[1]NOTA DEL EDITOR: La columna First-Person (De primera mano) es parte de la edición de hoy de BP en español. Para ver historias adicionales, vaya a
http://www.bpnews.net/espanol [2]
FRESNO, Calif. (BP)–Como cristiano, he observado un campo misionero en nuestras comunidades. No es necesario viajar a lugares lejanos para compartir el amor de Cristo. Todos los días el Espíritu de Dios me conmueve al ver las necesidades que me rodean.
Hablamos de pobreza en otros lugares, cuando familias en nuestras comunidades sufren hambre. Las noticias anuncian constantemente los conflictos personales que nos rodean, y al cruzar la calle escuchamos los gritos de dolor de personas, viajamos a otros lugares para presentar el evangelio de Cristo, pero no vemos el campo misionero que existe en el otro cuarto. Esta urgencia me impulsa a estar alerta al campo misionero que nos rodea.
No es suficiente reconocer el campo misionero que nos rodea. Necesitamos aprender de Jesús. El nos presenta el mejor ejemplo. “Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo (Mateo 9:35, Mateo 9:36-38, Mateo 10:1) a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. 38 Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.”
Durante estos días, le invito a seguir el ejemplo de Jesús y ver las multitudes que nos rodean. Estas personas necesitan voces que traen esperanza. La esperanza del mundo esta en Jesús. También es necesario poner en acción el resultado de lo que Cristo ha hecho en nosotros. Cada uno de nosotros tenemos ejemplos de resultados al compartir este amor. “La mies es mucha, pero los obreros pocos”
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Fermín Whittaker es el director ejecutivo de la Convención Bautista del Sur en California. Los materiales en español publicados por esta convención se encuentran en http://www.csbc.com/languageresources.
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