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Una iglesia en Texas alcanza al mundo que tiene justo en su puerta de entrada

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DALLAS (BP)–En el 2003, Tim Alhen hizo un viaje que cambió su vida. Él y otros estadounidenses estrategas de plantación de iglesias viajaron al extranjero para aprender acerca de la manera en que Dios se estaba moviendo entre los diversos grupos de personas en el campo misionero internacional.

Entre más veían la manera en que Dios estaba obrando a través de los esfuerzos de los misioneros que enviaba al extranjero la Junta de Misiones Internacionales, más querían que pasara lo mismo en los Estados Unidos.

“Nos vimos el uno al otro y dijimos, ‘Dios no está haciendo esto en América del Norte,” recordó Ahlen. “Así que hicimos un pacto entre nosotros para investigar el por qué y determinar si había algo que pudiéramos hacer al respecto.”

Dios continuó obrando en el corazón de Ahlen para que alcanzara a los grupos étnicos que estaban llegando a América del Norte provenientes de todo el mundo. Un poco después, Ahlen renunció a su trabajo como director de plantación de iglesias en la Asociación Bautista de Dallas y se convirtió en el pastor líder de la Iglesia Bautista Forest Meadow en el norte de Dallas. La asistencia a la iglesia estaba bajando rápidamente al ritmo en que los miembros de raza blanca morían o se mudaban a las afueras de la ciudad. La comunidad a su alrededor se estaba volviendo más y más diversa étnicamente.

Ahlen comenzó a orar acerca de la manera en que la iglesia podía alcanza de manera más efectiva a las nuevas personas que estaban poblando los barrios alrededor de la iglesia. Planteó el asunto con calma ante los aproximadamente 30 miembros que todavía asistían regularmente.

“Prometí que no haría ningún cambio al servicio de las 11 de la mañana si me daban la libertad de alcanzar a la comunidad,” dijo Ahlen.

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Hoy en día, la visión de Ahlen ha crecido hasta alcanzar a cuatro generaciones de nuevas iglesias, formando 38 congregaciones que llegan a un promedio de 6,500 en asistencia la mayoría de los fines de semana. En gran parte son iglesias de raza blancas pero también hay iglesias hispanas alcanzando a los inmigrantes mexicanos y otras congregaciones específicamente para los inmigrantes sudamericanos y centroamericanos. Otras iglesias alcanzan a los del Sudán. Otra es una congregación zambiana. También hay redes de casas culto y una iglesia que ministra a aquellos adultos con enfermedades mentales.

Forest Meadow también ha plantado congregaciones en el extranjero- en Guatemala y el Sudán. Cuatro de las iglesias todavía se congregan en el edificio de Forest Meadow; otras tienen su propio edificio y algunas se reúnen en casas. Algunas son contemporáneas y otras tradicionales. Algunos de los pastores reciben un salario; otros son bivocacionales. Muchas de las 38 congregaciones fueron comenzadas a partir de las iglesias originales que la congregación de Ahlen empezó hace varios años, e incluso la segunda generación de iglesias ya está comenzando otras nuevas.

Aunque el fenómeno de Forest Meadow es algo único en América del Norte, Ahlen dijo que el ministerio “no ha sido nada complicado.”

“Tienes que hacer mucho trabajo duro. Tienes que hacer mucha investigación,” dijo Ahlen. “Tienes que luchar contra la tentación de entrar con un método genérico norteamericano para compartir el Evangelio.”

Una gran parte del éxito al alcanzar a personas de otros países es el entender su propia cultura y cosmovisión, acertó Ahlen.

“Aprendes a identificar partes de su cosmovisión que encajan con enseñanza bíblica,” explicó. “Y cuando ves asuntos de su cosmovisión que no encajan, tienes que sobreponerte a ellos al mostrar la superioridad de la historia bíblica por encima de la suya.

“Tienes que poder cambiar de métodos,” añadió Ahlen. “Una persona descendiente de Guatemala o Europa responderá ante los principios de la culpabilidad y la inocencia, así que debes enfatizar que Jesús se lleva la culpa que su pecado provocó. Si estás hablando con un sudanés, necesitas hablar en términos de honor y vergüenza. En otras palabras, enfatizar que Jesús removerá su sensación de vergüenza causada por su pecado. En ambos casos, están dando una presentación certera y bíblica de lo que logra una relación con Jesucristo. Pero debido a sus diferentes perspectivas de la vida, los guatemaltecos responden ante el asunto de la culpabilidad delante de Dios; los sudaneses responderán ante el asunto de su vergüenza delante de Dios.

Hay consideraciones prácticas también. Ahlen dijo que es más probable que los inmigrantes actuales conserven su idioma materno, lo que lo convierte en una barrera. Otro reto es el financiero. Cuando se acabó el financiamiento para la congregación sudanesa, Ahlen esperaba que los miembros de esa congregación tomaran la responsabilidad de pagar el salario del pastor.

“Los líderes sudaneses me dijeron, ‘En nuestra cultura, los líderes cuidan de sus seguidores; los seguidores no cuidan de su líder. Por eso no pagamos el salario de nuestros pastores.” Así que el actual pastor sudanés tiene un trabajo por fuera con el cual provee para las necesidades financieras de su familia.

¿Será que todas las iglesias tienen el llamado de alcanzar al mundo a su alrededor como lo tiene Forest Meadow?

“Yo creo desde lo más profundo de mi alma que la responsabilidad de la iglesia es seguir la Gran Comisión [Mateo 28:18-20],” dijo Ahlen. “La iglesia debe hacer discípulos en todos los grupos étnicos que encuentre, en su Jerusalén, Judea, Samaria y en los confines de la tierra. No tienen que hacerlo usando mis métodos, pero ante Dios, tienen la responsabilidad de hacerlo.”

Mientras que Ahlen dijo que no cree en “modelos” para que otras iglesias puedan tener éxito al ministrar a los diferentes grupos étnicos, sí ha desarrollado una Iniciativa de la Gran Comisión, un proceso de entrenamiento basado en principios para ayudar a las iglesias a desarrollar su propio ministerio evangelístico. Creado consultando al personal de las Juntas de Misiones Norteamericana e Internacional, a directores de misiones y estrategas estatales convencionales, los principios y otra información acerca del entrenamiento están disponibles en www.pantataethne.org.
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Este artículo es una adaptación de la edición otoñal de la revista On Mission (onmission.com). Mike Ebert es el coordinador de publicaciones y relaciones con los medios de comunicación en la Junta de Misiones Norteamericanas.