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EDITORIAL: La Luz del Evangelio a través de Nuestras Vidas

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[2]¿Qué debemos hacer como Cristianos e iglesias frente a tiempos oscuros de grandes cambios sociales y desafíos de vida? ¿Tendremos que recluirnos, separarnos, o atemorizarnos a causa de aquellas cosas que no son de nuestro agrado personal? ¿O tendremos la oportunidad de SER y HACER aquello lo cual Jesucristo nos llamó a vivir como luz de este mundo haciendo una diferencia con nuestra presencia en cada sociedad y tiempo que nos toque vivir?

Jesus dio la respuesta para Sus seguidores hasta que el regrese a este mundo de nuevo:

“Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo”. Mateo 5:14-16

Jesus estaba declarando esta gran verdad en medio de la vida cotidiana y real que los rodeaba estando en el contexto de su sociedad, trabajos, familias y gobierno. No era un idealismo filosófico sino una declaración de la verdad que estaba dándoles en reflejar y unirse a cumplir Su misión. Para dar soluciones buenas y ser de influencia hay que estar activamente interaccionando donde quiera que estemos. La vida ermitaña, aislada, o divisiva nunca es la voluntad de Dios. Él nos llamó a vivir en comunidad unos con otros en manera Cristiana y a la misma vez con los de este mundo que nos rodean para mostrar el amor de Dios como lo hizo Jesucristo. El vino al mundo y vivió en medio nuestro para mostrar en palabra y acción el mensaje de parte de Dios. Esto es parte de la esencia de expresar lo relacional que es Dios. Hay unidad especial con aquellos que comparten la fe Bíblica. Pero también somos llamados a vivir en medio de la sociedad de tal forma que otros observen nuestras vidas e interacciones con ellos para conocer más del evangelio a través de nuestra fe hablada y mostrada diariamente.

“…honren a Cristo como Señor en sus corazones. Estén siempre preparados a responder a todo el que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen”. 1 Pedro 3:15

Esto comienza con honrar a Cristo a diario en nuestra vida completa. Su luz y esperanza debe reinar en nuestras mentes, emociones, corazones, pensamientos, y acciones. De esta manera SOMOS lo que El desea y entonces podemos como resultado intencional HACER lo que nos pide en Su misión.

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 Jesús es la luz del mundo que brilla donde hay oscuridad. En un mundo de conflictos, dificultades, y desesperación el ser humano necesita un amor y esperanza Sobrenatural para poder vivir como Dios desea. En la oscuridad Dios habló y dijo “sea la luz”. Jesús vino a este mundo para continuar ese proceso espiritualmente en los corazones humanos y en toda esfera de la vida. Dónde existen tinieblas espirituales y alejamiento de Dios Él quiere hablar Sus palabras de vida, paz, y esperanza. Puede haber nubes oscuras y tormentas que quieren opacar esa realidad, pero si has creído en Jesucristo, nunca permitas que nada ni nadie interrumpa el poder de la esperanza de Dios en tu vida. El sol siempre amanece y resplandece en manera gloriosa y milagrosa en aquellos que son los hijos de Dios. El promete guiarte con Su luz eterna. Aún en un mundo caído, El muestra mucha misericordia deseando que todos escuchen la esperanza del evangelio y lleguen a conocerle.

¿Dónde hace falta claridad, sabiduría, y esperanza en tu vida personal, familiar, o cualquier área incluyendo el ministerio o iglesia? Siendo Salvador y Señor, Jesus quiere obrar y reinar sobre todo para que desde esa posición de sometimiento a Su voluntad puedas brillar. Confía y atrévete a entregarle todo para salir donde Él te da oportunidad. Ora pidiendo que Dios te de ojos como los de Cristo para ver el mover de Su Espíritu donde El puede usarte. No dudas o temas sino lánzate en obediencia a contra lo que Cristo ha hecho por ti. Con lo que te ha dado en talentos y recursos sirve a otros en maneras practicas mostrando ese amor de Cristo. Somos sus manos, pies y boca que da esperanza y ayuda en muchas maneras para mostrar ese amor. Cuando una iglesia entera, y grupos de iglesias unidamente lo hacen, el testimonio es poderoso. Una comunidad y ciudad puede ser impactada no por su poderío sino por el poder de Su amor en el evangelio. Esto se muestra en palabra, actitud y acciones que reflejan a Jesucristo.

Al caminar a la luz de las Escrituras podemos diariamente encontrar esperanza y paz para nuestras mentes, emociones y alma en la luz de la verdad de Dios revelada a través de la Biblia. Hay momentos que Él tiene que traer convicción para llevarnos a confesar nuestra necesidad o pecado. Debemos arrepentirnos cuando no hemos respondido en todo lo que El desea para nuestra vida. Esto no es culpabilidad sino convicción por Su gracia que nos lleva a recapacitar y ser transformados. Pero no puede quedar solo en ser oidores sino hacedores de la Palabra que Él nos da y pide.

Hay otras veces que Su Espíritu esclarece cosas que no entendemos, pero Él quiere recordarnos que debemos confiar absolutamente. Por medio de la fe cada día es un proceso nuevo de amanecer y alumbrar con nuestro vivir diario. Qué bueno es poder caminar a la luz de la Palabra de Dios para no estar tropezando continuamente en la oscuridad de este mundo.

Teniendo un evangelio tan glorioso donde Jesucristo alumbra nuestra vida para una esperanza eterna ahora nos toca reflejar, proclamar, y llevar esa luz al mundo entero. Lo hacemos cuando vivimos de acuerdo Su Palabra. Cuando el testimonio Cristiano se ajusta a lo que es la vida que Jesucristo mostró reflejamos Su gloria. De igual manera cuando hablamos y compartimos las verdades gloriosas del Evangelio damos a conocer la luz de Cristo. En un mundo de tantas confusiones, distracciones, limitaciones, y mentiras espirituales que alejan al ser humano de Dios, tenemos la verdad absoluta que muestra el camino claro de Dios.

Decidamos vivir en la luz glorioso de Dios y Su Palabra. Salgamos cada día con la plena seguridad que Él nos usará y brillará a través nuestro con Su Presencia que nos acompaña y con la Palabra que damos a otros en el evangelio. Desafiémonos a no ser una iglesia reactiva, exclusiva, o inefectiva al excluirnos de las oportunidades de mostrar la luz de Cristo a aquellos que lo necesitan a nuestro alrededor. Dejemos de calentar asientos en las iglesias o debatir tradiciones, y salgamos a amar a las personas y vidas como lo hizo Jesucristo en Palabra del Evangelio y acciones consecuentes.

Dios sigue obrando en todos los tiempos y lugares preparando a mucha gente para escuchar y conocerle por medio de Sus buenas noticias en el evangelio. Seamos fieles testigos, mensajeros, y embajadores en el nombre de Cristo al brillar para El y seguir cumpliendo Su Gran Comisión. Vivamos ese mensaje en medio de estos tiempos para que Su gloria siga siendo reflejada en nuestras vidas y puedan verla otros donde quiera que Él nos pone y envía.

Con esta clase de compromiso podremos traer la luz y esperanza de Cristo a un mundo que lo necesita desesperadamente ahora y siempre. Si tienes a Cristo como Salvador y Señor tienes esa capacidad y claro llamamiento de brillar para El. Sal cada día con esa seguridad que Él te dará la oportunidad y te usará. Lleva la luz de Cristo a tu mundo donde quiera que te encuentres.

“Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa. Condúzcanse bien entre los paganos. Así ellos, aunque ahora hablen contra ustedes como si ustedes fueran malhechores, verán el bien que ustedes hacen y alabarán a Dios el día en que él pida cuentas a todos”. 1 Pedro 2: 9, 12