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EDITORIAL: ¿Comprendemos lo que es la oración?

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NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a
http://www.bpnews.net/espanol [2]

NASHVILLE (BP) — Aunque la oración es una de las disciplinas fundamentales que deben practicar los cristianos, algunos tienen interpretaciones erróneas en cuanto a ella. En una ocasión fui invitado a una conferencia en Arkansas, pero por no conocer la ciudad, ni tener un GPS nos extraviamos y llegamos un poco tarde. Cuando casi entrábamos escuche a alguien predicando y pregunté si habían cambiado el programa, a lo que un hermano me contestó, no ese es el hermano “fulano” que está orando y parece que está predicando cuando lo hace.

La oración es como el agua para el creyente: ¡Imprescindible! Jesús mismo nos dio un buen ejemplo de ello orando y cuando los discípulos le pidieron que los enseñara a orar nos dejó un modelo, que no es un texto para memorizar o repetir sino solo un ejemplo. Orar no es una actividad religiosa que se debe realizar por compromiso u obligación, sino una forma de comunicarnos con el Padre. La mejor enseñanza de Jesús en cuanto a la oración fue su ejemplo.

Los discípulos fueron testigos del tiempo que pasaba Jesús en oración con el Padre y también vieron el fruto de sus oraciones (Lucas 5:16; 6:12; Marcos 1:35; 6:46-47).

Lea estas citas y verá que en ninguna ocasión Jesús usó la oración como un medio para llamar la atención de la gente ni mucho menos para mostrar “religiosidad.” Eso lo hacían los fariseos y a ellos, por esa costumbre, Jesús les llamó hipócritas.

La oración no es tampoco una disciplina para desarrollar el compañerismo ni para atraer a las personas. Orar es simple y llanamente la forma que tenemos de comunicarnos con Dios. Observe que dije de “comunicarnos” y no de hacerle peticiones a Dios. Con mucha frecuencia, nuestras oraciones son simples listas de peticiones de todo tipo.

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La oración debe incluir: adoración, esto es alabar y fijar nuestra atención en Dios; confesión, que implica reconocer nuestros pecados y nuestra condición delante de Dios; acción de gracias, por la misericordia de Dios y todas bendiciones que derrama sobre nosotros. Si sacáramos la cuenta, son más las bendiciones que recibimos que las necesidades que tenemos; y finalmente súplica, expresándole a Dios, humildemente lo que necesitamos o anhela nuestro corazón. Ningún ser humano está en condiciones de exigir algo de Dios, pero eso es lo que mucha gente hace y algunos, hasta se enfadan con Dios cuando no les concede lo que piden o no lo reciben de la manera que quieren.

Estamos viviendo días que son malos en muchos sentidos. El Salmo 86 nos puede servir como una guía para hacer nuestras peticiones. Al igual que el rey David, quizá nosotros nos encontremos en circunstancias muy angustiantes. En lugar de sentir que Dios nos ha abandonado, podemos consolarnos sabiendo que Él sigue siendo bueno y que su misericordia y su amor por nosotros se muestran cuando clamamos a Él.

Él siempre está dispuesto a perdonar nuestros pecados si reconocemos nuestra culpa y nos disponemos a recibir su misericordia. Su carácter, no el nuestro, es lo que da poder a nuestras oraciones.

¿Cómo podemos mejorar la profundidad y la calidad de nuestras experiencias de oración? Lo más importante es que permanezcamos ante Dios con corazones abiertos y receptivos. Además de esto, a través de los años yo he desarrollado varios hábitos que me son muy útiles.

Primero, leo la Biblia antes de orar. Allí descubro cosas maravillosas acerca de Dios en las que puedo basar mis oraciones. He escuchado a otras personas usar en sus oraciones frases tomadas directamente de la Biblia. Esa práctica capta perfectamente la idea.

Segundo, trato de recordar algo que mi pastor me ayudó a comprender cuando yo era un adolescente. Orar es hablar con Dios no una actividad para impresionar a los demás.

Por último, he descubierto que es útil aquietar mi espíritu antes de orar. Las distracciones internas o externas me impiden sentir la presencia de Dios. Siento que Él está oyendo mis oraciones solo cuando me concentro en Él.
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Óscar J. Fernández es el Senior Editorial Project Leader para el Multi-Language Team de CRD Publishing. en Church Resources Division de LifeWay Christian Resources en Nashville, Tenn. Es además escritor independiente y un estudioso de la Biblia.