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Viuda de pastor inicia ministerio a internacionales


GEORGETOWN, Ky. (BP) — Cuando algunos residentes de Kentucky tal vez veían con cautela la influencia de los hispanos en los 1990s, Garnett Jones colocó un rótulo grande junto al marco de la puerta de su casa blanca que decía: “Bienvenidos, amigos.”

Ese espíritu acogedor continúa hoy.

En 2010, el ministerio hispano que originalmente comenzó en su hogar involucraba 18 diferentes nacionalidades, incluyendo inmigrantes de Etiopía, India, Jordania, Ghana y refugiados de El Congo.

“Los refugiados congoleños que llegaron a EE.UU. puede que tengan un título universitario de Sudáfrica, pero nunca han usado un ATM o han tenido una cuenta bancaria,” dijo Jones. “Yo los llevo a hacer compras, les enseño a manejar y les presto mi carro para que hagan el examen de manejo.”

Jones dijo que ella oyó primero el llamado de Dios a las misiones cuando tenía 16 años. Ella y su esposo, el pastor Clarence, trabajaron en ministerios que iban desde el centro de la ciudad hasta los Apalaches. “Me encantaba ser esposa de pastor,” dijo.

Después de 36 años de matrimonio, Clarence murió repentinamente y dejó a Garnett sola.

“Señor, tú me conoces mejor de lo que yo me conozco,” oró ella. “Por favor, ayúdame a encontrar algo que hacer.”

Ella no estaba preparada para la respuesta. “Dios me movió a estudiar español cuando tenía 67 años.”

El siguiente verano, Jones fue en un viaje misionero a Ecuador. Luego de regresar a su hogar, comenzó a trabajar con un ministerio hispano. El siguiente verano, regresó a Ecuador a estudiar español con un maestro privado en un instituto del lenguaje. Luego, trabajó como maestra asistente a hispanos en Dry Ridge, y enseñó inglés a hondureños en Cincinnati.

El tercer verano fue a Ecuador a trabajar en una clínica médica, ella se lesionó cuando se cayó en la montaña.

“Ellos usaron dos troncos de árbol y gualdrapas para hacer una camilla y llevarme a través de la montaña,” dijo. Después de la cirugía, sin embargo, tuvo complicaciones. “Un doctor dijo que mi pierna estaba muy dañada y que una amputación podría ser la única solución.”

Cuando la comunidad hispana en Williamstown oyó sobre el accidente, oraron en voz alta una y otra vez: “Que los antibióticos de Garnett comiencen a funcionar.”

Y su pierna comenzó a sanar.

Después de que Jones estuvo lo suficientemente bien para regresar a Kentucky, se convirtió en misionera de Mission Service Corps (Cuerpos de servicios de misión). Gradualmente, su hogar en Georgetown se convirtió en escuela y en centro social para hispanos.

“Las mujeres hispanas llevaban a sus niños y estudiábamos inglés en la cocina,” dijo. En la noche, enseñaba clases a los hombres y mujeres que trabajaban fuera del hogar.

Su hogar también se convirtió en un lugar donde sus amigos hispanos podían invitar a sus seres queridos a fiestas de cumpleaños y otras ocasiones especiales.

Deseosa de servir, Jones se acercaba a internacionales en mercados o en Walmart, y les preguntaba si hablaban inglés y los invitaba a sus clases.

“En 14 años, nunca encontré a alguien que no fuera receptivo,” dijo.

Ella ha encontrado estudiantes en otros lugares inusuales. Una vez, Jones estaba poniendo un anuncio para clases de inglés para hispanos, el dueño de un motel le preguntó: ¿Para cuál agencia trabaja usted? ¿Quién le paga?”

“Trabajo para el Señor,” le contestó ella. El hombre le pidió que le enseñara inglés a su esposa que tenía 60 años, una pakistaní, quien no podía conversar con nadie.

“Fue maravilloso ver cómo las mujeres hispanas la acogieron,” relató Jones.

Ella también inscribió estudiantes chinos el día que fue a un restaurant chino local para pegar un boletín para los hispanos.

Jones, que tiene certificado para enseñar inglés como segunda lengua, enseña tres veces por semana para el distrito escolar local y cada miércoles en la Iglesia Bautista Georgetown.

La Unión Femenil Misionera de la Iglesia Bautista Georgetown compra los materiales y provee otros apoyos para la clase de los miércoles.

Jones se ha convertido en defensora de los internacionales. Ella contacta abogados, ayuda con papeles legales, provee información sobre las leyes de inmigración, asiste a las audiencias de las cortes y ayuda a obtener visas.

“Grabé las 100 preguntas y sus respuestas en CDs para los estudios de ciudadanía,” dijo. “Los internacionales saben lo suficiente para conversar pero esas palabras no les son familiares.” Ella también interpreta en las oficinas de doctores y dentistas y provee consuelo y confianza.

Los domingos en la noche, Jones les enseña a 14 niños en la Iglesia Bautista Ebenezer, una iglesia hispana a la que ella ayudó a llenar sus necesidades en el sótano de la iglesia Gano Baptist. “Comenzamos la iglesia con dos personas y ahora tenemos entre 40 y 50,” dijo.

Con la ayuda de un hombre de negocios, encontró la Iniciativa Hispana del Condado Georgetown/Scott, una organización de ciudadanos locales que se centra en asuntos relacionados con la comunidad hispana. Actualmente ella sirve como presidenta.

Jones no parece estar pensado en disminuir sus actividades a corto plazo.

“No veo nada en la Biblia que suponga que debo jubilarme,” dijo. “Jesús fue compasivo con las personas en necesidades. Hay gente a nuestro alrededor que está herida.”

Mission Service Corps es una red norteamericana de siervos autofinanciados que ayudan a las convenciones bautistas estatales, a las asociaciones bautistas locales, y a las congregaciones y ministerios individuales.

Aprenda más sobre Mission Service Corps en www.kybaptist.org/msc o contacte a Teresa Parrett, coordinadora de movilización de misiones de la Convención Bautista de Kentucky a través del correo electrónico [email protected] o por teléfono (606) 875-3079 o (866) 489-3530 (gratis en Kentucky).
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Este artículo apareció originalmente en el Western Recorder (westernrecorder.org), información de noticias de la Convención Bautista de Kentucky. Shirley Cox es escritora independiente para el Western Recorder.

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  • Por Shirley Cox