“FRESNO, Calif. (BP) — Miles de familias trabajadoras migrantes en 42 pueblos de California han sido bendecidas este verano por el ministerio Alimentar a Quienes nos Alimentan de las iglesias afiliadas a la Convención Bautista del Sur de California (CSBC por sus siglas en inglés).
Cientos de miembros de iglesias y sus familias asimismo fueron bendecidos por su participación, de acuerdo a pastores y líderes de todo el estado.
“Este es realmente el cuerpo de Cristo trabajando unido,” dijo Rodney Cox, pastor durante los últimos 21 años de la Primera Iglesia Bautista en Hilmar, quien coordinó el involucramiento de varias iglesias en el ministerio de alimentar a las familias migrantes en Atwater. “Es maravilloso lo que podemos hacer juntos por Dios cuando unimos fuerzas.
“Fue un esfuerzo conjunto,” continuó Cox. “Cada uno hizo lo que pudo, y todo resultó maravillosamente.”
Oscar Sánchez, especialista de campo de los ministerios al migrante, reportó 1.250 decisiones espirituales durante el alcance de este año, el cual tuvo lugar en julio y agosto en 22 centros migrantes en otras 20 áreas cerca de la autopista 99 la cual tiene una alta concentración de trabajadores migrantes.
“Este año hubo cerca de 1.200 voluntarios, y 150 iglesias involucradas,” dijo Sánchez. “Quiero darles todo el crédito a los voluntarios.
“Yo hago la parte logística y le doy gracias al Señor por los voluntarios deseosos de hacer la Escuela Bíblica de Vacaciones y los rally evangelizadores,” continuó Sánchez. “Eso es lo que hace que este ministerio se realice.”
Alimentar a Quienes nos Alimentan está ahora en su 12º año, y comenzó cuando Tom Stringfellow, entonces pastor de la Primera Iglesia Bautista en Beverly Hills, notó cómo la pobreza que roba esperanzas de los trabajadores migrantes contrastaba con la decadencia frecuentemente obvia en enclaves cerca al mundialmente famoso rótulo Hollywood.
Ahora director de misiones de la Asociación Bautista de Sierra Butte, Stringfellow en 2002 guió a su iglesia de California del sur a extender su testimonio cristiano de verano, más comida, ropa, zapatos, artículos escolares, al centro migrante del estado en Dixon.
El motivo inicial de Stringfellow fue tanto crear una oportunidad misionera para su lujosa congregación como ministrar a las familias de los trabajadores migrantes, dijo él en ese tiempo. Como resultado, 37 personas hicieron profesión de fe en Cristo, y el pastor de Beverly Hills pensó en añadir un segundo sitio el año siguiente, si podía reunir más gente — más iglesias — para ayudar.
Corrió la noticia del éxito del ministerio de alimentación, al punto de que el siguiente verano un ministerio similar se llevó a cabo no solamente en dos, sino en 21 de los centros de migrantes propiedad del estado esparcidos en su mayoría en el Valle de San Joaquín.
Doce años después, el ministerio de alimentación ha crecido hasta incluir cuidado dental y médico, comida, ropa, zapatos, actividades tipo EBV y tiempos de diversión además de instrucción espiritual, Nuevos Testamentos y el amor de Dios expresado por los voluntarios bautistas del sur.
Las iglesias locales cerca a los centros de migrantes toman la responsabilidad del ministerio durante cuatro o cinco días en el complejo de apartamentos rodeados de cercas de malla, y en otras partes en lugares seleccionados por la iglesia que ministra a través de la temporada de cultivo a los trabajadores migrantes.
Las iglesias locales también recolectan tanto como sea posible de los $3.500 de costo por lugar, lo cual paga los artículos comprados al por mayor por la convención estatal y que luego son distribuidos por las iglesias locales.
“Una de las cosas que me gustaron acerca de este ministerio fue que podía involucrar a cualquier persona de la iglesia,” dijo Cox. “Teníamos mujeres en la iglesia cada noche que escogían las contribuciones que se quedarían en la iglesia, llenaban las mochilas y las bolsa de comestibles.”
Las mochilas se llenaban con útiles escolares; cada niño del complejo obtenía una. Las bolsas de comestibles procedían de un banco donde una miembro de la iglesia era la gerente; estas eran un sobrante de una promoción que incluía calculadoras, las cuales fueron añadidas a las mochilas.
“He de haberle dado las gracias una docena de veces,” dijo Cox. “Ella solo me dijo que estaba contenta de que se les encontrara un buen uso.”
Cox dijo que su directora de misiones (y nuera) Lisa Cox primero supo sobre el ministerio de Alimentar a Quienes nos Alimentan el año pasado, cuando estaba buscando un ministerio bautista del sur que hiciera buen uso de las ofrendas de EBV.
“Cuando primero me senté con Oscar (Sánchez), realmente no tenía idea de lo que hacían,” dijo Cox. “Solamente me iba a unir a alguien más para ayudar.”
Pero se necesitaba un organizador.
“Sí, tomamos las riendas, pero fue completamente un esfuerzo unido que involucró a la Delhi First Southern, Hilmar First Baptist, Atwater First Baptist, Newman First Baptist y Winton First Baptist,” dijo Cox. “Winton tenía hispanos que llegaron y que se hicieron cargo de la música, y una pareja de la gente de Winton que eran enfermeros trabajaban en la unidad médica móvil (de la convención) los lunes en la noche.”
Las congregaciones de Hilmar, Atwater y Newman dieron sus ofrendas de EBV para ayudar a cubrir el costo de proveer comida, ropa, zapatos y útiles escolares para las familias que viven en el albergue del Centro del Migrante Atwater. Con otras donaciones, el monto final dado por las iglesias fue de $2.800.
“Literalmente mi papel más importante fue el de organizar reuniones y hacer llamadas telefónicas,” continuó Cox. “Yo era el ayudante de Lisa. Estábamos bajo mucha presión para tener el trabajo hecho rápidamente — teníamos solamente unas pocas semanas — y en medio de este tiempo (de preparación) fui a El Salvador a un viaje misionero.”
Lisa Cox manejó la logística, dijo el pastor. Después de su regreso, todo lo que quedaba por hacer era encontrar a alguien que se encargara del asador para el rally evangelizador del jueves en la noche.
“Hubo algunas salvaciones y varias peticiones de oración,” dijo Cox. “Andrew Cantrell (de la Primera Bautista en Atwater) dio la presentación del evangelio y su esposa Gabby interpretó al español. Tuvimos ocho o nueve chicos que dieron su vida a Cristo. Tanto Atwater como Winton harán el seguimiento.”
Este fue el primer año para Hilmar, Atwater y otras varias iglesias en California de involucrarse en Alimentar a Quienes nos Alimentan.
La Iglesia Comunitaria Shadow Mountain de El Cajón estuvo entre las iglesias de tamaño similar que han participado en el ministerio durante muchos años. “Este fue nuestro novena año,” dijo Jim Shankula, responsable del ministerio de la frontera de Shadow Mountain. “Alimentar a Aquellos que nos Alimentan es un ministerio muy importante, valioso de muchas maneras.
“En primer lugar, servir y amar a esos hispanohablantes que necesitan oír el evangelio, y ser de ánimo para las iglesias hispanohablantes que trabajan con ellos,” continuó Shankula. “También es una gran oportunidad para que nuestras iglesias se involucren en misiones internacionales sin tener que ir al extranjero.
“Tenemos familias completas involucradas,” dijo. “Es una gran manera para que ellos experimenten las misiones. Regresan realmente emocionados por haber podido servir, y emocionados por lo que Dios ha hecho en la vida de la gente.”
La Primera Iglesia Bautista en Lemon Grove se ha asociado durante varios años con Shadow Mountain, que este año aumentó el número de voluntarios del grupo a 55. Ellos se extendieron a cuatro lugares, auspiciaron cuatro Escuela Bíblica de Vacaciones de cinco días cada una, y trabajaron con las iglesias en alcance puerta a puerta.
El ministerio de niños de Shadow Mountain empacó lo que ellos llaman “Amor en una caja” similar al ministerio de cajas de zapatos de Operación Navidad, y los grupos pequeños de adultos juntaron bolsas de artículos de higiene. Estas se les dieron a los que participaron en EBV. La comida, la ropa, los zapatos y los útiles escolares fueron dejados en las iglesias, para que los distribuyeran el domingo siguiente, como una manera de animar a la gente a asistir al servicio.
Los bautistas del sur de California han ministrado a los trabajadores migrantes durante 46 años, señaló Oscar Sánchez.
“Estamos cerca a un millón de trabajadores migrantes,” dijo. “Hay 2.5 millones en todo EE.UU. Con los que trabajamos llegan en mayo o junio y se van en noviembre. Ellos trabajan con los melones, tomates, repollo, lechuga — tenemos una variedad de muchas frutas y vegetales — uvas y pasas también y cítricos.”
Sánchez acredita el continuo ministerio a Stringfellow, quien es el presidente sin salario de Alimentar a Quienes nos Alimentan.
“Él compra toda la ropa, los materiales, nos obtiene las unidades dentales y médicas y hace mucho más,” dijo Sánchez. “Él ha hecho un trabajo maravilloso ayudando al ministerio migrante, le debemos muchísimo.”
Para la comida, las localidades individuales reciben vales de la CBSC, que gastan en las tiendas de comestibles locales, y así ayudar a impulsar la economía local y esparcir la palabra de lo que Dios está haciendo a través de los bautistas del sur.
“Debemos primero y ante todo aprender a ser siervos de Dios,” dijo Cox en una explicación de por qué él involucró a su congregación de Hilmar en Alimentar a los que nos Alimentan. “No tenemos que ser solamente siervos los unos de los otros en la iglesia, sino afuera de la iglesia para llegar a otros, para servirles ministrándolos.”
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Este artículo apareció en el California Southern Baptist, publicación de noticias de la Convención Bautista del Sur de California (csbc.com). Karen L. Willoughby es una escritora independiente.