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EDITORIAL: ¿Qué haré de Jesús?

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Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: !!Sea crucificado! (Mateo 27:22)

El Domingo de Resurrección es la verdad central del mensaje cristiano que nunca debemos de ignorar. Sí tenemos que predicar la cruz, pero no debemos olvidar que Jesús resucitó y vive hoy. Ese es el día donde celebramos la resurrección de Jesús.  La resurrección nos da una esperanza que va más allá de la muerte. Jesús fue resucitado para nuestra justificación (Romanos 4:25). Dios demostró a todo el mundo la deidad de Jesús y el amor de Dios por él.

Cristo pasó por una serie de juicios injustos. Los principales sacerdotes y ancianos del pueblo presentaron tres cargos contra Jesús y lo llevaron al gobernador Pilato quien era el único que podía sentenciarlo a muerte. Pilato no encontró delito en Jesús.

Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, en el juicio más importante de la historia, su mujer le mandó este mensaje, “No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueño por causa de él (Lucas 23:19).” Dios muchas veces habla a pecadores a través de personas y sueños que despiertan nuestra conciencia.

Sin embargo, los líderes judíos persistían en buscar la manera de matar a Jesús. Ellos convencieron a la multitud a liberar a Barrabás y dar muerte a Jesús. ¿Que decía el tribunal? El pueblo gritaba a gran voz, ¡danos a Barrabás! Entonces Pilato hizo la pregunta, “Qué, haré de Jesús, ¿llamado el Cristo? El pueblo a gran voz decía ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

Aunque Pilato estaba convencido que Jesús era inocente, por un lado, tenía la presión descomunal del pueblo y por otro lado tenía que hacer la decisión final en el “juicio más grande de la historia. ¿Qué haría él ahora? La Biblia dice que él “tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.” Así terminó el juicio mas importante de la historia.

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Pilato fue advertido por su sentido de justicia, fue advertido por su conciencia, fue advertido por el sueño de su atribulada esposa; pero Pilato no pudo hacer frente a la multitud; y Pilato hizo el inútil gesto de lavarse las manos.

Toda persona hoy, como Pilato, también esta confrontado con la pregunta, ¿Qué haré de Jesús? Muchos viven hoy anestesiado, enredado, y dominado por una cambiante cultura secular que rechaza a Cristo, rechaza la verdad absoluta, y tratan de recrear maneras que una persona puede ser salvo aparte de Jesús. Pablo dijo, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4:12).”

El Domingo de Resurrección es un buen momento para reflexionar en ¿Qué tu harás de Jesús? Para el cristiano es un tiempo de reflexionar en su manera de vivir y servirle a Jesús. Para el inconverso, es un momento de reflexionar sobre su eternidad. Pilato “se lavó las manos” y así terminó el juicio mas importante de la historia. ¿Y tu? ¿Qué tu harás de Jesús?