crear división en el hogar y así destruir la unidad que existe en un matrimonio.

Satanás sabe que, si causa división entre una pareja, separa a ese matrimonio, y no puede permanecer esa casa. Por eso su objetivo es desconectar y enfriar tu relación matrimonial. Cuando los matrimonios están desconectados físicamente, sin conexión emocional, usan palabras inadecuadas que hieren, sin unidad espiritual y con problemas de comunicación, usualmente están actuando así por problemas sin resolver y desacuerdos acumulados.

¿Significa esto que tu matrimonio debe mantenerse fuera de conflictos para poder permanecer? La Biblia dice en Efesios 4:26-27 (NTV) “Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol, ni den cabida al diablo.” Definitivamente no hay hogar que esté libre de conflictos, porque vivimos en un mundo caído y es parte de nuestra humanidad. Así que el problema no está en que sucedan los conflictos, el problema es que le demos lugar a esos conflictos a permanecer sin buscar la manera de resolverlos.

Vendrán momentos de enojo, desilusión, desacuerdos, cometeremos errores, pero la Palabra de Dios nos invita a no dejar que el día pase sin solucionar los problemas. Un reino [hogar] dividido abre las puertas al maligno a que tome territorio donde no le pertenece. ¿Y qué hace un reino bajo ataque? Ese reino crea estrategias para ganar la batalla. Para poder discernir apropiadamente cómo mantener el reino, nuestro hogar, sería bueno considerar que necesitamos lo siguiente:

[2]

Es muy importante reconocer que una persona no puede cambiar a otra persona. No hay manera en que podamos hacerlo, ni tampoco es nuestra misión. A veces podemos caer en la trampa o tentación de centrar nuestras oraciones y estrategias en querer cambiar a la otra persona, pero nos olvidamos de que el único que puede transformar a esa persona es Dios.

El día en que yo solté la pesada carga de querer cambiar a mi esposo, Dios comenzó a transformar mi matrimonio. Ese día comprendí que tenía que usar mis esfuerzos para dejar que el Señor trabaje en mí y dejar que Él se encargue de lo demás. Ahora, trabajo en equipo con Dios para dejar que él me transforme a mí mientras Él actúa para transformarnos como pareja. Dios siempre sabe lo que es mejor para ti, has lo que te toca a ti hacer y déjaselo todo a Él. Es bueno recordar lo que oí decir de un querido pastor, “Si hacemos lo que debemos, Dios hará lo que no podemos.”