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Uno de diez tiene a su cargo cuidar a otro


NASHVILLE, Tenn. (BP)–El once por ciento de las personas que participaron en un estudio de la Investigación LifeWay dijeron que ellos o un miembro inmediato de la familia son los principales responsables de cuidar a tiempo completo a un padre anciano o a un niño con necesidades especiales, una estadística que también se muestra en otros dos estudios nacionales.

Aproximadamente el 14 por ciento de los niños estadounidenses menores de 18 años tienen necesidades de cuidados de salud, de acuerdo al Estudio Nacional de Niños con Necesidades de Cuidado Especial de Salud. Ese estudio definió a los niños con necesidades de cuidado especial de salud como “aquellos que tienen o están en creciente riesgo de una condición física crónica, de desarrollo, emocional o de comportamiento,” y requieren cuidado de salud más allá del cuidado generalmente requerido por un niño. Es de suponer que no todos los niños incluidos en el estudio requieren cuidado de tiempo completo.

El Centro Nacional para Estadísticas de Salud reporta que 36 de cada 1.000 estadounidenses de 65 años y mayores viven en un hogar de ancianos mientras que 277 de 10.000 requieren de cuidados de salud en el hogar.

De acuerdo al estudio de LifeWay, el estado civil y la raza señalan las diferencias más significativas en el status de la gente como cuidadores principales de tiempo completo. Las personas no casadas que viven con un compañero (18 por ciento) actúan como principales cuidadores de los padres ancianos o de niños con necesidades especiales mucho más que las personas casadas (11 por ciento) o solteros (9 por ciento).

El estudio online fue conducido este otoño usando una muestra nacional de estadounidenses representativos de la población de EE. UU. en términos de género, edad, raza u origen étnico, estado civil, educación, ingreso y región del país. El estudio usó un panel online balanceado para que fuera representativo de la población. El tamaño de la muestra de 1.580 provee 95 por ciento de confianza cuyo error de muestreo no excedió el +2.5 por ciento.

Las mujeres (14 por ciento) cuidan a los padres ancianos o a los niños con necesidades especiales más frecuentemente que los varones (9 por ciento), de acuerdo a la información de la Investigación LifeWay.

Ni la educación ni el nivel de ingreso hacen mucha diferencia en la probabilidad de una persona de ser el principal cuidador a tiempo completo de un niño o de un padre. Tampoco hay una diferencia importante con base en la región del país. Sin embargo, aquellos más capaces de contratar personas para el cuidado — aquellos que tienen ingresos de $100.000 y más — realmente proveen cuidado de tiempo completo tan frecuentemente (13 por ciento) como los otros grupos de ingreso.

El 18 por ciento de los asiático-americanos y de los isleños del Pacífico son los responsables principales del cuidado de los padres ancianos o de los niños con necesidades especiales, en comparación con el 14 por ciento de los negros, 11 por ciento de los hispanos y 10 por ciento de los blancos.

La edad y el género también son factores que se correlacionan con las diferencias en el status de los responsables del cuidado de otros. Los de 65 años y mayores (6 por ciento) cuidan a un padre anciano o a un niño con necesidades especiales menos que cualquier otro rango de edad. El 14 por ciento de la gente entre 35 y 49 años es la responsable principal del cuido, el 12 por ciento entre los de 25 a 34, el 12 por ciento de entre los de 50 a 64 y el 10 por ciento de entre los de 18 a 24 años.

“Este estudio debería abrirnos los ojos al número de personas en nuestras iglesias y comunidades que están buscando gente que sea las manos y los pies de Jesús,” dijo Ed Stetzer, presidente de Investigaciones LifeWay. “Muchos líderes y miembros de iglesias estadounidenses que yo conozco rechazan la idea del aumento de la participación del gobierno en el establecimiento del cuidado de salud universal. Sin embargo, en su mayoría, la iglesia estadounidense continúa ignorando el énfasis que el mismo Jesús dio al pobre y al enfermo. Ignoramos la exhortación de Santiago de no olvidar a las viudas y a los huérfanos. Hasta que el cuidado del enfermo y del pobre llegue a ser tan de buen ver como el establecimiento de iglesias y el crecimiento rápido de la iglesia, la iglesia no debería sorprenderse cuando el gobierno intervenga en lo que es el llamado de Dios para nosotros.”
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David Roach escribe para Investigación LifeWay, una sección de Recursos Cristianos LifeWay de la Convención Bautista del Sur.