RICHMOND, Va. (BP)–Hugo era un alcohólico ex convicto con temperamento difícil. Encajaba muy bien con los otros residentes de la carretera Cuatro Sur en Chile, hogar de prostitutas, travestis, alcohólicos y drogadictos.
Pero fue esta carretera, que corre a través de uno de los barrios más difíciles en Talca, Chile, que Dios usó como catalizador para transformar la vida de Hugo.
Chris Burgess es de Lawton, Oklahoma, y descendiente de una guatemalteca y también de los comanches, que es un grupo nativo norteamericano. Fue a Perú como estudiante misionero de corto plazo con la IMB en el 2009. El hizo un viaje por primera vez como parte de Fusion — un curso misionero de tiempo completo por dos semestres, que empareja la enseñanza teórica con la experiencia práctica en las misiones internacionales. Dios lo llamó de vuelta a Perú la primavera pasada, liderando a estudiantes nativos norteamericanos en un equipo Fusion.
Pero cuando el terremoto de 8.8 en magnitud pegó a Chile en febrero, Burgess y un compañero fueron enviados a ayudar a distribuir suministros. Así fue que conoció a Hugo.
Hugo perdió su hogar en el terremoto y estaba viviendo en un alojamiento temporal junto con un grupo de cinco alcohólicos en Cuatro Sur. A través de una conexión hecha por un misionero de la IMB sirviendo en Chile, a Burgess se le dio la oportunidad de compartir su testimonio con estos hombres.
Hablando por medio de un traductor, les contó cómo el amor de Dios trascendió su enojo por la muerte de su madre y una relación abusiva con su padre, también alcohólico. La historia tocó a Hugo.
“Hugo comenzó a llorar, cayó de rodillas y decía, ‘quiero cambiar… sálvame.’ Ese día Hugo rindió su vida a Jesús,” cuenta Burgess.
Burgess y sus compañeros de Fusion rápidamente comenzaron a adentrar en otras comunidades a lo largo de Cuatro Sur. Una propuesta de enseñar inglés abrió la puerta para comenzar un estudio Bíblico con un grupo de travestis a unas cuadras de donde vivía Hugo. Finalmente el equipo Fusion estaba llevando seis estudios bíblicos en cuatro lugares a lo largo de Cuatro Sur, cinco noches a la semana.
“Hicimos conexiones. Tuvimos compañerismo con ellos. Oramos. Fue tan asombroso porque Dios hizo como una pequeña chispa y luego BOOM — alumbró toda la calle” dice Burgess.
Pero lo más maravilloso fue la transformación que vio en Hugo, evidente en una situación que casi le cuesta la vida a Hugo.
Unas semanas después de su conversión, Hugo tuvo una discusión y fue atacado por alguien que creía que era su amigo. El amigo estaba ebrio y apuñaló a Hugo siete veces en el pecho y estómago. Hugo fue llevado rápidamente al hospital y los doctores descubrieron que milagrosamente el cuchillo no había tocado órganos vitales.
“Era el enemigo,” dice Burgess sobre el ataque. “¡Un hombre que no tenía esperanza, ahora tiene el fuego de Dios, lee su Biblia y luego lo apuñalan!”
Las reglas del hospital impidieron que Burgess visitara su amigo hasta que fuese dado de alta. Cuando por fin los dos se pudieron reunir, la historia de Hugo estremeció a Burgess. Aun cuando estaba siendo apuñalado, Hugo no luchó.
“Hugo tenía un problema con la ira, así que uno supondría que él haría algo. Pero él dijo que en ese momento el Espíritu de Dios le habló y le dijo que bajara sus puños y que estuviera en paz. Así que no reaccionó, solo lo recibió” dice Burgess.
“Casi lloré cuando él me estaba diciendo esto porque podía ver que él no estaba enojado, podía ver el cambio en su rostro. Estaba sonriendo y contándome la historia. Me dice que quiere regresar con el hombre que lo apuñaló y hablar con él sobre eso.”
Además, Hugo quiere regresar a su ciudad natal en Chile y comenzar a contarles a otros lo que Cristo ha hecho por él.
“Yo en realidad creo que sí va a seguir con esto” dice Burgess. “Su carácter entero ha sido cambiado por Dios… es simplemente asombroso.”
Burgess dice que también siente el llamado de Dios para continuar compartiendo el evangelio y está considerando la obra misionera de tiempo completo, especialmente entre culturas latinoamericanas, después de que termine sus estudios en el Midwestern Baptist Theological Seminary en Kansas City, MO.
“He visto y sentido la presencia de Dios a través del trabajo que hicimos para sanar a los quebrantados. Él realmente ha usado esta experiencia. Me encanta. Amo ver cómo me ha cambiad,” dice Burgess.
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Don Graham es un escritor para la IMB.
Para saber más sobre Fusion ve a thetask.org
Para ver cómo comenzó el servicio de Burgess en Perú, ve a commissionstories.com/burgess.
