fbpx
News Articles

EDITORIAL: La historia de Dios


NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a
http://www.bpnews.net/espanol

NASHVILLE (BP) — Desde hace mucho tiempo, cada año leo la Biblia completa. Es una especie de ejercicio espiritual que me reporta grandes beneficios y satisfacción, al punto de que me he convertido en un apasionado promotor de la lectura completa de la biblia.

Cuando trabajaba como editor para una de las Agencias de nuestra Convención, asigné dos páginas al final de una de las revistas para dar una guía de lecturas, de manera que los que siguieran esas lecturas diarias pudieran al final del año haber leído la Biblia completa.

En nuestra iglesia hacemos un énfasis especial para que todos lean la Biblia completa en el año. Publicamos y entregamos cada trimestre el plan de lectura entre otras muchas cosas para estimular a las personas. Ahora, tristemente, al igual que las resoluciones de principios del año, mi experiencia es que son muchos los que comienzan, pero muy pocos los que terminan.

En octubre del año pasado tuvimos la idea de iniciar un nuevo grupo de estudios bíblicos los domingos en la manan que llamamos “Mi Andar Diario” y que cada semana estudiaría lo que se había leído durante la semana en el Plan Anual de Lectura de la Biblia. Las primeras semanas tuvimos dos o tres personas, pero luego se convirtió en un poderoso grupo de mujeres. Al mismo tiempo, dedicamos nuestra página de FB para cada día señalar la lectura correspondiente a ese día y poner dos o tres versículos de esa lectura, al igual que dedicar un blog a publicar comentarios relacionados con las lecturas que se estaban realizando en esa semana.

Esto ha permitido que una gran cantidad de personas se hayan unido este año en la lectura de la Biblia, incluyendo a personas que viven a muchos miles de millas de nosotros. Algunos me han confesado que nunca antes habían leído ciertos libros de la Biblia que no sabían que existían.

A un hermano que quiero mucho se le perdió su Biblia y vino muy desconsolado a contarme lo que le había sucedido. Usando el pretexto de su cumpleaños fui hasta su casa y le llevé una Biblia de estudio de regalo. Su rostro ese día me recordó el rostro de mis hijos cuando eran pequeños en el Día de Reyes al recibir sus regalos, y me dijo, ahora voy a comenzar a leer de nuevo la Biblia completa. Y para mí, ese fue el mejor premio que yo pudiera recibir

¿A dónde voy con todo esto? Bueno, hace muy poco una persona que asiste a nuestra iglesia me preguntó: ¿Y en definitiva qué es la Biblia? La respuesta que solemos dar es simple: es la Palabra de Dios. Y eso es verdad, pero para una persona no creyente, a lo mejor eso no tiene mucho sentido, porque en primer lugar, no sabemos que concepto tiene esa persona del mismo Dios. En mis años en el pastorado en Albuquerque en New Mexico, en el cual teníamos un poderoso ministerio carcelario adopté la costumbre de responder a esa pregunta diciendo que la “Biblia es la Historia de Dios”.

Y en verdad, eso es lo que es la Biblia. Es como un gran rompecabezas en el cual cada pieza encaja de una manera admirable mostrando una faceta diferente de la historia de Dios. Cada pieza es diferente, con distintos colores y matices con un contorno que encaja en otra pieza, y cuyo significado solo se puede descubrir completamente cuando se vincula con las otras piezas para entonces darnos una especie de cuadro de Dios, que nos revela Su historia.

Algunas personas consideran a la historia como algo irreal, como una ficción que puede ser manipulada o arreglada al antojo para acomodarse a los intereses de alguien. Pero la Historia de Dios no es ficción, es en sí misma una prueba de autenticidad, ya que hay piezas del rompecabezas que están separadas por cientos de años y sin embargo encajan a la perfección. Son relatos confiables y muy precisos de acontecimientos históricos reales.

En mis años de “Embajador del Rey” asistí a un campamento que existe en un valle en el país donde nací y escuché un estudio sobre un libro que se llamaba: “La Biblia tenía razón”. Quedé fascinado y al regresar a mi iglesia, mi entusiasmo era tal que al presentar el informe que se acostumbraba que los “campamentistas” presentaran el domingo en la mañana, solo hablé del estudio de ese libro. Mi emoción fue tal que movió a un hermano de la iglesia a buscar el libro, comprarlo y regalármelo. Este libro hizo nacer en mí dos pasiones: La lectura de la Biblia y la arqueología. Durante muchos años he practicado las dos, pero la más fascínate y apasionante es la lectura de la Biblia, la cual sigo practicando.

En el próximo mes de junio el material para el estudio bíblico que publica LifeWay hará un estudio panorámico de la “Historia de Dios”, tocando trece temas que como piezas de un enorme rompecabezas encajan en esta historia que no tiene paralelos ni comparación. Esta es una buena manera de preparase para en octubre iniciar un viaje que le lleve a leer la Biblia completa y descubrir la Historia de Dios. Quiero recomendarle que si nunca lo ha hecho, o si hace tiempo que no lo hace, que inicie en octubre conmigo un viaje a través de toda la Biblia, será una experiencia transformadora, se lo puedo asegurar.
–30–
Óscar J. Fernández es miembro de Brentwood Baptist Church en Brentwood, Tenn., y es escritor, editor y consultor de publicaciones independiente.

    About the Author

  • Óscar J. Fernández